miércoles, 25 de febrero de 2009

¡Al escondite!


Escondida tras la cortina del portal, bajo los anaqueles de aquel mueble disparatadamente solemne del zaguán. Allí, agazapada, sentía mis pulsos agitándose con tanta vehemencia que temía que me pusieran en evidencia. Cuando la respiración me faltaba, aún trataba de contenerla encauzándola con las manos hacía el camino de vuelta, para adentro. Las carreras de los chicos por toda la casa, sus gritos, al ser descubiertos en sus escondrijos, me tranquilizaban.
No me encuentran.
Oía a mi hermana llorar al ser jalada desde debajo del sillón del abuelo. A los mellizos reírse de Marcelo que había buscado las faldas de la yaya para esconderse y ésta lo había delatado con su caminar atropellado.
Todavía me buscan.
Murmullos y confidencias que no alcanzaba se iban alejando y alejando…
¿Me buscan?...
Agitada, temblaba del miedo a no ser descubierta.
¿Y si no me encontraran?, ¿Y si me olvidasen?...
¿Y si no se acordasen que había venido con ellos hasta esa casa a recoger los últimos y escasos enseres que podíamos llevar con nosotros a nuestro nuevo destino, más allá de la ciudad, tan lejos…? Había sentido la puerta cerrarse y a la abuela refunfuñar su plegaría de despedida, como para santificar nuestra ausencia. No los oía, comenzaba a inquietarme.
¿Se irían sin mí?
Apretujándome contra la pared, enmarañándome con los recobijos del rincón, comencé a deslizarme fuera de mi escondite, primero despacio, después, impaciente, empujé el mueble lejos de mí. Allí estaba, al descubierto de un enjambre de chicos que tiraban de mí burlándose de mis piernas por dónde se deslizaba el miedo y mojaba unas zapatillas que me delataban. Estallé en risas.
¡Me habían pillado!
Fita

4 comentarios:

genialsiempre dijo...

Fita: Que bonito, parece que esté ocurriendo según se lee, está perfectamente narrado.

José María

Pedro Estudillo dijo...

Qué angustia al final. Recordé un día que mis padres se olvidaron de mí y se fueron todos a la playa, y yo ajeno a todo jugando con los vecinos.
Un magnífico relato, Fita.

Anónimo dijo...

Enhorabuena, Fita.

No nos conocemos pero compartimos experiencias con esos seres mágicos y únicos... siempre libres.

Merche

Raquelilla dijo...

Yo creo que a todos nos ha pasao alguna vez, nos hemos sentido no buscados, sintiendo la incertidumbre agazapados en algún rincón de algún lugar, incluso escondidos dentro de nuestras mentes...