“Balance”, fue la primera palabra que acudió a la mente de Ramón al sonar el despertador aquella mañana.
Efectivamente, aquel día tocaba balance.
Ramón ya sabía que ese día llegaría bastante tarde a casa, que tendría que volver a soportar los gritos de su jefe apremiándole, la bronca de su mujer por dejarla sola y los dolores de cabeza al acostarse.
Lo de siempre.
De nuevo volvieron a pasar fugazmente por su cabeza las palabras de su madre: “nos levantamos cada mañana, sólo para comer y volvernos a dormir cuando corresponda; lo que se haga entremedio que nada tenga que ver con estas actividades, es completamente prescindible.”
Pensó que bonita manera había elegido él de pasar el tiempo entre comida y comida. Acto seguido comprendió que esa repetitiva letanía de sobra le era conocida, así que optó por levantarse y dirigir sus pasos cansinos hacia el baño, como cada mañana.
Vaya pelos, se dijo, esto no hay peine que lo arregle. La mirada que le devolvió el espejo no le gustó nada de nada; olía a resignación.
Y entonces ocurrió. Así, sin más.
Su reflejo, con ojos enrojecidos y ojerosos, salió de repente del cristal que lo apresaba, dejando a Ramón con un bostezo petrificado. Sin mediar palabra, se situó a su lado y le invitó a ocupar su anterior lugar con un sencillo gesto de la mano.
Ramón obedeció, y en un instante se vio enmarcado en un frío mundo bidimensional, desde el que observó a su imagen salir del cuarto con el mismo paso remolón que minutos antes le había conducido a él hasta allí. Ni tan siquiera tuvo tiempo de advertirle que no podía irse con esos pelos, y mucho menos de preguntarle que si sabría hacer el balance.
Y Ramón se quedó solo, con la boca entreabierta, como dibujado en la pared.
Tras un suspiro, pensó que nunca antes en su vida se había sentido tan libre.
Efectivamente, aquel día tocaba balance.
Ramón ya sabía que ese día llegaría bastante tarde a casa, que tendría que volver a soportar los gritos de su jefe apremiándole, la bronca de su mujer por dejarla sola y los dolores de cabeza al acostarse.
Lo de siempre.
De nuevo volvieron a pasar fugazmente por su cabeza las palabras de su madre: “nos levantamos cada mañana, sólo para comer y volvernos a dormir cuando corresponda; lo que se haga entremedio que nada tenga que ver con estas actividades, es completamente prescindible.”
Pensó que bonita manera había elegido él de pasar el tiempo entre comida y comida. Acto seguido comprendió que esa repetitiva letanía de sobra le era conocida, así que optó por levantarse y dirigir sus pasos cansinos hacia el baño, como cada mañana.
Vaya pelos, se dijo, esto no hay peine que lo arregle. La mirada que le devolvió el espejo no le gustó nada de nada; olía a resignación.
Y entonces ocurrió. Así, sin más.
Su reflejo, con ojos enrojecidos y ojerosos, salió de repente del cristal que lo apresaba, dejando a Ramón con un bostezo petrificado. Sin mediar palabra, se situó a su lado y le invitó a ocupar su anterior lugar con un sencillo gesto de la mano.
Ramón obedeció, y en un instante se vio enmarcado en un frío mundo bidimensional, desde el que observó a su imagen salir del cuarto con el mismo paso remolón que minutos antes le había conducido a él hasta allí. Ni tan siquiera tuvo tiempo de advertirle que no podía irse con esos pelos, y mucho menos de preguntarle que si sabría hacer el balance.
Y Ramón se quedó solo, con la boca entreabierta, como dibujado en la pared.
Tras un suspiro, pensó que nunca antes en su vida se había sentido tan libre.
7 comentarios:
ojú!!!universos paralelos...ahora lo entiendo.Fita
Esto podría valer para la teoría de las cuerdas....eres un ventajista poruqe tú lo has entendido.
José María
Me ha gustado Pedro! Very well narrado! Y estupendo remate... Se abre el campo de la ciencia ficción para el nuevo cuadernillo de Teoría de cuerdas...
Me ha gustado Pedro! Very well narrado! Y estupendo remate... Se abre el campo de la ciencia ficción para el nuevo cuadernillo de Teoría de cuerdas...
Me ha gustado Pedro! Very well narrado! Y estupendo remate... Se abre el campo de la ciencia ficción para el nuevo cuadernillo de Teoría de cuerdas...
Me ha gustado Pedro! Very well narrado! Y estupendo remate... Se abre el campo de la ciencia ficción para el nuevo cuadernillo de Teoría de cuerdas...
Me ha gustado Pedro! Very well narrado! Y estupendo remate... Se abre el campo de la ciencia ficción para el nuevo cuadernillo de Teoría de cuerdas...
Me ha gustado Pedro! Very well narrado! Y estupendo remate... Se abre el campo de la ciencia ficción para el nuevo cuadernillo de Teoría de cuerdas...
Me ha gustado P... hmmm... siento cómo si esto ya lo hubiera hecho yo antes...
Y él se quedó "alelado", jijiji, me ha gustado tela, buen comienzo de cuadernillo, Pedro, muy en tu línea, da qué pensar.
Ra
A mí - que no estoy en la Teoría de las cuerdas -,también me ha gustado el relato, sobre todo con esa posibilidad abierta de poder colocarse al otro lado del que se mira en el espejo. Ojalá pudiéramos hacerlo a menudo.
Un saludo
Que genial paradoja, incluso atrapado dentro de un espejo se sentía más libre que nunca. Que bien narras, chiquillo, me ha gustado mucho, palabrita.
Besos.
Acabo de entenderlo. Somos tantos que hay que buscar cuál de ellos nos interesa ser de verdad. La pena es que se diluye en el limbo la frase que decía mi madre: "ca uno es ca uno". Ahora habría que decir: "ca uno es un montón de ca unos". Muy bueno Pedro, bien traído y bien compuesto. A los boxeadores se les cierra en horizonte con las cuerdas, a nosotros se nos abre, qué cosas.
Publicar un comentario