Fui el libro enmudecido por mil sombras del pasado.
Fui el número tatuado en un dorso no nacido.
Fui la muñeca ennegrecida y sin cabeza de una niña malcriada.
Fui la escotilla siempre abierta por la que asoma un olvido.
Fui la corbata más preciada que jamás colgó de un cuello.
Fui la constelación por la que orbitan cien agujeros negros.
Fui la mancha luminosa en un día gris oscuro.
Fui la perdición maniatada que corre tras el hilo.
Fui la mecha que clama por un fuego vagabundo.
Fui la maleta nunca usada y llena de pergaminos.
Fui el lienzo desdeñado con un verso descolorido.
Fui el traficante de golosinas al que nadie puso nombre.
Fui el día secuestrado por una noche codiciosa.
Fui un gusano que sin seda se quedó al mediodía.
Fui la sombra que corría tras la luz de cada antorcha.
...
Soy una mariposa que robó la seda para renacer libre y hermosa.
6 comentarios:
El verso es pecioso, aunque eso de terminar reconociendo que eres una mariposa..., jejeje. De verdad Pedro, me gusta
Pues a mí el final me ha encantado...una mariposa que roba la seda...eso es demasié.
Yo creo que vas a aprobar, Pedro, y me da que con buena nota.
Besos
Precioso broche final. A mí me parece que con ese giro le das sentido al poema.
Loli.
me gustó y me emocionó....
la cosa va mejorando¡¡¡
como sigamos así...jejejejeje
fui la mancha luminosa d e un día oscuro...tu lo has dicho, eso son tus versos. Fita
Si es que las metamorfosis están de moda...pero especifica...mariposa, que no mariposón, jijiji
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