martes, 19 de enero de 2010

Nada permanece tanto como el llanto


Me averguenzo de esta mi solidaridad espamódica...no puedo clamar, pero debemos y tiene que ser ahora y para siempre...

Levantemos la voz a sus poetas...Jacques Viau Renaud

"NADA PERMANECE TANTO COMO EL LLANTO"

"Estoy tratando de hablaros de mi patria,
aquella que comienza a deslizarse
allá donde crecen las guazábaras,
las cayenas frágiles,
los cantaros sedientos y polvorientos, la hierba rara,
amarillenta,
solitaria lanza midiendo el corazón de mi isla.
Estoy tratando de hablaros de mi patria, desde aquí,
desde mi guarida salina,
desde Santo Domingo,
quizás os hable de ambas:
son dos terrones complementarios
puntos cardinales de mi tristeza
caídos de la rosa de los vientos
como amantes cuyos abrazo se rompieran. ......
Mi patria es una tierra elevada
de dilatados herbazales y doradas mazorcas que cruzan los mares y se van muy
lejos mientras los hombres del montes y la llanura se dilatan hambrientos.
..... Allí he nacido,
de allí partí atado a la sangre
solo, después de los años,
descubrí en mi pecho la mancha roja,
entonces aprendí a leer en las hojas,
a hablar con la tierra
y a callar cuando ella reconstruía la historia de los muchos muertos que la
sustentan
de la sangre que alimento sus frutas
del llanto que sostuvo la precocidad de sus montes. ...
Mucho tiempo ha transcurrido desde que partí nada ha cambiado
siguen los mismos montes pelados
la misma vegetación de vegetales y girasoles de cafetales oscuros y pastizales
estrellados solo el hambre ha crecido
ya no hay lugar en los cementerios
ni en los ojos llanto / ni en mi isla patrias ...
Así es mi patria .....
He querido hablaros de mi patria
de mis dos patrias
de mi isla
que mucho dividieron los hombres
allí donde se aparearon para crear un río."


En qué preciso momento se separó la vida de nosotros, / en qué lugar, / en qué recodo del camino? / ¿En cuál de nuestras travesías se detuvo el amor / para que decimos adiós? / Nada ha sido tan duro como permanecer de rodillas. / Nada ha dolido tanto a nuestro corazón / como colgar de nuestros labios la palabra amargura. / ¿Por qué anduvimos este trecho desprovistos de abrigo? / ¿En cuál de nuestras manos se detuvo el viento / para romper nuestras venas / y saborear nuestra sangre? / Caminar... ¿Hacia dónde? / ¿Con qué motivo? / Andar con el corazón atado, / llagadas las espaldas donde la noche se acumula, / ¿para qué?, ¿hacia dónde?, / ¿Qué ha sido de nosotros? / Hemos recorrido largos caminos. / Hemos sembrado nuestra angustia / en el lugar más profundo de nuestro corazón. / ¡Nos duele la misericordia de algunos hombres! / Conquistar nuevos continentes, ¿quién lo pretende? / Amar nuevos rostros, ¿quién lo desea? / Todo ha sido arrastrado por las rigolas. / No supimos dialogar con el viento y partir, / sentarnos sobre los árboles intuyendo próxima la partida. / Nos depositamos sobre nuestra sangre / sin acordamos de que en otros corazones el mismo líquido ardía / o se derramaba combatido y combatiendo. / ¿Qué silencios nos quedan por recorrer? / ¿Qué senderos aguardan nuestro paso? / Cualquier camino nos inspira la misma angustia, / el mismo temor por la vida. / Nos mutilamos al recogemos en nosotros, / nos hicimos menos humanidad. / Y ahora, / solos, / combatidos, / comprendemos que el hombre que somos / es porque otros han sido.




Ya no es necesario atar al hombre para matarlo. / Basta con apretar un botón / y se disuelve como montaña de sal bajo la lluvia. / Ni es necesario argí¼ir que desprecia al amo. / Basta con proclamar -ceñuda la frente- / que comprometía la existencia de veinte siglos. / Veinte siglos, / dos mil años de combatida pureza, / dos mil años de sonrisas clandestinas, / dos mil años de hartura para los príncipes. / Ya no es necesario atar al hombre para matarlo. / La noche, / los rincones, / no, / nada de eso sirve ya. / Plazoletas y anchas calles se prestan bulliciosas. / No cuenta el asesinato con los pacientes, / No cuenta el príncipe con los sumisos. / Todos han olvidado que el hombre es aún capaz de cólera. / Las llamas se extinguen sin haber consumido el odio. / El día irredento ha postergado la resurrección del hombre. / Y los otros, / Aquellos que presencian la matanza sentenciando: / "Locos, habéis tocado a la puerta de la muerte / y ella se quedó en vosotros!" / Esos / Solo saben predecir la muerte, / No han aprendido a combatirla. / No han aprendido a cobijar la tierra en el corazón / Ni a ganar la patria para el hombre. / Y el sumido, ¿qué hace? / ¿Dónde deposita su silencio? / ¿En qué lugar del corazón teje la venganza? / Nadie lo sabe. / Todos le han olvidado. / Se ha dictaminado que su morada sea la sombra, / que el pan deshabitado sea su alimento, / que el pico le prepare el lecho / y la pala le cubra el corazón. / ¿Qué es el hombre combatido? / Nadie lo recuerda. / Lo visten los trapos. / Lo arrojaron en la parte trasera de la casa / y allí / con los residuos / un guiñapo se amontona. / Las llamas se extinguen. / Se arrinconan los hombres en una sola sombra, / en un solo silencio, / en un solo vocablo, / en un llanto solo / y cuando todo sea uno, / uno el llanto y el vocablo uno / no habrá paz sobre la tierra. / ¿No habrá paz? / Y aquellos que dictaminaron el destino del hombre, / los que jamás contaron con los sumisos, / amasarán con sangre su propia podredumbre. / ¡No habrá paz! / ¡Llanto para quebrar el llanto, / muerte para matar la muerte!

"NADA PERMANECE TANTO COMO EL LLANTO"

Fita

4 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Vaya poemas con más fuerza. ¡Cuántos habrán que harán suyo estos cantos!
Demasiados, me temo.

Anónimo dijo...

Este poeta es el mismo que uno de los mios....
ya os contaré su historia,como la de tantos, que marchó obligado de Haití a República Dominicana (mágica isla donde viví un tiempo)
De ahí su canto a la sangra y a la huida del hombre y de la tierra...
bello canto, como todo lo suyo.
Me alegra que lo encontraras,Fita.

Equilibrista dijo...

Se ha dictaminado que su morada sea la sombra, / que el pan deshabitado sea su alimento, / que el pico le prepare el lecho / y la pala le cubra el corazón. /

siempre viene bien la solidaridad, fita

aunque sean granos de arena en verso

Antonio Fassa dijo...

Palabras filantrópicas, disparadas con tu pluma y, como dicen l@s compañer@s bellos cantos; "cantos", bella palabra, casi más que poema.

Un trabajo digno de encomio.

Una vez más, felicidades y gracias.