Mostrando entradas con la etiqueta 1000 entradas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta 1000 entradas. Mostrar todas las entradas

miércoles, 4 de enero de 2012

Cinco añitos


Bueno, pues hace unos días tuvimos esa aparición tan especial del señor Blog que nos contó en mil palabras su biografía a lo largo de mil entradas. Y hoy, miércoles como no podía ser de otra manera, hace cinco añitos nada más y nada menos de aquel "probando, probando, un, dos, probando..." la primera entrada con la que nació nuestro retoño virtual. Estrenamos este 2012 con aniversario, así que muchísimas felicidades para el señor Blog y esperemos que aparezca de nuevo por aquí.

Os recuerdo que para conmemorar estas efemérides, se propuso el juego de escribir un relato o poema de exactamente mil palabras. Pedro es el único que se ha lanzado, así que esperemos que se anime más gente. De las demás actividades propuestas ya iremos hablando ¡a ver si nos animamos!

Más cositas. Os recuerdo también la tarea navideña que algunos la habéis hecho ya o estáis en ello. Se trataba de escribir un relato con el siguiente principio: "Aquella mañana Dios se levantó malhumorado y me pidió de desayunar un par de huevos fritos con bacón…" y el siguiente final "...pero por suerte el helicóptero ya no estaba allí". Extensión totalmente libre (tampoco pasarse que tiene que dar tiempo a leerlas todas en la clase del miércoles 11, no vayáis a escribir un novelón jijiji).

Queda pendiente el diario de nuestras aventuras con los aborígenes de Oceanía, que seré yo el encargado de colgarlo en cuantito que acabe esta vorágine navideña. Espero que los reyes se porten bien con todos ustedes y un brindis desde aquí por el cumple del señor Blog. ¡Chin, chin!

sábado, 17 de diciembre de 2011

Y POR FIN... LES DEDICO ESTO


Hola amigas y amigos de Letras Libres. Todos ustedes me conocen desde hace mucho tiempo pero esta es la primera vez que hablo así directamente. Que ya era hora después de tanto tiempo. Me he propuesto escribir esta entrada con exactamente mil palabras. Ni una más ni una menos. Mil palabras no son muchas, no se crean, así que no se me escaqueen por lo bajini. Mil palabras son como diez microrrelatos de cien palabras de esos que les ha dado a ustedes por escribir ahora. Por cierto, me he enterado yo por ahí que son relatos de gran categoría…



Aunque tengo que decir que no me han dejado ustedes leer ninguno (ejem, ejem). Menos mal que gracias a mis vecinos, sí he podido enterarme de alguno. También me han cotilleado por ahí que lo pasaron ustedes de maravilla en la cena que organizaron. Yo me alegro pero ya me podrían haber invitado, ¿eh? Que uno aquí después de todo este tiempo y sin catar nada de las pitanzas tan maravillosas que se dedican. Tiene guasa la cosa. Pero bueno, es normal, no es que tenga mucha movilidad yo. Siempre estoy aquí para que la gente me vaya colgando cosas.


Digo yo que estos años ya me valdrían por lo menos para un doctorado en literatura. Fíjense: yo, que nací todo blanquito y sin medir más de una cuarta. Y escuchimichao. Un cuatro de enero me trajeron al mundo. Qué frío, y sin ná de ná. Encima me dijeron que me habían traído… por probar. Por probar, fíjate tú qué guasita. Pero tuve la suerte que desde el primer día me arrullaron con metáforas. ¡Ay las metáforas! Cuántas habré visto durante mi vida. Después de todo este tiempo aún sigo enamorado de ellas. ¡Qué cosa más maravillosa son las metáforas!


“El movimiento es un murmullo de cascabeles en carretas engalanadas”, “la lluvia sobre el tejado de zinc es una manifestación de gnomos con zuecos”, “el motor de mi viejo coche suena como el timbre de una casa sin dueño”, “el levante es una escoba marinera aprendiz de peluquera”, “el miedo es un vértigo de mil azoteas aposentado en la nuca”, “la oscuridad son negativos de ventanas deslizándose en el tobogán de mis párpados”, “la risa es el lenguaje común y en desuso de la tribu Alegría…” ¡Los relatos y los poemas bullían como gotas de agua en una sartén hirviente!


Mi sensibilidad literaria y mi amor por las palabras se las debo a todos esos poemas y relatos que me contaron. De hecho tengo muy buena memoria porque me acuerdo de todas y cada una de esas historias. Hasta puedo recordar el día, el mes y el año exacto. También es verdad que la memoria estadística es algo que se estila mucho en mi vecindario. Pero con el tiempo aprendí que existen otros tipos de memoria. Por ejemplo la que se queda grabada en el inconsciente. Un olor o un sonido pueden llevarte a experiencias escondidas en lo más recóndito…


De esta forma pude escuchar las cadenas arrastrando de un fantasma viejo escondido en un pozo, una tiza chicharreando en una pizarra y espolvoreando una sotana, los cañonazos de temblor de un terremoto… Y también pude oler el alma de un abuelo fallecido que se quedó guardada en un jersey, el aroma fulgurante de la manteca colorá en el patio de un colegio, la esencia de aquelarre que esconde el jabón lagarto, el perfume enfrascado en el patio de naranjos de una casa de verano y las chispeantes briznas de azúcar del algodón dulce que viaja de feria en feria.


