EL BESO NARANJA.
La Luna, irresistiblemente rojiza, entraba por la ventana del dormitorio bañándolo de una exultante calidez.
Lo tenía todo decidido. Esa noche sería. Pasaría el resto de su vida en un psiquiátrico. Tomó el móbil y avisó a una ambulancia.
Abrió el desordenado cajón de los cubiertos y con el dedo índice, como quien busca un diamante entre cristales rotos, apartó el hacha de cocina. Lo cogió y con la afilada punta se perforó una vena de su muñeca izquierda.
Subió las escaleras en dirección a su cuarto soportando el dolor y el mareo. Los ligamentos de sus rodillas chirriaban como viejos peldaños de madera.
Entró en la habitación se sentó al borde de la cama y agarró fuertemente la melena de su mujer hasta el punto de herirle con las uñas el cuero cabelludo. Ella abrió de par en par aquellos ojazos negros como el carbón y fue ésa su última mirada; la pequeña pero cortante hacha le seccionó la garganta salpicándolo todo de un rojo oscuro. El cuerpo se agitó convulsivamente y él quedó a solas con aquella cabeza y aquellos negros ojos que no dejaban de mirarle pero que no le veían. Ahora ella no se negaría. No tuvo más que besar , sensuales, aquellos trémulos y anaranjados labios que le volvían loco,besarlos hasta que se le salise la vida por la mano.
En ese preciso instante empezó lo que siempre había perseguido, su auténtica existencia.
Unos camilleros llamaban al timbre de la puerta pero nadie les abrió.
Algo macabro el relato, lo reconzco, pero... ¿se podrá besar de una manera más
apasionada?
Un saludo. moy.
5 comentarios:
Buenísimo, Moy, tan bueno como la cruda realidad, que desgraciadamente supera hasta las mas impactantes metáforas de tu relato. No te ha hecho falta el principio del texto que elegimos para encadenarlo con el último ejercicio, la verdadera existencia está presente en él de forma brillante. Dicho todo ésto a partir de ahora dormiré con los labios pintados de verde... por lo que pueda pasar, jijiji.
Ra
Macabro, inquietante... pero muy bien construido para mantener la tensión e intriga hasta el final.
Existen muchos tipos de historias de amor, y ya sabemos que hay amores que matan.
Un abrazo.
no me quieras tanto, quiéreme mejor...
sería lo políticamente correcto...
pero ¿qué tiene que ver la pasión con todo eso?...
que no lo aprendan los buenos poetas, como tú.
Fita
Bravo Moy, me gusta el morbo que destila el relato, Le podías poner de fondo una canción de Miguel Angel que se llama, "las muchachas leñadoras", descárgala y verás que sirve muy bien.
José María
Ofú Moy, que escalofrío, termino de leer tu relato y te veo aparecer por el mostrador de la biblioteca, entoavía estoy temblando.
Pues la tarea aquella era el comienzo de un libro de terror que tenía Ra en su casa y bueno, la has hecho bastante bien, terrorífica, claro. Me gusta mucho más tu vena poética que como escritor de relatos.
Eva.
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