Alinando ha pasado unas cortas vacaciones en Madrid con su esposa. Me cuenta que ha disfrutado de muchos de sus atractivos, entre otros del teatro. A veces me comenta excéptico que las casualidades no existen, otras me explica asombrado alguna de las casualidades que le depara la vida. Ya no le hago mucho caso, la verdad. En esta ocasión me ha liado más de la cuenta. Comenzó por contarme no sé qué de la teoría de las cuerdas y de la fórmula que unificaría todas las teorías físicas desde Newton, Einstein, etc. hasta las más actuales. Terminó por explicarme que en las clases a las que asiste (que no sé que coño aprende en esas clases por cierto), está debatiendo la teoría de las cuerdas, esa que supuestamente solucionaría tantas dudas. Me ha explicado también teorías sobre otras dimensiones y no sé que puñetas más, pero ahí ya no le sigo y le pongo excusas para escaparme... huír físicamente. Y digo yo, si él dice que está aprendiendo a escribir... ¿será que lo de la cuerda es para darle cuerda, valga la rebuznancia, al bolígrafo? En fin, que dice que se quedó de piedra el otro día cuando en mitad de la obra de teatro va uno de los protagonistas, el hijo de la abeja reina, y dice que es un científico astronómico que lleva años buscando la dichosa fórmula de la unificación de las leyes de la física. Ya ves, con lo que a él le gustan esas cositas extrañas del destino.
Por lo que me ha explicado, la obra de teatro es la que os pongo aquí para que la veáis.
La Abeja Reina
La prensa inglesa ha dicho: La obra de Jones está llena de metáforas. Hay referencias a “Hamlet” y una cierta similitud de los personajes con la sociedad de las abejas. Flora es, evidentemente, la abeja reina y otros personajes hacen el papel de zánganos o abejas obreras. “Rica, original, inteligente, divertida y emocionante, vibrante de ideas y personajes que uno llega a querer profundamente. (…) Esta deliciosa obra llega a ser en momentos el equivalente teatral de la Teoría del Campo Unificado, (la teoría científica que Félix sueña encontrar), como si uniéramos a Stoppard con Ayckbourne.” Se trata de un tipo de obra inglesa que ya no se escribe, aunque seguramente nunca se haya escrito así: una obra que es muy inteligente y con gran corazón, que atrapa. Es una creación bellísima, intrincada, que cautiva la mente y el corazón al mismo tiempo. “La Abeja Reina” ganó el Critic´s Circle Theatre Award de ese mismo año, y siguió representándose con gran éxito en el Gielgud Theatre, en elWest End londinense, durante el 2002. “Humble Boy” ha ganado también el “Susan Smith Blackburn Award” del año 2001 y el “People´s Choice Best New Play Award”, un premio otorgado por el público