martes, 18 de marzo de 2008

VERANO

El fuego y sus sudores implacables
asestan calientes navajazos
con la arena más calenturienta
o con sus piedras más infernales.
Día de éxodo masivo hacía la luz.
Luz indeleble y abrasadora,
luz de diarreas y lipotimias,
de efímero tártaro que volverá
(quizás en un año estará aquí)
soldando nuestro cráneo con su fuego
de pirómano que inverna con tesón.
bellos días, de algas y de orillas,
y de extrañas locuras que aborrezco.

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