domingo, 9 de marzo de 2014


LOS TOPOS Y LA CEBOLLA

Si tus ojos fueran dos palmas abiertas,

llenas de surcos, secos ríos y afluentes,
dando caricias de mil capas cubiertas,
como nudos de tierra en cada frente,
cómo pudiera crecer la hierba,
cómo pudieran tus ojos verme.

- Te alimentas de mí y de mis puertas -
Dice la cebolla del mundo al dolerse.
- ¿Acaso lloras mi muerte lenta,
capa por capa, frente por frente? -.

- Tú que me descubres en mis manos entreabiertas         
los secretos de la flor de tu simiente.                        
 
- Tú que te derramas en mi huerta,                     
alimentas mis garras y las haces fuertes.                  

- No, no es por este ensueño la tristeza,
que mis gruesos párpados ensombrecen;
es por no conocer la luz que te sustenta,
aquella que por pureza a mis ojos hiere -

- Abre tus tímidos dedos, observa
no hay nada de que protegerse,
que tus ojos no son dos topos, despierta,
mi querido y dulce niño durmiente -

Julio Cascobelo Moreno (09/02/2012)