martes, 4 de enero de 2011

El curro de rey





Tres horas. Mi primer contrato del año y es para tres míseras horas. Ya me está tocando los cataplines esta puta crisis. Tres horas. El único aliciente de este puñetero trabajo es que no me reconocerá nadie, ni siquiera el simpático de mi tío Julián. Cualquiera le dice que seré rey por un día, con la que me dio en la cena de nochebuena. -El parado debe estar en continua formación y no rendirse, debe tomárselo como un trabajo, crear currículos, asistir a cursos, formarse, formarse…- la que me dio el muy… No me extrañaría que apareciera por aquí, le gusta un centro comercial más que a un tonto un lápiz. Todo lo que lleva encima es de marca, hasta los calzoncillos los lleva del Tomi Jilfigue ese de los cojones. La cara que me puso cuando le dije que los míos eran de Marco Paqueti. Porque eso sí, marcar marcar, marco yo más paqueti que él, que tiene a la mujer del paquete, sin estrenar. Hace corriente aquí, menos mal que me han dado esta especie de túnica verde brillante. ¿Tú crees que los reyes antiguos llevaban de verdad tanto brillo en la ropa? Sería para verlos brillar desde lejos en el desierto, digo yo. La cara que tiene el segurata calvo. No deja de mirarme con mala leche, se ve que le suenan mis ojos. Si supiera que era yo el que quería llevarse el lenguado de dos kilos entre la barriga y el cinturón… lo frío que estaba el condenao. Y al final pa ná. El calvo me vió hacer gestos estirando la pierna y se mosqueó. En fin, que no estaba pa mí el lenguao. Llevo un rato masticando pelos de plástico de la puñetera barba, y eso que todavía no he empezado. Los niños me miran asustados desde la cola. No hijos no, a quien tenéis que temer no es a mí sino al segurata calvo que os controla, ése es quien os va a echar a cosquis del Carrefour dentro de tres añitos, ya veréis. ¡Míralo, si lo sabía yo! ¡Mi tío Julián! Como se acerque le meto en la cara con un Sugus. Ya se va, me está gustando esto de pasar desapercibido, aunque a la madre rellenita del chiquillo rubio no parece que le haya gustado mi guiño picarón. Bueno, ya va a empezar esto, el calvo está dejando pasar al primero. Tengo que repartir estos juguetitos poco a poco, se ve que han puesto algunas Nintendo entre las cajas pero no me han dicho en cuales.

- Hola pequeñín. ¿Te has portado bien?
- Sí, y me ha dicho mi padre que me dé la caja roja que está junto al árbol.
- Lo siento pequeñín, toma esta que es igual de bonita.
- Me ha dicho mi padre que me dé la caja roja que está junto al árbol.
- Pero eso no puede ser pequeñín… ¿no ves que…?
- Que me ha dicho mi padre que me des esa caja, que si no te vas a enterar de lo que vale un lenguado.
- Ejem… vale, vale… Toma pequeñín…

Ya le ha cambiado la cara al calvo. Y lo tierno que es con su crío… Hay señor señor, si es que ya nadie respeta a la monarquía… En fin…

4 comentarios:

Equilibrista dijo...

Muy simpático Alinando :) La guasa que tenía el calvo xD La forma de narrarlo está bastante conseguida, se nota el perfil de los personajes... brutal lo del paquete y la mujer del otro xD

genialsiempre dijo...

Lo que ha crecido Alinandito, que ya interpreta a los Reyes Magos, aunque parece que nos ha salido un poco golfo.
Muy bueno el comic-relato, en tu línea

María Dolores dijo...

Incluso lo he visto al rey, al niño, al seguridad, el regalo, el lenguado y mejor me callo lo del...................ja,ja,ja.

Gracias, un poco de humor viene de maravilla.

Loli.

Raquelilla dijo...

jajajajajajajajajajaja
Con ese rey mago no me sentaba yo ni harta de pedí regalos, que no le echaría cuenta ni a la dichosa consola con ese tío masticando pelos sintéticos y sudando bajo el disfraz como un cochino... ahora, que el más terroristas de todos los del relato está claro quién es: el niño del calvo.