¡Por Dios, qué para ya!
Ese repiqueteo incesante de la lluvia sobre la ventana no me deja pensar con claridad. Claro que pensar en qué; en estos momentos no puedo hacer nada, sólo esperar y esperar.
Ya me lo dijeron: la espera es lo peor. Cuánta razón tenían.
Al menos ese ruido ensordecedor mantiene mi mente distraída en algo, y quizás consiga que me olvide un poco del motivo que me trajo hasta aquí.
No entiendo cómo pudo ocurrir.... éramos tan felices juntos y de pronto... Al final tendrán razón los que dicen que la felicidad no existe, siempre tiene que ocurrir algo que lo estropee todo. ¡No es justo! Y precisamente cuando mejor estaba con ella, cuando por fin había logrado entenderla... No me lo perdonaré si no sale de ésta... ¡Por Dios, tampoco la golpee tan fuerte! Es cierto que estaba muy cabreado, pero tenía mis motivos, no me hacía caso, se negaba a hacer lo que yo le ordenaba... cualquiera hubiese actuado igual, lo sé... además, ya le había dado igual montones de veces y nunca había ocurrido nada... ¡Joder, no fue para tanto!
Qué tendrá la lluvia que su sonido insistente logra aletargarnos el cerebro hasta dejarnos hipnotizados... Será la evocación de tiempos pasados, cuando nuestros remotos ancestros tanto dependían para su supervivencia de este trivial suceso meteorológico.... Aunque pensándolo bien, aún hoy seguimos dependiendo igual. Claro que en estos días, con tantos quehaceres diarios, no tenemos tiempo ni para pensar en ello; antiguamente supongo que se pasarían horas y horas enteras sólo escuchando caer la esperada lluvia sobre la tierra que les daba la vida. Puede que sea ese el motivo del divagar nostálgico al que nos conduce siempre el obsesivo sonido de la lluvia.
¿Lo ves? De nuevo ha vuelto a conducir mis pensamientos por caminos insospechados. Lo cierto es que no sé si está consiguiendo en verdad tranquilizarme o aún está poniéndome más nervioso. Si al menos dejasen fumar en esta sala como antiguamente... El color amarillento opaco de ese cristal que hace de caja de resonancia de las gotas que caen del cielo evidencia el sinfín de horas de espera de que ha sido testigo esta minúscula sala; cuántos miles de cigarrillos no habrán proyectado su humo mortífero sobre esa ventana que ahora se queja lastimosa del tiempo transcurrido sobre sus oxidadas bisagras...
Es cierto que ya me dijeron que me podría marchar, dar una vuelta por ahí, que ya ellos se encargarían de todo, que no habría problemas... pero, Dios mío, quién se va y la deja sola con unos extraños... y en su estado... Definitivamente eso es algo impensable.
Cuántas ganas tengo ya de poder disfrutar de nuevo con ella... jugar juntos como solíamos hacer, manosearla, poseerla, sentirla mía y sólo mía. Dios, no veo el momento de que toda esta pesadilla termine de una vez....
Un momento... parece que ya sale alguien.
- ¿El señor García? ¿Es usted el señor García?
- Sí, sí... soy yo... dígame qué ocurre... qué ha pasado.
- Tranquilo, todo ha ido bien.
- Pero... qué tenía, qué le han hecho, por favor contésteme....
- No se altere hombre, ya le he dicho que no era nada que no se pudiese solucionar.
- Y podré llevármela hoy... compréndalo, la necesito, no podría vivir sin ella... ¿le quedarán secuelas?
- Ya le he dicho que no ha sido nada, está perfectamente, sólo ha sido la fuente de alimentación, una sobrecarga o algún cortocircuito, nada grave. Se la hemos cambiado y hoy mismo podrá volver a casa con su computadora en perfecto estado de funcionamiento.
- Gracias a Dios. No sabe lo feliz que me hace.
Por fin vuelvo a respirar tranquilo. Desde que se me averió no conseguía dormir, perdí el apetito, mi ánimo estaba por los suelos... pero ya vuelvo a ser el mismo.
Incluso ha dejado de llover.
Ese repiqueteo incesante de la lluvia sobre la ventana no me deja pensar con claridad. Claro que pensar en qué; en estos momentos no puedo hacer nada, sólo esperar y esperar.
Ya me lo dijeron: la espera es lo peor. Cuánta razón tenían.
Al menos ese ruido ensordecedor mantiene mi mente distraída en algo, y quizás consiga que me olvide un poco del motivo que me trajo hasta aquí.
