Mostrando entradas con la etiqueta Cosas de Pedro. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cosas de Pedro. Mostrar todas las entradas

lunes, 3 de febrero de 2014

El Amor nunca es imposible


Cada mañana al despertjar corría impaciente hacía el ordenador en busca de algún comentario, un mensaje.... lo que fuese, le daba igual. Era lo primero que hacía cada día, antes de vestirse, de desayunar, a veces incluso antes de orinar; la obsesión le vencía irremediablemente. Su blog era comentado por decenas de personas de las más diversas procedencias y edades, pero a él sólo una de ellas le importaba realmente.
Desde aquel día que la vio por primera vez en su espacio virtual, esa imagen que acompañaba al comentario le cautivó por completo. Su pelo largo y rubio ondeando sobre el hombro desnudo, esa mirada retadora con ojos de hielo chispeantes y unos labios color de miel que parecían ocultar el más arcano de todos los misterios de la creación. Y sus palabras, siempre dulces, siempre insinuantes, como intentando conquistarle, o al menos así le parecían a él... o así quería verlo. Era el ser más perfecto que pudiese ser concebido por este Universo.
Su admiración, su amor, fue en aumento después de escudriñar con una paciencia de relojero cada entrada publicada en el blog de su amada. Era una poeta incansable, apasionada, capaz de extraer versos insuperables de cualquier situación vivida o soñada; su tema preferido: el amor.
Y él no tardó mucho en autoproclamarse protagonista de los delirios de su amante desconocida. Cada poema escrito por aquellas manos que imaginaba deliciosas, se pensaba que iba dirigido hacia él, a tal extremo llegó a seducirle cada palabra que le regalaba en su blog.
Con el tiempo fueron afianzando su confianza; él le devolvía cada visita en el mismo tono excitante, llegando a veces a rozar los límites de lo cuestionable, y ella le correspondía con palabras aterciopeladas y repletas de caricias que le hacían enloquecer más y más. Besos y abrazos dejaron de ser sencillas despedidas inexpresivas para pasar a tomar todo su significado más ardiente y apasionado. Se intercambiaron e-mails, números de teléfono, sus contactos se multiplicaron, transcendiendo de la impersonal pantalla de ordenador hacia la más cercana y peligrosa realidad cotidiana. Les separaba una distancia considerable, pero las promesas de acercamiento se repetían una y otra vez aumentando su desesperación hasta límites inhumanos. Él sabía que estaban condenados a conocerse y amarse de por vida... pero no veía el momento.
Cierto que había algunos inconvenientes, como su matrimonio, sus dos hijos, los trabajos de ambos... en fin, toda una vida por detrás... pero ¡qué caray! El amor podía derribar cualquier obstáculo, ¿acaso no era eso sobre lo que escribían una y otra vez? También había oído hablar infinidad de veces sobre los peligros que podían conllevar las relaciones a través de la Red; el crearse una ilusión inexistente, construir castillos en el aire, etc., pero él sabía que el suyo no era el caso. Era una persona adulta, inteligente, y además, aquella mujer, aquel ser delicioso, llevaba más de un año escribiendo en su bitácora particular unos poemas que hablaban sobre su vida, sobre ella misma, así que debía ser real; ERA REAL.
Pero cada cita que intentaba concertar con su amante escurridiza era a su vez pospuesta por ella; una reunión de trabajo, alguna enfermedad inoportuna, una visita de última hora,.... cualquier excusa era válida para retrasar tan esperado momento. Así que llegó la hora en la que el corazón, apunto de estallarle en el pecho, le pidió a gritos que dejase a un lado las palabras y pasase a la acción.
Las broncas en casa, con la familia, habían llegado a tal extremo de crudeza y era tal el infierno que vivía cada minuto sin ella, que poco importaba ya el riesgo que asumía al hacer una maleta y tomar el primer vuelo hacia la ciudad donde vivía el gran amor de su vida.
Se presentó una mañana lluviosa de invierno en el portal de las oficinas donde trabajaba, con el ánimo encendido y el rostro resplandeciente del adolescente que intenta sorprender a su amor de juventud. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que ella no conocía su aspecto; su avatar cibernético correspondía a una imagen abstracta que siempre le había llamado la atención, nada que ver con su rostro. Esta circunstancia aún hizo aumentar más su excitación de amante primerizo, pero no le coartó en absoluto su resolución de lanzarse a sus brazos en cuanto la tuviese delante. Presentía que el momento se acercaba.
Tenía memorizado cada vello de su tez azulada, así que intuía que no le resultaría difícil hallarla. Entró resuelto, aunque nervioso, y comenzó su ansiada búsqueda entre el escaso personal que allí se encontraba. Pero antes de toparse con ese rostro refulgente de sus sueños, fue a encontrar su nombre completo grabado en una pequeña placa de metal junto a una puerta acristalada, tras la cual se percibía el movimiento de una figura femenina. Sin más dilación, la abrió con el corazón desbocado de impaciencia.
Aquella mujer que le miraba absorta ni por asomo se parecía a la esperada; era bastante mayor, algo rechoncha y de piel morena y grasienta. Cuando él preguntó por el nombre que figuraba en la puerta, sus peores sospechas cobraron vida: era ella.
Incapaz de pronunciar una sola palabra, se dio media vuelta, y fue derecho al aeropuerto. Tras arduas disculpas y complicadas maniobras de persuasión, logró el perdón de su esposa... y su vida continuó en el mismo lugar donde la dejó.
Cada mañana seguía despertando deseoso de comprobar los insinuantes mensajes que recibía de su amada. Y cada mañana, continuaba contestándole con palabras llenas de cariño y promesas de amor eterno.
Esa imagen de pelo rubio y ojos cristalinos jamás pudo borrarla de su pensamiento... la imagen de su amada, de su amor imposible... pero real.




