EL BÁRBARO
A nadie le importa
su sucia mirada de bárbaro acaudalado,
ni su sigiloso estruendo
de amaestrado pensador.
Todo queda justificado
gracias a su dote infinita
de perfumada fetidez.
¿Y los que padecen
llagas en el recuerdo
dónde broncearán
sus llagas?
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