La muerte me acompaña impasible,
desde que nací viene conmigo,
camina a mi lado sin acercarse.
Me deja el espacio suficiente para seguir viviendo,
avisando en momentos de peligro, que está ahí.
Me doblego ante ella sin acariciar su presencia
y la dejo que camine junto a mi.
No me asusta mi inquilina,
hasta conversación le doy
dejando abierta la puerta
de una posible amistad.
Me mira demacrada
y no sonríe siquiera
hablaría tal vez, si pudiera,
mas no la veo animada.
Que contaría la muerte
si conversación le diera.
¿Qué lleva años sin verse ?
¿que le duele la sesera...?
O, acaso sufre de "muerte"
sintiéndose tan lastimera...
Pobre de compañía,
que compañía no tiene.
Nadie le tiende su mano
y si te agarra, te sueltas
huyendo para esconderte,
no vaya a ser que le guste
y te quedes para siempre.
Asun Vico
2 comentarios:
Me encanta. Ya era hora de que alguien le dedicara un poema amoroso a mi amiga la muerte.
Gracias Asun.
Gracias a ti por comentar.
No hay mucho interés últimamente por hacerlo jejeje
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