Hablando de viajes: ¡cuántos lugares he visitado a lo largo de mi vida! Me han deslumbrado palabras de los sitios más exóticos: la vibrante y proverbial Somalia, el apasionado y hechizante Sahara, el telúrico y hondo Vietnam, la musical y brava Jamaica, la versada y reluciente Islandia. Y sin poner un pie en ninguno de esos sitios. ¡Y los que me quedan en el futuro! Ya de momento estoy planeando una visita a Oceanía para ver qué me cuentan los aborígenes. Pero no sólo he viajado por el mundo, también por el espacio, por el tiempo y por las dimensiones…

He descendido por el pozo abisal de un microscopio hacia la inescrutable realidad subatómica, he recibido visitas de seres extraterrestres cuyo idioma sonaba a chirridos de escorpión y a agujas metálicas, he conocido simpáticos animales como un hámster miedoso y bonachón y un gato enamorado de las ratas, he dado la vuelta a mis células como un calcetín para palpar el frío tacto de mi rostro al otro lado del espejo, me he embarcado al espacio exterior en una nave de plástico y he desbrozado de prejuicios la selva de las palabras en busca del sutil tesoro de lo real.


¡Y cuánta gente me ha dejado colgadas sus historias! Recuerdo perfectamente a todos, cada uno con su voz y su mirada únicas. No bastarían mil palabras para hablar de todos ellos. Sí me gustaría dejarle un afectuoso recuerdo a Isabel Muñoz, esa maga tan especial cuya luz inunda ahora el cosmos. También recuerdo esas lecturas y puedo hablar (porque pude sentirlas) de la inquietud, la emoción, la alegría. Incluso recuerdo las visitas de escritores tan esperadas y tan celebradas. Y recuerdo los cuentos al arrullo de ese mágico árbol de Sancti Petri, las comidas, las canciones, los deseos… ¡Cuántas cosas!


Se me acaban las mil palabras y aún tengo que hablarles del futuro. Sé de buena tinta que los próximos acontecimientos les van a poner a mil. No puedo decir más porque es un secreto recién salido del horno. Calentito, calentito. Y para el futuro, también espero que no se olviden ustedes de mí, que me sigan colgando tareas, versos e historias para que pueda seguir leyendo y conociendo. Porque todo lo que soy y lo que he aprendido en mis cinco años de vida, en mis mil entradas, es gracias a ustedes. Gracias por estar ahí, mis queridos personajes.

Mil besos, mil cariños, mil abrazos 
El Blog de Letras Libres


POSTDATA: "Cuando por fin cumplió las mil entradas, el Blog de letras libres lo celebró dedicando un post con su biografía a todos sus “personajes” de la Escuela y el Colectivo."

Yo también he hecho la tarea de este miércoles, no quería quedarme sin probar el juego. También yo tengo derecho a "personificarme", ¿no?


¡Que les vaya de maravilla la lectura de hoy!

sábado, 3 de diciembre de 2011

Cuenta atrás... y tareas pendientes...

Me gustaría que os fijárais en los números entre paréntesis. Son del registro de entradas del blog.


Ahora coged calculadora y sumadlos, veréis lo poquito que nos queda para llegar a una cifra redonda y muy especial. ¡Hay que escribir algo para celebrarlo! Además si os fijáis en la fecha de la primera entrada de 2007 veréis que dentro de muy poquito es también el cumpleaños del blog. ¡Casi nada!

Aprovecho para apuntar las tareas que hemos hecho estos días en la escuela, a ver si recuperamos la costumbre de colgarlas y llegamos rápido a ese número redondo ¡o al doble de ese número! Empezamos con la tarea de la biografía que ya Pedro y Tangai se han animado a hacerla a distancia. Se trataba de escribir un microrelato contando nuestra vida desde que nacimos y terminar con la frase: "y esta tarde entré por la puerta de este taller". Todo ello en tres o cuatro líneas y sin decir nombres propios. Si se anima más gente a hacerlo, puede cambiar la última frase por: "y hoy he entrado en el blog de letras libres". Ánimo que seguro que salen cosas tan bonitas, interesantes y verdaderas como las que oímos en el taller.

Otra tarea que hemos hecho ha sido con el libro "Mis primeras cienmil palabras" que está lleno de ilustraciones sugerentes. Se trataba de escribir un relato inspirado en lo que te sugiriera la imagen. Recordar también que queda pendiente la tarea preparada por Ra de escribir un relato insertando a un personaje conocido (histórico o ficticio) en una época histórica totalmente diferente a la suya (al estilo de los relatos de El bombero de Pompeya de Migue).

Equilibrista (¿se notaba mucho? :P)