Buen silengorrio se hizo en la playa cuando todas las voces callaron. De un plumazo, como por arte de magia, se extinguieron a la vez todas las palabras que habían flotado durante un buen rato, en el aire salado.
María se levantó de un salto, dirigiendo sus pasos hacia el mar. La arena tibia estaba dócil y bien allanada, como si un gigantesco gato acabase de frufrear en ella. Al contacto con el agua, los miembros de la muchacha se encogieron al sentir el frío líquido.
Avanzó decidida pero en el momento en que la mar cubría sus muslos completamente, al llegar al punto álgido, no aguantó más:
Sintió un fuerte escalomeo,o más bien,frío pingo , o quizás fuese respinguitín……
Sin pensarlo dos veces, volvió de nuevo asta la cálida arena.
2 comentarios:
Qué maravilla, Maribel! Gran manera de practicar con los nuevos términos. Los has aplicado de magníficamente, suenan tan naturales que parece que estuvieran incorporados realmente al diccionario. Mientras leía estaba esperando lo del gato, y me has sorprendido para muy muy bien. Me ha encantado la comparación que has hecho. Lo único que te digo es que el final se me ha hecho precipitado, me he quedado con ganas de saber qué más le pasaba a la muchacha. Así que ya sabes, menos silengorrio y más contar jijiji Que si no te echaré encima un gato pa que te frufree... o agua fría en los muslos pa que te dé un fresquicú. O peor, un electricat. Ea!
Jajajajjajaja, muy bueno y a la vez superrreal.
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