viernes, 28 de febrero de 2014

Jornaleros...Tarea para el 12 de Marzo

      Hola compañeros.  Le doy un respiro a Deivid, que me consta que anda liadillo, y os comento yo la próxima tarea de la ELL. 
En primer lugar, advertiros que no habrá clase el miércoles que viene, o sea, el 5 de Marzo. Por lo tanto, la próxima reunión será el día 12 de Marzo.
Hasta entonces tenemos  la siguiente tarea:
Siguiendo el esquema métrico y rítmico (ya sabeis;  _ _ |_|  _ |__|  |_ _|_ _  qué lío!!! )  del potente poema de Miguel Hernández “Jornaleros”, escribir un poema, sin necesidad de rima, ni siquiera de poesía, con la misma métrica y rítmica de dicho poema.
En este enlace tenéis el poema completo, que merece la pena leer, saborear y releer, pero para nuestra tarea, como el poema es largo, solo utilizaremos estos versos;

JORNALEROS
Jornaleros que habéis cobrado en plomo
sufrimientos, trabajos y dineros.
Cuerpos de sometido y alto lomo:
jornaleros.

Españoles que España habéis ganado
labrándola entre lluvias y entre soles.
Rabadanes del hambre y el arado:
españoles.

Esta España que, nunca satisfecha
de malograr la flor de la cizaña,
de una cosecha pasa a otra cosecha:
esta España.

Poderoso homenaje a las encinas,
homenaje del toro y el coloso,
homenaje de páramos y minas,
poderoso.
Si no me he explicado con claridad y alguien tiene dudas, escribidme a mgpicardo@hotmail.com y os explico ipso facto y en directo. Te echamos de menos Deivid!!
Feliz fin de semana y besos.

lunes, 24 de febrero de 2014

Aquí están tus recuerdos... (seguimos con el taller de ritmo)

Hola compañeros. Esta semana traemos este fragmento del poema de Olga Orozco "Aquí están tus recuerdos..." del que tenemos que sacar el esquema métrico y rítmico, marcando los acentos rítmicos, antirrítmicos y arrítmicos. Aquí van los versos:


Aquí están tus recuerdos:
este leve polvillo de violetas
cayendo inútilmente sobre las olvidadas fechas;
tu nombre,
el persistente nombre que abandonó tu mano entre las piedras;
el árbol familiar, su rumor siempre verde contra el vidrio;
mi infancia, tan cercana,
en el mismo jardín donde la hierba canta todavía
y donde tantas veces tu cabeza reposaba de pronto junto a mí,
entre los matorrales de la sombra.

Todo siempre es igual.
Cuando otra vez llamamos como ahora en el lejano muro:
todo siempre es igual.
Aquí están tus dominios, pálido adolescente:
la húmeda llanura para tus pies furtivos,
la aspereza del cardo, la recordada escarcha del amanecer,
las antiguas leyendas,
la tierra en que nacimos con idéntica niebla sobre el llanto.



Y merece la pena también deleitarse con el poema completo que podéis leer en este enlace. Hasta el miércoles.

lunes, 17 de febrero de 2014

Rítmicos y antirrítmicos

Esta semana tenemos que seguir haciendo el esquema métrico y rítmico del poema de Alberto Porlan, pero también marcando los acentos rítmicos y antirrítmicos. Recordad que son de uno u otro tipo en función del axis. Nos vemos el miércoles.

viernes, 7 de febrero de 2014

País de Alberto Porlan: tarea de medir ritmos... y recuerdos

Esta semana tenemos que medir el ritmo de los versos de País de Alberto Porlan. Ritmo de traqueteo de tren, tenemos que representar las sílabas tónicas y átonas de sus endecasílabos y sus alejandrinos.  Ya que estamos podemos recordar los gratos momentos que nos brindó en la Escuela cuando nos visitó y cuando presentó su obra en El Tendedero. Podéis mirarlo en las entradas del blog en este enlace y en este otro. Hasta el miércole.

