sábado, 31 de agosto de 2013
Mi recuerdo. Mi Venezia.
Hoy lo abro como una cajita de música, con cara de niña, como un tesoro; dejo que se extienda por mi casa, que cubra entero mi día.
Me recojo oliendo de nuevo a lluvia en la tierra, a dulces hebreos y a piedras antigüas... allí sentadita, en una plaza cualquiera, rodeada de calles tejidas por el tiempo. Sitiéndome gratamente pequeña, minúscula, engullida por el pasado fastuoso, miserable, terrible.
Allí recogida, en silencio, con los ojos abiertos para no perderme nada, con pasos de primera vez, amando todo como si fuese mi último día. La ilusión de los Alpes como la de los Reyes Magos abrigándome; están ahí, cerquita. Y yo pequeña.
La fascinante comitiva de máscaras, tétricas, terribles, extrañas... como personajes atrapados voluntariamente en el tiempo, obcecados en permanecer en su Venecia para siempre.
El húmedo aliento de la reina moribunda como imposición absoluta. Pegado a la piel. Sus estertores confundidos con el avance inconmensurable de los trasantlánticos.
Los incomprensibles excesos del fasto: el Palacio y mi enferma admiración, eterna, a la sucesión de salas y pinturas admirables, a los artesonados increíbles, a maravillas que salían de los libros y las enciclopedias y se derramaban al fin ante mis ojos, lascivas.
El tronar de las campanas, el repicar de los truenos, el parque aquel alejado y el café con Mauro. Las historias de Nadia a las diez de la noche, puestas con mimo sobre la mesa de su casita de Mestre; La Divina Comedia enamorándome con sus palabras, la lluvia...
Mis tenderitas de Burano, regordetas, tan chicas... Su caballito de cristal y su sombrilla de Merletto sobre una pobre caja para vender a los turistas, para jugar un rato... Mis tres tenderitas de Burano.
Cuántas caricias al cristal de Murano... intentando volver a mi Venecia...
domingo, 18 de agosto de 2013
Veraneo
Enviado desde mi iPhone
sábado, 17 de agosto de 2013
Mi amiga la muerte
La muerte me acompaña impasible,
desde que nací viene conmigo,
camina a mi lado sin acercarse.
Me deja el espacio suficiente para seguir viviendo,
avisando en momentos de peligro, que está ahí.
Me doblego ante ella sin acariciar su presencia
y la dejo que camine junto a mi.
No me asusta mi inquilina,
hasta conversación le doy
dejando abierta la puerta
de una posible amistad.
Me mira demacrada
y no sonríe siquiera
hablaría tal vez, si pudiera,
mas no la veo animada.
Que contaría la muerte
si conversación le diera.
¿Qué lleva años sin verse ?
¿que le duele la sesera...?
O, acaso sufre de "muerte"
sintiéndose tan lastimera...
Pobre de compañía,
que compañía no tiene.
Nadie le tiende su mano
y si te agarra, te sueltas
huyendo para esconderte,
no vaya a ser que le guste
y te quedes para siempre.
Asun Vico
viernes, 9 de agosto de 2013
La Ruta del Asedio
El club Lecturas Libres os invita el próximo sábado día 24 de agosto a la Ruta de El Asedio, un paseito por Cai de la mano de Reverte y los miembros del club, que os deleitarán en el camino por las calles donde sucedieron los acontecimientos de la novela con pasajes y diálogos entre sus personajes. Os esperamos.
Siguen las actividades del Bicentenario de García Gutiérrez
Más info: http://andaluciainformacion.es/chiclana/331063/el-museo-de-la-ciudad-acoge-este-viernes-el-recital-el-cisne-gaditano/
http://andaluciainformacion.es/chiclana/317470/mas-de-150-piezas-habra-en-la-muestra-el-triunfo-del-romanticismo-que-se-dedicara-a-garcia-gutierrez/
http://bicentenariogarciagutierrez.es/
viernes, 2 de agosto de 2013
El Ático de los Gatos en Chiclana
martes, 16 de julio de 2013
Interesante para los que escribimos.
Escribo para ser libre, para volar, para alcanzar horizontes
que no existen,
para inventar mentiras o verdades que no duelan.
Escribo para poner el mundo patas arriba,
darle a mis historias el final que quiera
y mover los hilos de los tiempos a mi antojo.
Escribo para que el presente se vuelva mi pasado
y el pasado se torne futuro si así me complace.
Escribo por lo mismo que subo a un escenario
a representar un personaje. Para vivir muchas vidas en una.
Quizá para transformar en posible lo imposible.
Escribo para tener el poder de asesinar a alguien
y que nunca me descubran, para que un perro me hable,
o un fantasma me cante. Porque sólo escribiendo puedo ver
un hipopótamo cruzando frente al balcón.
Algunas, pocas veces, escribo para hacer un intento,
aunque sea en vano,
de reinventar lo que no tengo.
Escribo porque el desconsuelo ajeno me es humano
y porque la más terrible de mis historias será siempre
menos cruel que la propia vida.
Con certeza escribo para ahuyentar lo que más temo:
a la muerte.
Escribo porque los cuentos son una medicina,
contienen los remedios para reparar
cualquier pulsión perdida.
Nunca me exigen que haga, sea o ponga en práctica algo.
Basta con inventar y que alguien me lea o escuche.
No escribo para hacerme célebre
apenas, con la ilusión de que me lean.
¿Por qué?
Para permanecer más allá de esta vida
y más acá de mi muerte.
Para “vivir” en el verdor que asoma de la nieve,
en los crujientes tallos del maíz de otoño
o en aquel lugar donde los muertos van por un beso.
Porque todo ello permanece en la memoria
y es eterno, si se escribe.
Por eso y por mucho más, escribo.
Silvia Bechler
miércoles, 26 de junio de 2013
Cuaderno de Ejercicios RUIDO 13
miércoles, 19 de junio de 2013
Nuevo cuadernillo y stand en la expo de la EMA
Mañana nos vemos!