Hubo una vez un hombre y, como en casi todas las historias de amor, una mujer. Ella tenía la luna en su piel; él, la verde mirada que enciende el placer. Se miraron, se encontraron, se recorrieron, se anduvieron uno en el otro; descubriendo ella, una a una, las arenas de blancas dunas que lo conformaban y él, deslizándose por los humedales verdosos de su ser. Él construyó para ella un Paraíso verdeblanco y ella le regaló los catorce días en que supo que vivió.
Y colorín colorado, la historia de Abderramán y Zahara te he relatado.
Fita
1 comentario:
Breve pero intensa, como los buenos perfumes.
Nos vemos mañana.
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