Hay que hacer muchas cosas todavía.
Encender fuegos que derritan corazones helados,
distinguir lo hecho de lo que se haría,
acariciar cuerpos jamás tocados,
construir poemas para que mi niña sonría.
Hay que hacer muchas cosas.
Mirar atrás por última vez,
jugar como niños persiguiendo mariposas,
recordar tan sólo las experiencias hermosas,
celebrar lo vivido con humildad y calidez.
Hay que hacer muchas cosas todavía.
Perseguir los sueños con tesón, sin cobardía,
regalar ilusión aun en noches sombrías,
ofrecer sobretodo lo que nadie daría,
mi vida, mi corazón, que siembren alegría.
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