sábado, 9 de noviembre de 2013

El día en que Matilde recobró su libertad


Matilde era una mujer luchadora... aunque nadie lo sabía, ni siquiera ella misma. El hecho de haber criado solita a cinco hijos varones y de haber aguantado durante casi cincuenta años a un marido, también varón, y que no conocía la palabra respeto, eran motivos más que suficientes como para sentirse orgullosa... aunque nadie parecía saberlo, ni tan siquiera ella misma.
Aquel día era un domingo como otro cualquiera; Matilde llevaba toda la mañana cocinando para sus cinco hijos, nueras, ocho nietos y un bisnieto. Setenta y cinco años son muchos años, y Matilde estaba cansada... aunque nadie quería saberlo, ni siquiera ella misma.
Matilde freía patatas mientras todos discutían en la mesa: tocaba resolver el futuro de mamá tras haber enviudado recientemente; todos y todas sabían perfectamente lo que a ella le convenía. Matilde, callada, se concentraba en sus patatas. Al fin Paco, el mayor, tomó la iniciativa con decisión: “no se hable más; mamá, vendes esta casa, te compras un piso en la ciudad y se acabó”.
-Pero si estoy bien aquí, hijo, de verdad... -empezó a decir Matilde sin quitar ojo a sus patatas.
-De eso nada, Paco tiene razón, te vienes con nosotros a la ciudad -la interrumpió Miguel, convencido ante el apoyo del resto.
Entonces Matilde soltó la espumadera sobre la sartén, se secó bien las manos en el delantal aceitoso, se volvió hacia la mesa y, con la mirada fija en los ojos de su tercer hijo, afirmó lenta pero firmemente: “He dicho que estoy bien aquí.” Acto seguido volvió a tomar la espumadera y continuó con las patatas, satisfecha porque no se le habían quemado. Tras unos segundos de silencio, Gertru, la mujer de Paco, les recordó a todos lo lluvioso que estaba siendo el mes de noviembre. Aquel domingo, Matilde recuperó la libertad... aunque nadie se quiso dar cuenta, ni siquiera ella misma.