Viajando con los ojos bien abiertos
a través del país de cien países
rodando con los ojos bien abiertos
y abierto el pensamiento como un vaso
añoro mi alma alerta de chiquillo
envarado en su inhóspito pupitre
la mañana del día en que empezaba el curso

Corriendo con los ojos bien abiertos
entre prados azules y blandos humedales
entre sonrisas nuevas e idiomas nunca oídos
que comparten preguntas y discuten respuestas
mientras detrás del vidrio desfilan confundidos
los menhires las torres defensivas
las llagas de la historia
sus doncellas violadas y sus bosques de ahorcados.
Detrás del vidrio fluyen torrenteras de siglos
lentas lenguas de lava que arrastran imparables
la música y los cuadros los libros y las leyes
catedrales coronas estatuas y legiones
se queman semihundidas en la brasa que avanza.
Un paisaje borracho de los alcoholes duros
que el tiempo ha destilado sin propósito claro
mezclando en sus matraces las lunas y los soles
con esperanza angustia poder codicia y credos.

Qué dirías que es eso que vemos tras el vidrio
es un pastel servido en un cubo de sangre
es un manto tejido con orgullo y con culpa
una idea escondida en una enciclopedia
un desván sin ventanas donde riñen los gatos.

Qué dirías que es eso que oímos tras el vidrio
es un discurso antiguo ruin y admonitorio
que nos acuna con gnomos y con hadas
nos seduce con brujas y con ninfas
y nos calla con ángeles armados.
O quizá sea tan sólo el silbido del viento
encima de un tablero con escaques
a cuyo borde yacen los caballos las torres
y lloran los alfiles la muerte de sus damas
después de una partida jugada por idiotas
que dejaron tumbados a ambos reyes.

Qué dirías que es esto. Y quién puede entenderlo.
Sabemos ciertas cosas pero aclaran bien poco.
Apliquemos la ciencia: la física no basta
para entender la cara de una vieja
el álgebra no ayuda ni siquiera una pizca
a lograr que despunte la flor de la patata
y los quanta no aportan sustancia a nuestra sopa.

Quién lo entiende colega, quién lo entiende.

