Cree la berza
que llegó el fin de sus días. Se piensa agonizante desde que le arrebataron el
amor de su vida: la pringá. Sin embargo hoy le ha llegado del cielo una
resurrección inesperada: un puñaíto de arroz.
Ay qué chulo el relato... me ha traido recuerdos de mi niñez. Me encanta regresar de vez en cuando a aquellos tiempos y he podido incluso oler las berzas que hacía mi madre, y persiguiendo ese maravolloso olor, corríamos escaleras arriba guiados por ese transparente anzuelo que nos enganchaba y atrapaba tan deliciosamente.
2 comentarios:
Claro, por eso se llama así esa comida jijiji
Qué pajo berza. Buen micro ;)
Ay qué chulo el relato... me ha traido recuerdos de mi niñez. Me encanta regresar de vez en cuando a aquellos tiempos y he podido incluso oler las berzas que hacía mi madre, y persiguiendo ese maravolloso olor, corríamos escaleras arriba guiados por ese transparente anzuelo que nos enganchaba y atrapaba tan deliciosamente.
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