lunes, 19 de julio de 2010

A vosotros,
mis hermanos, imploro
que mi silla no retiréis
al sentarme a la mesa
a beber una cerveza en la cantina
porque si lo hacéis
llenaré con esta sangre que bombea
de mi corazón a mi cabeza
el mármol de vuestra indiferencia
y mancharé las nítidas alfombras
que retejan vuestras alcobas
de un sucio,
rojo carmesí,
y perderán,entonces, los relojes
sus imprescindibles dos agujas
y el tiempo
dejará de ser un invento.

1 comentario:

Pedro Estudillo dijo...

No se hable más, te la retiras tú solita que ya eres mayorcita.
Me gusta lo de que el tiempo deje de ser un invento, ¿para cuàndo?