Imagen tomada de aquí
Hoy he recibido una gran sorpresa al leer un email enviado por Ernesto Laguna, el cual algun@s de vosotr@s ya conocéis porque entre tantas cosas es seguidor de esta bitácora. Ernesto me preguntaba en dicho correo, si le dejábamos publicar retazos de su obra en este espacio colectivo, yo le respondí que para mi sería todo un placer dada la admiración, que le tengo como narrador y, especialmente como poeta, pero que esa decisión tendriamos que tomarla el colectivo de forma más o menos asamblearia, cosa lógica, mientras tanto, el me irá enviando por email algunos textos y yo, se los iré publicando como integrante de Letras Libres.
Pues lo dicho, ahí van unas letritas de Ernesto... A disfrutarlas...
Eres una chica corriente, con sus apetecibles tetitas, como todas... te acercas a mí porque deseas contarme cómo él ha vuelto otra vez, para embaucarte y convencerte de que todo empieza de nuevo... me lo cuentas entre asustada e incitante, dudando entre dos sensaciones que sientes por desigual: la atracción hacia él, el deseo que surge en tu interior para sucumbir a sus encantos... y el temor de que nuevamente la historia se repita, la posibilidad de sufrir... me lo cuentas mientras me haces participar del olor cálido y jabonoso de tu piel, tocando con naturalidad mi cuerpo durante la narración, amistosamente, posando tus ojos claros sobre mi rostro casi impunemente, dejando entrever la suavidad visual de tu escote entre los pliegues de tu camisa azul... oigo tus palabras como entre nubes, confundidas con caricias y embriagado por tu aliento, que siento más cerca de lo debido, sabroso y luminoso entre la vida como un espacio amplio de libertad... ha desaparecido el tiempo entre tu pelo lacio, entre el tacto de tu ropa y la necesidad de los croissants recién hechos... me sigues contando que no puedes resistir a sus encantos pero ya no estoy presente, mi cuerpo me ha llevado hasta el paraíso de tu interior, te acaricio desde dentro sin poder evitar ser tú... somos cómplices en esta confusión de cuerpos, disfruto infinitamente ignorando tus palabras, las que dicen que no es él, que no es él, que soy yo quien te hace sufrir, quien se convierte en él, alejando esta unión que ahora nos eleva más allá de los pronombres... he perdido el hilo de tu narración, la madeja, el laberinto... te veo marchar entre lágrimas de ausencia, alargo la mano inútilmente para retenerte a mi lado, porque no me importa el fin del éxtasis, aunque tú no se lo perdones... siempre dices, siempre siembras... reproches contra el éxtasis, como sirena que anhela la felicidad eterna... no sé cómo conseguiré traerte otra vez hasta mí, ni cuándo será, ahora que ha vuelto el tiempo... no deseo ser él y sin embargo, sólo así sabes conseguirme, sólo así te consigo... comprender cuando te acercas a mí porque deseas contarme cómo él ha vuelto otra vez, para embaucarte y convencerte de que todo empieza de nuevo...
Hoy he recibido una gran sorpresa al leer un email enviado por Ernesto Laguna, el cual algun@s de vosotr@s ya conocéis porque entre tantas cosas es seguidor de esta bitácora. Ernesto me preguntaba en dicho correo, si le dejábamos publicar retazos de su obra en este espacio colectivo, yo le respondí que para mi sería todo un placer dada la admiración, que le tengo como narrador y, especialmente como poeta, pero que esa decisión tendriamos que tomarla el colectivo de forma más o menos asamblearia, cosa lógica, mientras tanto, el me irá enviando por email algunos textos y yo, se los iré publicando como integrante de Letras Libres.
Pues lo dicho, ahí van unas letritas de Ernesto... A disfrutarlas...
Eres una chica corriente, con sus apetecibles tetitas, como todas... te acercas a mí porque deseas contarme cómo él ha vuelto otra vez, para embaucarte y convencerte de que todo empieza de nuevo... me lo cuentas entre asustada e incitante, dudando entre dos sensaciones que sientes por desigual: la atracción hacia él, el deseo que surge en tu interior para sucumbir a sus encantos... y el temor de que nuevamente la historia se repita, la posibilidad de sufrir... me lo cuentas mientras me haces participar del olor cálido y jabonoso de tu piel, tocando con naturalidad mi cuerpo durante la narración, amistosamente, posando tus ojos claros sobre mi rostro casi impunemente, dejando entrever la suavidad visual de tu escote entre los pliegues de tu camisa azul... oigo tus palabras como entre nubes, confundidas con caricias y embriagado por tu aliento, que siento más cerca de lo debido, sabroso y luminoso entre la vida como un espacio amplio de libertad... ha desaparecido el tiempo entre tu pelo lacio, entre el tacto de tu ropa y la necesidad de los croissants recién hechos... me sigues contando que no puedes resistir a sus encantos pero ya no estoy presente, mi cuerpo me ha llevado hasta el paraíso de tu interior, te acaricio desde dentro sin poder evitar ser tú... somos cómplices en esta confusión de cuerpos, disfruto infinitamente ignorando tus palabras, las que dicen que no es él, que no es él, que soy yo quien te hace sufrir, quien se convierte en él, alejando esta unión que ahora nos eleva más allá de los pronombres... he perdido el hilo de tu narración, la madeja, el laberinto... te veo marchar entre lágrimas de ausencia, alargo la mano inútilmente para retenerte a mi lado, porque no me importa el fin del éxtasis, aunque tú no se lo perdones... siempre dices, siempre siembras... reproches contra el éxtasis, como sirena que anhela la felicidad eterna... no sé cómo conseguiré traerte otra vez hasta mí, ni cuándo será, ahora que ha vuelto el tiempo... no deseo ser él y sin embargo, sólo así sabes conseguirme, sólo así te consigo... comprender cuando te acercas a mí porque deseas contarme cómo él ha vuelto otra vez, para embaucarte y convencerte de que todo empieza de nuevo...
Ernesto Laguna
12 comentarios:
Bueno... deciros que soy Antonio Fassa me he dado cuenta que no ha salido publicado por mi sino... por letras y... eso que he entrado aquí a través de mi blog. Algo habré hecho mal...
Salud!!!
Ainnnnnn....que maravilla de texto.
Quien no ha sido Ariadna alguna vez...
El texto me ha enganchado desde el principio. Es exquisito. Cuánta sensualidad y que bien llevada... Gracias Ernesto por el regalo.
Por mí que publique todo y cuando quiera. Todo lo que sea enriquecer el blog, bienvenido sea.
Gracias Antonio por traernos este magnífico texto, es maravilloso.
Ana... y quién no ha sido él alguna vez?
Salud!
...y los dos... ¿han sido alguna vez?
Besos, abrazos, arrumacos y felicitaciones varias.
Yo lo he sido, los dos............
Eso es vivir "tridimensionalmente", y poseer la sabiduría,o al menos, parte de ella.
Lo dicho, que quiero ser tu díscipulo!!!!!
Bien descrita esa situación que alguna vez protagonizamos. En el cuerpo de ella, en el de él. Tiene algo triste, de necesidad, de dependencia. Picardía y candor, la mezcla explosiva.
De más sabemos todos que Ariadna tenía intenciones ocultas, que malas que somoooos, jijiji
Me alegra que os haya gustado y dé el suficiente juego para encender ideas, incluida la del "bucle temporal" en el que está trabajando el taller. Saludos.
los dos, los dos
muy buen texto, ,uy bien llevado el viaje sentimental de ida y vuelta deariadna
Publicar un comentario