Cae el alba. Cientos de mariposas levantan el vuelo, iniciando así su danza sicótica al compás de los pensamientos.
... No hay nada en este mundo que sugiera mi destino incierto...
La luna es devorada por la mañana, hambrienta de almas soñolientas.
Nubes de humo negro se alzan sobre mi morada, con su halo de muerte y oscuridad.
Mis pies imprimen huellas diáfanas sobre el detritus que sustenta a la humanidad.
Pero mi mirada no se dirige hacia arriba... ni hacia abajo... sino hacia el frente, hacia el horizonte, donde una luz titilante, tímida, comienza a asomar desconfiada.
No es ningún ángel custodio indicándome su camino celestial... Sólo es la Esperanza, trémula e indecisa.
... No hay nada en este mundo que sugiera mi destino incierto...
Mi paso es firme, mi mente está despejada... la duda aún persiste, pero ya la tengo domeñada.
Ahora agarro fuerte las riendas del libre albedrío y lo fustigo con rabia contenida... y con presteza, porque aún puedo oler el fétido aliento de la depravación que me sigue de cerca.
Pero ya no me preocupa, porque sé que va desapareciendo el miedo que la alimenta, obligándola a ceder.
... No hay nada en este mundo que sugiera mi destino incierto...
4 comentarios:
Bueno, os ha dado por escribir relatos de suspense y/o terror. El caso es que como encima lo hacéis bien...pues como dice Fita en un comentario a David, que nos vais a hacer pasar miedo!!.
jose maria
Un bello texto, evocador, a la par que inquietante. Sugiere muchas cosas, en vez de decirlas, deja a la imaginación del lector lo que hay detrás, pero es fácil reconocer el mundo en que se mueve el personaje, oscuro y podrido, que no es otro que el que vivimos día a día, aunque hay ese punto de luz y esperanza. Me ha gustado mucho Pedro, has plasmado de forma muy inteligente esos sentimientos.
David
Pedro te estas haciendo un filósofo literario...
Aquí hay tela marinera pa reflexionar y para descifrar en el alma de cada lector.
Saludo a nuestro Platón.
Veo que vas mejorando a pasos platónicos, tus poemas cada vez desgarran mas las tripas del alma.
Publicar un comentario