viernes, 13 de enero de 2012

El poder del Libro

Las minas del rey Salomón, de H. Rider Haggard; así se llamaba. Ese fue el primer libro enteramente de mi propiedad, nunca lo olvidaré. Tendría yo unos nueve o diez años cuando me lo regaló mi padre. ¡Mi primer libro! Hasta aquel momento todo habían sido tebeos y algún que otro comic, todos ellos compartidos con mis hermanos y hermanas, pero un libro... todo lleno de letras, sin una sola ilustración... todo un tesoro para mí. Tres veces seguidas acabé leyéndolo. Y aún lo conservo; algo desgastado y descolorido por el paso del tiempo, pero con todo su contenido y valor emocional intactos. Es la magia que poseen los libros.
Es una simple historia de aventuras, más o menos entretenida, pero eso es lo de menos, podía haber sido otro cualquiera y lo hubiera devorado igual. Por entonces me pareció la más grandiosa historia jamás contada. La primera vez en mi vida que leía tantas letras seguidas en tan corto espacio de tiempo... ¡Tres veces seguidas! No me lo podía creer, ese pequeño objeto de cubiertas amarillas había conseguido lo que ningún otro juguete había hecho jamás. Estaba emocionado con mi tesoro literario... y quería más.
Han pasado muchos años de aquello, y nunca le estaré lo suficientemente agradecido a mi padre. Aquel regalo, más todos los tebeos y comics de mi infancia, seguramente serán los más valiosos presentes que haya recibido en mi vida. La estimulación a la lectura es de las cosas más importantes que unos padres podrán hacer por sus hijos nunca; algo de lo que jamás podrán arrepentirse.
Después de Las minas del rey Salomón han pasado por mi vida muchas otras historias y aventuras de todo tipo. Leyendo he llorado, he reído, me he asustado, me he entretenido, he viajado... pero sobre todo, he aprendido. He aprendido que la vida es mucho más que las cuatro paredes que me rodean, que existen otras ideas, otras gentes, otros horizontes, otras costumbres, todas igual de válidas e importantes. Con un libro entre las manos he crecido como persona, como ser humano individual dentro de un conjunto social e indivisible; he aprendido a respetar, a valorar, a no juzgar, a comprender... he aprendido a Vivir.
El libro es una de las herramientas más eficaces que posee la humanidad del presente para aprender a discernir por sí misma. Ante la sumisión absoluta a un sistema  manipulador por parte de la gran mayoría de medios de comunicación de masas, donde sólo prima el poder del dinero por encima de la Verdad, el libro se ha convertido en una vía de escape insustituible: manejable, intercambiable, sin límite de contenido, asequible y con multitud de formatos y estilos aptos para cualquier persona que se interese por algún tema determinado.
Regalen libros, cómprenlos, préstenlos, descárguenlos de la Red; lean por favor, inciten a la lectura a las personas cercanas. Un libro no es sólo un compendio de conocimientos o de historias entretenidas, un libro es mucho más, es cultura, es educación, es crecimiento, es socialización, humanización, es una de las más eficientes maneras de salir de la mediocridad a que nos condena el sistema capitalista dominante. Un libro es LIBERTAD.

lunes, 19 de diciembre de 2011

¿MIL PALABRAS?


