martes, 1 de marzo de 2011
Eva
Érase una vez una mujer
Érase una vez, en el Paraíso
Era el principio…
Eva contemplaba como pasaban
los días con sus noches,
las mañanas de escarcha,
las tardes en calma
Le alboreaba el azul lila de madrugada,
La caricia fresca de la hierba temprana
La aspereza sólida de la tierra desecada
La ligereza de una hoja deshojada
La tibieza cercana de su compaña
con él aprendía
que el agua saciaba, que el viento silbaba,
que la mar rumoreaba , que la lluvia calaba,
que el frío enlazaba y la calor agitaba
juntos miraban
como la niebla envolvía, cubría y se deshacía
como las olas se agitaban, se agigantaban y se acompasaban
como la luz se encendía, titilaba o los ocultaba
aunque Eva lo sentía
agitarse, inquietarse, impacientarse
Lo oía enfadarse, enervarse,
Imprecándole a los cielos….
¡!! El paraíso es un sueño,
aquí no puedo habitar!!!
Necesito
Arrancarle a la tierra los frutos
hasta que me venza la fatiga
y encuentre alivio en el reposo
Desplazarme por los mares buscando mis sueños,
Venciendo al viento, aplacando monstruos y sirenas
Andar sin rumbo hasta
encontrar mi norte
Perderme en el sur
Descubrir occidente
ventear en levante
Y sobre todo, quiero, desearte….
Entonces Eva le dio del fruto.
Fita
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5 comentarios:
gracias genial siempre pero he cambiado algunas frases, espero que ahora se entienda mejor. fita
Ve tú, esta versión del Génesis sí que me la trago. Si es que no pudo ser de otra manera.
Gracias, amiga Fita, por aclararnos tantas cosas con estos versos tan maravillosos.
No sabe ná la Eva...jejejeje
menuda ella...y menuda tú...
ole por ti, guapaaa ¡¡¡¡¡
No sé porque no aparece mi comentario anterior, pero no me importa repetirlo... me encanta este paraiso, espero que nos esté reservado
Y mucho tardó en dárselo, ya podría haberlo cogido él, que no era manco...
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