Os comparto un poema de Fernando Pessoa que me cambió la Vida
en cuanto a mi forma de comprender el Amor y la esencia del Ser
"Mi mirar es nítido como un girasol
Tengo la costumbre de andar por los caminos
Mirando a derecha y a izquierda,
Y de vez en cuando para atras...
Y lo que veo a cada momento
Es aquello que nunca antes había visto,
Y me doy cuenta muy bien...
Sé tener el pasmo esencial
Que tiene un niño, si, al nacer,
Repara deveras en su nacimiento...
Me siento nacido a cada momento
Para la eterna novedad del mundo...
Creo en el mundo como en una margarita,
Porque lo veo. Pero no pienso en él
Porque pensar es no comprender...
El mundo no se hizo para que lo pensaramos
(Pensar es estar enfermo de los ojos)
Sino para mirarnos en él y estar de acuerdo...
No tengo filosofía: tengo sentidos...
Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa lo que ella es,
Sino porque la amo, y la amo por eso,
Porque quien ama nunca sabe lo que ama
Ni sabe porque ama, ni lo que es amar...
Amar es la inocencia eterna,
Y la única inocencia es no pensar..."
5 comentarios:
Julio...perfecto,brutal y hecho a mi medida..
gracias compañero impensado¡¡¡¡
Pessoa debió tener algo de taoísta. Comparto plenamente su visión.
Buena aportación, Julio.
Pues lleva razón Pedro, parece que Pessoa tiene una visión del mundo un tanto taoísta, a juzgar por su observación de la naturaleza.
Hermoso texto.
Gracias Julio!!!
fundirse con la naturaleza hasta confundirse con ella, y amar con la inocencia de un niño... sin preguntarse por qué...
gracias por la referencia, julio! me ha gustado mucho esta visión del mundo...
mirar sin ver, amar sin querer...!Qué desperdicio!!! como dice Pessoa, veamos, amemos y dejémonos de gaitas...Fita.
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