domingo, 5 de agosto de 2007

EL TÍO JUAN

No he podido estar en conexión telepática con vosotros, pero aunque sea a toro pasao, me uno a la propuesta. Yo, el sábado a las ocho estaba en una misa de difuntos y tenia en la cabeza maomeno esto:

EL TÍO JUAN

El vozarrón del tío Juan
y todo su empuje,
bien o mal conducido,
no pueden encerrase en una caja.
Eso lo vi muy claro.
Hubiera ardido la caja por los cuatro costados.
Pensándolo bien,
es una lástima que no pueda hacerse.
El propio difunto,
prendería así su caja
desde dentro,
con los petardazos de sus fuegos fatuos.
En vida, el tío Juan
había sido aficionado
a ahuyentar a la gente
con sus petardazos.

Pero no,

Lo que hicimos sus deudos fue
organizarle una misa de difuntos.
De esas que llevan cuarenta años
siendo modernas.
Desde que a Bob Dylan le salió
el primer pelo en la barba.
De esas que te devuelven a la infancia,
cuando el tedio era de verdad insoportable.
Con esas canciones,
cantadas con voz de mando
por los beatos, que hacen vomitar
por igual a ángeles y demonios.

En un icono me pareció ver
al propio Satán, con cara compungida,
aguantándole las melenas a un ángel
en plena vomitona.
Fue hermoso.

Un hombre que ha vivido
no merece esta despedida.
La impúdica dama que lo ha seducido,
no merece que la condenemos
al ostracismo.

Ni un pequeño brote de morbo
por la gran desconocida;
ni un intento de asomarnos
juntos a nuestro propio abismo;
ni un ínfimo deseo
de conmovernos
hasta los tuétanos.
Ni un emborracharnos
para que algo arda
aunque sea en nuestra garganta.

No.

Sólo anestesiar el dolor con el hastío.
Sólo el transcurrir monótono
de una ceremonia que huele a muerto
(y el cadáver del tío Juan no estaba presente).

Recordé una cita de la Biblia
que me enseñaron las monjas en el colegio,
dios les decía a sus criaturas algo así:
“por no ser fríos ni calientes
os expulsaré de mi boca”.

Salimos de la iglesia empapados,
no se si de escupitajo divino o sudor.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

"por no ser fríos o calientes os expulsare de mi boca"

Pues mas o menos me decian a mi lo mismo: dios ama a los buenos hijos y a los malos, pero desprecia a los mediocres. Demasiado cuerda han crecido algunas generaciones con tales maestros.

Es bonito tenerte por aqui.

Eva.

Raquelilla dijo...

Tal es tu poder de plasmar acontecimientos que he visto como un demonio le cogía una melena larga, rubia y rizada a un ángel que estaba vomitando bilis de color plata, como la sangre de los unicornios. Que guai, jijiji
Ra

Escuela de Letras Libres dijo...

No encierra ná...!!! No ni ná!!! A veces me gustaría usar sombrero a la antigua usanza, aunque no se estila...yo se que no se estila... Así tendría la posibilidad de quitármelo cuando, casi sin darme cuenta, entro en coma etílicolíricoandalú leyendo alguna que otra historia como la tuya del tio Juan, Mari Luz.

Mancantao.
Antoñín

Escuela de Letras Libres dijo...

Puedo atestiguar que aquel sábado a esa hora el Levante suspiraba de amor por nuestro rincón y el calor ya se hacía notar. Valga esta aclaración
para fundamentar que fuera el sudor y no escupitajos divinos la impregnación con la que sadrías de aquella misa mortuoria. Qué asco si fuera lo contrario.

Comentario aparte, has clavao al
Tio Juán, no se adónde pero mu bien
clavao.

Cuéntanos pronto otra cosa de
qien sea, aunque no sea de la familia.
El demonio que llevas dentro te ha hecho escribir como loa ángeles.



Odio las misas de muertos y siempre
me quedo afuera de la iglesía, pero
después de mucho tiempo no he tenido más remedio que entrar a ésta, tú me has empujado.

Saludos, moy.

Anónimo dijo...

Has clavado lo que, yo creo que los que estabamos alli sentiamos; el tio Juan merecia mucho más, yo no ví angeles vomitando pero si lo imaginaba por allí observando todo para después poder contar con su peculiar vozarron ( a la que voy a extrañar de no oir) no sé a quién ni dónde: "ojú la de gente que fue a la iglesia, hasta mi evita me hizo un poema y todo,". Lástima de sociedad, cuán mediocre nos vuelve a todos.
Besitos me ha encantado.
Nina