            Mil palabras. Ahora mil palabras, casi ná (por cierto, ¿”ná” contará como palabra entera o como media palabra? Bueno, que lo decidan los jueces que para eso están). Antes que si cien palabras, ahora que si mil; ¿es que esta gente no se van a cansar nunca? Como si fuese tan fácil... aunque a lo tonto a lo tonto ya llevo unas... cincuenta y nueve; ya me queda menos.
            El caso es que qué se puede contar en mil palabras; a saber. Podría intentar emocionar al personal con cosas como “la cálida e iridiscente luz crepuscular sumergiéndose en un mar de cenizas ardientes”, etcétera, etcétera... ¡Ñoñerías! Ya a nadie se le ponen los pelos como escarpias con estas pamplinas; por no decir que yo no valgo. Igual esperan de mí que les sorprenda con profundas reflexiones incomprensibles del tipo “somos parte inmanente de un Todo absoluto, creador, infinito e inabarcable que nos envuelve, nos protege...” Ufff, quita, quita, no me lo creo ni yo; no convenzo ni al bebé de mi vecina. Además, a estas alturas, quién quiere convencer a nadie de nada, allá cada cual, total, yo sólo sé que no sé nada; ¡ea! Ahí queda eso.
            ¿Cuántas quedan por Dios? ¡Casi ochocientas todavía, Madre del amor hermoso, esto no se acaba nunca! A ver, ahora qué... Ah sí, ya sé, lo del dramón lagrimoso con final inesperado y algo cómico suele quedar bastante resultón, ¿qué no? Espera, espera, me parece que eso está ya demasiado visto, mejor lo dejo que los colegas y las gachices están de un tiquismiquis que espanta. También podría atreverme con algún relatillo misterioso, de esos que te dejan con dos palmos de narices cuando llegas al final y te das cuenta de que, o no te has enterado de nada o el autor se ha pasado de listo inventando casualidades imposibles. No sé, no sé... aunque pensándolo mejor, demasiado curro para la hora que es; tendrá que ser algo un poco más sencillito, tipo cuentecito infantil o aventura quinceañera... claro que con eso no llego a ningún lado... ¿dónde quedaría mi reputación? Qué va, qué va (palabras de relleno).
            El caso es que todavía no llevo ni la mitad (trescientas sesenta y nueve) y aquí sigo, tal y como empecé, con la mente más en blanco que... ni una triste comparación medianamente original se me ocurre, esto es grave; y parecía fácil el jueguecito este, no ni ná. Bueno, vamos ya al lío ¿no? Que se va la tarde; me meto del tirón con un relato histriónico-místico-espirituoide y todo el mundo contento, ¿vale? ...esto,... ehh... verás tú... joder, estoy perdiendo facultades, ya no sé ni cómo empezar... vamos a ver... qué va, ná de ná (dos medias palabras hacen una ¿eh?). Además, seguro que me hubiese salido una cosa una jartá de empalagosa; mejor lo dejamos así.
            ¿Y ahora qué? No quiero mirar, no quiero mirar... cuatrocientas setenta y tres... ¡Imposible! ¡Si llevo toda la tarde escribiendo!; no me lo puedo creer, esta máquina tiene que estar escacharrada o algo. Hasta sudores me están entrando, esto es peor que una carrera de fondo, quién habrá sido el malaje que se ha inventado esto, qué malas ideas hay que tener. A que lo dejo... No, venga ya, tú puedes. Vamos allá.
            Erase una vez que se era... jeje, vale, vale, era broma, si no me lo tomo con humor ya me diréis; si es que es para suicidarse. Menos mal que esto no va para ningún cuadernillo de esos ni nada, si no, qué vergüenza. En la vida habría imaginado que sería tan complicado escribir mil míseras palabras.
            Como  me dé el punto y me agobie más de la cuenta les meto entre pecho y espalda un monólogo depresivo-compulsivo de escritor desquiciado y un tanto arrogante, por no decir pedante, pretendiendo entretener a los sufridos lectores con una sarta de memeces y palabrería barata de falsa modestia y humildad sensiblera con miras nada más que a encumbrar aún más su orgulloso ego... ¡No, no, por Dios, eso sí que no! Pobrecitos, qué culpa tienen ellos; eso sería lo último, antes mejor me meto a gacetillero del corazón, ¡un monólogo de esos tan aburridos, ¿yo? Qué va, qué va, no sé ni cómo lo he pensado siquiera! Sería incapaz.
            Mira, ya van más de setecientas palabras, como el que no quiere la cosa; no si al final verás tú... Pero el caso es que llevo ya unas cuantas y aún no he contado nada de interés, o al menos que entretenga algo, qué menos, digo yo. Me van a linchar como siga así, qué manera de hacer el ridículo, a mi edad. Ajajá, ahora sí que sí: un pequeño ensayo de esos de los míos sobre cualquier temita interesante, que eso siempre cuela y suele ser algo instructivo además, ¿a quién le iba a molestar? A ver a ver... sobre qué podemos escribir... ¡Ya está! Sobre la Inspiración, qué mejor, ya que estamos. Podría decir algo así como que la Inspiración es ese momento de quietud mental donde el artista es capaz de expresar sin esfuerzo, o  con poco esfuerzo, todo aquello que su verdadero Ser Interior le susurra al oído, procedente de la Fuente originaria que todo lo contiene... por ejemplo... no está mal, no está mal, me va gustando. Qué más... eso es, también podría quedar bien aquello de que la Inspiración suele ser un instante de iluminación en el que el tiempo y el espacio pierden su condición limitadora y el artista penetra de manera inconsciente en otra dimensión donde la creación es lo natural y el Ego desaparece tras el velo que surge dejando oculto temporalmente ese otro mundo material donde queda aquella ilusión a la que llamamos Vida... está bien, pero... se me fue la Inspiración, también es mala pata.
Y para lo que queda no me merece la pena seguir pensando... a ver cómo termino... ¡ah! ya está: Novecientas, novecientas noventa y cuatro, novecientas noventa y ocho y... ¡MIL!

