Mi pequeña aportación al ejercicio búsqueda de la poesía (aunque no asista).
Domingo
por la mañana. El sol entra por el ventanal de la cocina. Mi mujer y
mi hija están sentadas una frente a otra pelando patatas para
lo que va a ser una suculenta tortilla. Charlan relajadamente, la luz
y el calorcito invitan a ello. No oigo lo que dicen pero parece una
conversación distendida, de madre e hija, la que probablemente no
tendría con su padre. Las observo desde la puerta manteniéndome
prudentemente al margen. Mi hija pela la patata con cortes rápidos,
pequeños, imprecisos,
llevándose en algunos tajos
más patata que piel, girándola
como si fuera una peonza, como su vida, impaciente por llegar a otra
etapa que también querrá consumir veloz; mi mujer como si ya
hubiese pasado por todas las etapas, pela la patata despacio con
precisión, sin dejar ningún ojo,
es capaz de dejarla limpia con una sola monda. Resulta
curioso descubrir cómo
pelar una patata se puede convertir en toda una metáfora de la vida.
Alfonso
1 comentario:
Qué curioso y sugerente que un acto tan cotidiano y rutinario pueda esconder una metáfora tan profunda. Me alegra que compartas tu tarea y tu mirada poética, Alfonso. Gracias!
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