lunes, 3 de febrero de 2014

El Amor nunca es imposible


Cada mañana al despertjar corría impaciente hacía el ordenador en busca de algún comentario, un mensaje.... lo que fuese, le daba igual. Era lo primero que hacía cada día, antes de vestirse, de desayunar, a veces incluso antes de orinar; la obsesión le vencía irremediablemente. Su blog era comentado por decenas de personas de las más diversas procedencias y edades, pero a él sólo una de ellas le importaba realmente.
Desde aquel día que la vio por primera vez en su espacio virtual, esa imagen que acompañaba al comentario le cautivó por completo. Su pelo largo y rubio ondeando sobre el hombro desnudo, esa mirada retadora con ojos de hielo chispeantes y unos labios color de miel que parecían ocultar el más arcano de todos los misterios de la creación. Y sus palabras, siempre dulces, siempre insinuantes, como intentando conquistarle, o al menos así le parecían a él... o así quería verlo. Era el ser más perfecto que pudiese ser concebido por este Universo.
Su admiración, su amor, fue en aumento después de escudriñar con una paciencia de relojero cada entrada publicada en el blog de su amada. Era una poeta incansable, apasionada, capaz de extraer versos insuperables de cualquier situación vivida o soñada; su tema preferido: el amor.
Y él no tardó mucho en autoproclamarse protagonista de los delirios de su amante desconocida. Cada poema escrito por aquellas manos que imaginaba deliciosas, se pensaba que iba dirigido hacia él, a tal extremo llegó a seducirle cada palabra que le regalaba en su blog.
Con el tiempo fueron afianzando su confianza; él le devolvía cada visita en el mismo tono excitante, llegando a veces a rozar los límites de lo cuestionable, y ella le correspondía con palabras aterciopeladas y repletas de caricias que le hacían enloquecer más y más. Besos y abrazos dejaron de ser sencillas despedidas inexpresivas para pasar a tomar todo su significado más ardiente y apasionado. Se intercambiaron e-mails, números de teléfono, sus contactos se multiplicaron, transcendiendo de la impersonal pantalla de ordenador hacia la más cercana y peligrosa realidad cotidiana. Les separaba una distancia considerable, pero las promesas de acercamiento se repetían una y otra vez aumentando su desesperación hasta límites inhumanos. Él sabía que estaban condenados a conocerse y amarse de por vida... pero no veía el momento.
Cierto que había algunos inconvenientes, como su matrimonio, sus dos hijos, los trabajos de ambos... en fin, toda una vida por detrás... pero ¡qué caray! El amor podía derribar cualquier obstáculo, ¿acaso no era eso sobre lo que escribían una y otra vez? También había oído hablar infinidad de veces sobre los peligros que podían conllevar las relaciones a través de la Red; el crearse una ilusión inexistente, construir castillos en el aire, etc., pero él sabía que el suyo no era el caso. Era una persona adulta, inteligente, y además, aquella mujer, aquel ser delicioso, llevaba más de un año escribiendo en su bitácora particular unos poemas que hablaban sobre su vida, sobre ella misma, así que debía ser real; ERA REAL.
Pero cada cita que intentaba concertar con su amante escurridiza era a su vez pospuesta por ella; una reunión de trabajo, alguna enfermedad inoportuna, una visita de última hora,.... cualquier excusa era válida para retrasar tan esperado momento. Así que llegó la hora en la que el corazón, apunto de estallarle en el pecho, le pidió a gritos que dejase a un lado las palabras y pasase a la acción.
Las broncas en casa, con la familia, habían llegado a tal extremo de crudeza y era tal el infierno que vivía cada minuto sin ella, que poco importaba ya el riesgo que asumía al hacer una maleta y tomar el primer vuelo hacia la ciudad donde vivía el gran amor de su vida.
Se presentó una mañana lluviosa de invierno en el portal de las oficinas donde trabajaba, con el ánimo encendido y el rostro resplandeciente del adolescente que intenta sorprender a su amor de juventud. Fue entonces cuando cayó en la cuenta de que ella no conocía su aspecto; su avatar cibernético correspondía a una imagen abstracta que siempre le había llamado la atención, nada que ver con su rostro. Esta circunstancia aún hizo aumentar más su excitación de amante primerizo, pero no le coartó en absoluto su resolución de lanzarse a sus brazos en cuanto la tuviese delante. Presentía que el momento se acercaba.
Tenía memorizado cada vello de su tez azulada, así que intuía que no le resultaría difícil hallarla. Entró resuelto, aunque nervioso, y comenzó su ansiada búsqueda entre el escaso personal que allí se encontraba. Pero antes de toparse con ese rostro refulgente de sus sueños, fue a encontrar su nombre completo grabado en una pequeña placa de metal junto a una puerta acristalada, tras la cual se percibía el movimiento de una figura femenina. Sin más dilación, la abrió con el corazón desbocado de impaciencia.
Aquella mujer que le miraba absorta ni por asomo se parecía a la esperada; era bastante mayor, algo rechoncha y de piel morena y grasienta. Cuando él preguntó por el nombre que figuraba en la puerta, sus peores sospechas cobraron vida: era ella.
Incapaz de pronunciar una sola palabra, se dio media vuelta, y fue derecho al aeropuerto. Tras arduas disculpas y complicadas maniobras de persuasión, logró el perdón de su esposa... y su vida continuó en el mismo lugar donde la dejó.
Cada mañana seguía despertando deseoso de comprobar los insinuantes mensajes que recibía de su amada. Y cada mañana, continuaba contestándole con palabras llenas de cariño y promesas de amor eterno.
Esa imagen de pelo rubio y ojos cristalinos jamás pudo borrarla de su pensamiento... la imagen de su amada, de su amor imposible... pero real.