Palabras de regalo: Espero que podáis perdonarme, que uno está muy mayor ya para estas cosas. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, BLOG QUERIDO!

viernes, 2 de diciembre de 2011

Autobiografía en tres líneas (maomeno)

Amanece un cálido día del verano del 69, entre nieblas de dictadura que se difuminan con los primeros rayos del astro rey. La luz se abre camino por tortuosas nubes claroscuras que presagian cambios a nosesabequé. Al fin el Sol luce esplendoroso; el horizonte aún queda lejos. Será un día hermoso... y yo aquí frente a mi PC, oliéndolo.

jueves, 17 de febrero de 2011

Se ofrece escritor



Se ofrece escritor a domicilio. De espíritu joven, bien parecido (no se sabe a qué), trabajador incansable y de buenos modales.

Se redactan todo tipo de escritos: libros de bolsillo o a medida de la estantería, listas de la compra, cuentos para dormir niños, relatos para despertar adultos, recetas de cocina (si es cocina rápida, a mitad de precio), ensayos soporíferos, manuales de autoayuda (éstos sólo por encargo), versos edulcorados, mensajes de móviles en tiempo record (se garantiza que no habrá una sola palabra completa), guías de viaje, cartas a la abuela, e-mails aduladores, diálogos chateados para besugos, post-it recordatorio para la nevera, redacciones escolares (especialidad en: “Mis vacaciones”, “Mi papá”, “Mi tata”, “Mi mascota”, etc.), quejas y reclamaciones (se cobrará un plus especial por cada exabrupto o palabra malsonante), documentos oficiales substancialmente perogrullados, currículos de trabajo (también incluyen plus especial por falsear datos. El doble por mentira descarada), letras de canciones para quinceañeras, cartas de enamorados (se devolverá el dinero si con la cuarta no ha caído aún), mensajes en botellas (la botella se cobra aparte), autobiografías totalmente creíbles, entradas de blog petulantes, etc.

Estilo a elegir por el cliente: narrativa, poesía o teatro (este último con recargo del 10% por incluir interpretación).

Precios económicos. Oferta a las 15 primeras llamadas: 2 sonetos de perfectos endecasílabos más relato corto de título “El timo del escritor a domicilio”; a Times New Roman, tamaño 12.

Llame ya.

jueves, 29 de julio de 2010

Momentos


Yo era una simple gota de agua...
                                        ... efímera e insegura, como cualquier otra.
Hasta que un día caí al mar...
                               ... y descubrí el océano que siempre he llevado dentro.

lunes, 10 de mayo de 2010

Definiciones

Amistad: suma de detalles.
Soledad: resta de detalles.
Amor: multiplicación de detalles.
Desamparo: división de detalles.

