Con mil puertas atrancadas tropecé un buen día
Y sólo una de ellas podía ser abierta
Decidir cual sería resultó un desafío
Descubrir sus secretos necesitó paciencia
Una vez desvirgada la crucé con premura
Para darme de bruces con mil más bien cerradas
Ya sólo restaría decidir la siguiente.
Y es que cuánto más aprendo
Más ignorante me vuelvo.
Y sólo una de ellas podía ser abierta
Decidir cual sería resultó un desafío
Descubrir sus secretos necesitó paciencia
Una vez desvirgada la crucé con premura
Para darme de bruces con mil más bien cerradas
Ya sólo restaría decidir la siguiente.
Y es que cuánto más aprendo
Más ignorante me vuelvo.
7 comentarios:
Lo de la viñeta no es que tenga mucho que ver, pero lo encontré buscando algo que tuviera relación con las indecisiones y me hizo gracia.
Las indecisiones Pedro... que se tornan a veces piedras o atajos en nuestro camino.
Y la viñeta genial! jajajaja!
Besos!
Un texto para reflexionar, y las dos ultimas frases, el evangelio. Tú si que sabes.
Besos.
La indecisión es enemiga del tiempo, y si el tiempo es oro..., pues eso, la indeción es lo contrario, pero ¿quién no ha dudado alguna vez?.
José María
"Y es que cuánto más aprendo
Más ignorante me vuelvo."
Para inscribirlo en las tablas de la ley de la vida.
O para ponerlo en un cartel bien grande en la habitación de cada uno.
Muy bien, Peter... ;-)
porque vislumbro lo que me falta por saber...
que una puerta esconde y otra y otra...y que no nos falten,,,fita
Volverse ignorante aprendiendo es genial. Dios nos libre de los nuevos oráculos!!!
La viñeta jejejeje... Buenaaaaaaaaaa!!!!
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