Mediocridad: resultado de una vida fácil.
Brillantez: resultado de una vida dura.

Esclavitud: cosas.
Libertad: nada.

Momento presente: una gota de agua que cae al mar.

jueves, 22 de abril de 2010

Pensamiento del día


Si aún te preguntas porqué lo ves todo tan negro o porqué el mundo es tan negativo, mira en tu interior y encontrarás la respuesta.
El mundo es un espejo, ponte guapo y sonríe antes de mirarte en él.

Salud y amor para todos.

jueves, 15 de abril de 2010

Nirvana al alcance de todos


¿Cansado de adoptar posturas incómodas y dolorosas? ¿Agobiado de tantas horas de aburrido silencio? ¿Decepcionado por el tiempo desaprovechado durante largos y angustiosos años de práctica inútil?

No se preocupe; le presentamos el producto que revolucionará el mundo de la espiritualidad interior:

Nirvana al alcance de todos



Obtenga la Iluminación de manera rápida y sencilla con Nirvana al alcance de todos. Testado y certificado por los más afamados lamas del Tíbet.


Mi marido antes era un manojo de puro nervio; no se estaba quieto ni dormido. Siempre andaba estresado y preocupado por todo. Se mostraba irascible a la menor contrariedad. Y desde que compramos Nirvana al alcance de todos está irreconocible. Parece otro; todo el día con una sonrisa bobalicona en la cara y como montado en una nube. ¡Incluso me acompaña cuando voy de tiendas sin poner ningún reparo! Ah, y también ha dejado de roncar.

Ahora sí que somos una familia feliz; y todo gracias a Nirvana al alcance de todos.



Ya lo ha oído; Nirvana al alcance de todos, el método más fácil, rápido y seguro de alcanzar la Iluminación.

Pruébelo ahora mismo; las 50 primeras llamadas obtendrán de regalo nuestro pack de oferta, compuesto por un cojín de meditación cien por cien piel de reno de las praderas tibetanas y un amplio respaldo adaptable a cualquier espalda, además de nuestro revolucionario reproductor de Ooommms instantáneo. Todo ello pensado para su más completa comodidad. Nirvana al alcance de todos le asegura un cien por cien de Iluminación, avalado por El Consejo Regulador de Iluminados del Mundo.

Llámenos cuanto antes y obtenga su producto de primera mano y con las mayores garantías. Si en un mes no es usted un Iluminado, le devolvemos su dinero.

A pagar en cómodos plazos.

sábado, 3 de abril de 2010

Pensamiento del día

Al fin pude dejar de pensar.


Ahora la vida es como una montaña rusa en una habitación a oscuras.

¿Quién me acompaña?

domingo, 28 de marzo de 2010

Pensamiento del día

Si pienso tanto
es porque las almorranas
me obligan a sufrir en silencio.

Feliz semana... divinos pecadores.

jueves, 25 de marzo de 2010

Pensamiento del día

Poseo infinidad de defectos
y algunas virtudes.
Si aceptas los primeros,
podrás beneficiarte de las segundas.


No conviene olvidar que cada uno es como es.

domingo, 21 de marzo de 2010

Pensamiento del día

Tengo un poder:
No siento apego por nada.
Esto me permite amar a todos por igual.


Que tengáis un buen día... y mejores noches.

jueves, 18 de marzo de 2010

Pensamiento del día

¿Cómo temer a la muerte,
si tengo la seguridad de que,
mientras viva,
nunca estaré muerto?


jueves, 11 de marzo de 2010

Sobre los comentarios bloggeros

El último miércoles se generó en el Taller un debate muy interesante sobre los comentarios hechos en los blogs personales. Como resulta que se me quedaron algunas ideas enquistadas en la mente sobre dicho tema, me tomo la libertad de publicarlas aquí, en nuestro blog colectivo, donde queden a la vista y al escrutinio de cualquiera que se de una vuelta por este espacio libre y compartido.

Al respecto de los comentarios que la mayoría solemos hacer a nuestros compañeros bloggeros, se dijeron algunos términos que considero poco apropiados, como “pelotas”, y otros como “exhibicionismo” al referirse a las motivaciones que llevan a cualquiera a publicar algo en un blog. Quisiera matizar mi opinión en lo referente a estas palabras tan dichas a la ligera, aunque con la mejor de las intenciones, me consta.

En primer lugar, considero que cualquier manifestación de arte tiene su punto de exhibicionismo por parte del autor; es algo inherente al ser humano, y no tildamos de exhibicionista a ningún escritor, pintor, actor, etc. famoso que, además de alimentar su ego con su trabajo, también alimenta su estómago a costa de sus admiradores. Más mérito tiene para mí cualquier artista anónimo que expone su obra, libremente y sin ánimo de lucro, en un blog, por ejemplo, compartiendo así con quien lo desee (nadie está obligado) el fruto de su tiempo y esfuerzo.

Y es por ello que no me parece ningún acto de peloteo el valorar convenientemente ese mérito, independientemente de que la obra expuesta sea de mayor o menor calidad, ya que no creo que ninguno estemos aquí para intentar ganar ningún premio al mejor blog ni para convertirnos en escritores profesionales (yo no, desde luego).

Para mí, el escribir un comentario en un blog, es decirle a su autor: “he estado aquí y he leído tu trabajo, gracias por compartirlo”, simplemente, con la idea de que éste sea consciente de que su esfuerzo no cae en saco roto, además de mostrarme agradecido por su afán gratuito de compartir con los demás sus creaciones. Y si con este sencillo gesto hago engordar su ego, pues que se aproveche, que para eso se lo ha currado, y alguna ganancia tenía que tener, digo yo. Además, supongo que todos estaremos de acuerdo en que un blog se alimenta de las visitas, y por qué no traducir una visita en un hecho en forma de comentario.

Para terminar, decir que seguramente TODOS, al publicar algo en el blog, nos llevamos pendientes unos días en ver los comentarios y leerlos todos y cada uno de ellos con atención e ilusión. Me pregunto que qué pasaría por nuestras cabezas si pasasen los días y los días y nadie comentase nada. Lo más probable es que para la próxima vez nos pensásemos dos veces el publicar algo. Y todos acabaríamos perdiendo.



Bueno, esta es mi opinión; ahora espero las réplicas.... en forma de comentario.

jueves, 11 de febrero de 2010

Mil puertas


Con mil puertas atrancadas tropecé un buen día
Y sólo una de ellas podía ser abierta
Decidir cual sería resultó un desafío
Descubrir sus secretos necesitó paciencia
Una vez desvirgada la crucé con premura
Para darme de bruces con mil más bien cerradas
Ya sólo restaría decidir la siguiente.

Y es que cuánto más aprendo
Más ignorante me vuelvo.

viernes, 27 de marzo de 2009

No más palabras


Palabras, palabras y sólo palabras. No se me ocurre otra cosa que pueda aliviar en algo el dolor de este mundo, o que pueda hacer ver todo el amor que surge en el mismo planeta a cada segundo.
Será que no soy poeta, o será que ni tan siquiera un poeta es capaz de hacerlo.
No sé.
Construimos nuestro mundo particular en base a un conjunto de palabras que nos son familiares; pero este lenguaje es artificial, fue creado por el propio hombre, por tanto, es imperfecto e incompleto, y se encuentra en constante evolución.
Y sin embargo nos apegamos a las palabras como el bebé a la teta de la madre.
Si no tiene un nombre, una etiqueta, no existe. ¿Quién se atrevería a describir con palabras algo tan familiar como el olor de una rosa, el tronar de un relámpago o el sabor de la canela? Tan sólo se podría hacer usando comparaciones más o menos acertadas, y eso es porque aún no se han inventado las palabras que describan tales cosas, con lo sencillo que sería.
Podría leer toda una enciclopedia sobre los árboles, pero la mejor manera de conocerlos siempre será acercándome a ellos, tocándolos, oliéndolos, sintiendo su presencia, admirando su poderío.
¿Qué es un árbol? Una planta. ¿Y qué es una planta? Un ser vivo. Bueno, ¿y qué es un ser vivo?.... Así podríamos seguir hasta quedarnos sin repuestas, o mejor dicho, hasta agotar las palabras.
Pero un árbol siempre será un árbol, al igual que una rosa siempre olerá a rosa, por más rebuscadas metáforas que queramos aplicarle.
Porque la presencia siempre será antes que las palabras y los conceptos. Porque el ser humano no es esto o lo otro, el ser humano simplemente es. Y todas las etiquetas que queramos colgarnos sólo son cuentos chinos.
Porque el mundo ya existía tal cual es antes de ser catalogado y etiquetado por los hombres, sólo que entonces nos era desconocido... al igual que ahora. Nuestros recuerdos comienzan con el uso de la palabra... y ahí terminan también.
Siempre me he preguntado cómo percibirá el mundo un sordomudo de nacimiento. Quizás sean los únicos portadores de un secreto inapreciable que el resto de mortales perdimos en lo más profundo de nuestras mentes.
Puede que la palabra hablada y escrita sea uno de los prodigios más extraordinarios y revolucionarios que llevó al ser humano a encumbrarse como rey de la creación, pero algo me dice que aún le queda mucho por evolucionar. Una herramienta tan poderosa no debería poder ser utilizada para engañar, tergiversar, manipular, herir o humillar. Y mientras esto ocurra, yo seguiré haciendo de abogado del diablo, a pesar de todas las virtudes que se le puedan atribuir.
Cuando siento que las palabras no bastan o, simplemente son inservibles, busco refugio en mi silencio. A veces funciona... otras veces, no.
Y como penitencia por la soberbia mostrada en el uso del lenguaje imperfecto, sólo se me ocurre dejar este pésimo poema que ya publiqué en mi blog hace algún tiempo y que nos habla de ese otro lenguaje más sutil que nos rodea y al que apenas prestamos atención, pasando desapercibido como el insistente murmullo del alma:

Todos nos hablan... sólo que nadie escucha.
Nos hablan los niños cuando lloran en la cama.
Nos habla el viejo cuando calla en su butaca.
Nos hablan los árboles cuando los azotan los vientos.
Y también lo hacen cuando se yerguen en la calma.
Nos hablan las olas, encrespadas y salvajes,
que nos traen historias de corsarios inmortales.
Nos hablan los ríos, aunque corran a raudales,
y nos dicen a gritos que detenerse es la muerte.
Nos habla la torre, desde su altura encumbrada,
sabedora de su presto final en ruinas inertes.
Nos hablan los presos, tras rejas oxidadas,
¡este mundo no funciona, a ver cuando te enteras!
Nos hablan ambas caras de un muro fronterizo,
que suspiran a gritos por conocerse.
Nos hablan los listos, los necios y los notables,
pero mejor que a esos, escucha a las rameras.
Nos habla la tierra, agraviada por nuestras manos,
¡no me olvides insensato, qué sólo eres un ser humano!
Nos hablan las madres, con sus tristes miradas,
el pasado ya no vuelve, ¡ay si yo pudiera!
Nos hablan los pájaros, mientras nos observan,
y piensan callados en lo poco que nos queda.
Nos habla la luna, desde la distancia,
casi no nos distingue, sabe que no somos nada.
Nos hablan las estrellas, aún más lejanas,
ojalá pudieran compartir su misterio.
Nos habla el sol, majestuoso y sincero,
no lo mires a la cara, sólo siente su aliento.
Nos habla el alma, desde su tumba silente,
sueña que no es tarde, y nos dice que aún se puede.
Te hablo yo, con mi amargo poema,
pero no me hagas caso que la locura se pega.
Te hablan los libros, con su silencio patente.
Todos te hablan... sólo que tú no te enteras.


Yo no soy nada; sólo soy.
¿Y tú, eres?