No entiendo cómo pudo ocurrir.... éramos tan felices juntos y de pronto... Al final tendrán razón los que dicen que la felicidad no existe, siempre tiene que ocurrir algo que lo estropee todo. ¡No es justo! Y precisamente cuando mejor estaba con ella, cuando por fin había logrado entenderla... No me lo perdonaré si no sale de ésta... ¡Por Dios, tampoco la golpee tan fuerte! Es cierto que estaba muy cabreado, pero tenía mis motivos, no me hacía caso, se negaba a hacer lo que yo le ordenaba... cualquiera hubiese actuado igual, lo sé... además, ya le había dado igual montones de veces y nunca había ocurrido nada... ¡Joder, no fue para tanto!
Qué tendrá la lluvia que su sonido insistente logra aletargarnos el cerebro hasta dejarnos hipnotizados... Será la evocación de tiempos pasados, cuando nuestros remotos ancestros tanto dependían para su supervivencia de este trivial suceso meteorológico.... Aunque pensándolo bien, aún hoy seguimos dependiendo igual. Claro que en estos días, con tantos quehaceres diarios, no tenemos tiempo ni para pensar en ello; antiguamente supongo que se pasarían horas y horas enteras sólo escuchando caer la esperada lluvia sobre la tierra que les daba la vida. Puede que sea ese el motivo del divagar nostálgico al que nos conduce siempre el obsesivo sonido de la lluvia.
¿Lo ves? De nuevo ha vuelto a conducir mis pensamientos por caminos insospechados. Lo cierto es que no sé si está consiguiendo en verdad tranquilizarme o aún está poniéndome más nervioso. Si al menos dejasen fumar en esta sala como antiguamente... El color amarillento opaco de ese cristal que hace de caja de resonancia de las gotas que caen del cielo evidencia el sinfín de horas de espera de que ha sido testigo esta minúscula sala; cuántos miles de cigarrillos no habrán proyectado su humo mortífero sobre esa ventana que ahora se queja lastimosa del tiempo transcurrido sobre sus oxidadas bisagras...
Es cierto que ya me dijeron que me podría marchar, dar una vuelta por ahí, que ya ellos se encargarían de todo, que no habría problemas... pero, Dios mío, quién se va y la deja sola con unos extraños... y en su estado... Definitivamente eso es algo impensable.
Cuántas ganas tengo ya de poder disfrutar de nuevo con ella... jugar juntos como solíamos hacer, manosearla, poseerla, sentirla mía y sólo mía. Dios, no veo el momento de que toda esta pesadilla termine de una vez....
Un momento... parece que ya sale alguien.
- ¿El señor García? ¿Es usted el señor García?
- Sí, sí... soy yo... dígame qué ocurre... qué ha pasado.
- Tranquilo, todo ha ido bien.
- Pero... qué tenía, qué le han hecho, por favor contésteme....
- No se altere hombre, ya le he dicho que no era nada que no se pudiese solucionar.
- Y podré llevármela hoy... compréndalo, la necesito, no podría vivir sin ella... ¿le quedarán secuelas?
- Ya le he dicho que no ha sido nada, está perfectamente, sólo ha sido la fuente de alimentación, una sobrecarga o algún cortocircuito, nada grave. Se la hemos cambiado y hoy mismo podrá volver a casa con su computadora en perfecto estado de funcionamiento.
- Gracias a Dios. No sabe lo feliz que me hace.
Por fin vuelvo a respirar tranquilo. Desde que se me averió no conseguía dormir, perdí el apetito, mi ánimo estaba por los suelos... pero ya vuelvo a ser el mismo.
Incluso ha dejado de llover.
15 comentarios:
Algunas relaciones son tormentosas y no cambian por más que el tiempo pase.Te comprendo.Yo he tenido una historia parecida con mi antiguo calentador de gas.He llegado a soñar que lo tiraba por el balcón. Hoy,pasados unos años,tengo un termo-calentador-eléctrico que me aporta estabilidad y me hace feliz dos veces al día.Un consejo?,sé paciente y antes de pasar a mayores... ¡reinicia!.Buena suerte.Antea
Je je je... ¡Muy bueno! Ya me extrañaba a mí, me costaba imaginarte metiéndote en el personaje de un maltratador, de hecho no te imagino ni dándole golpecitos al PC. Muy bueno, sí señor, bien llevado al lector hasta la sorpresa final, cosa dificil por cierto.
Antoñín
!Joder Pedro!, es que me has retratado!!. No sabes la de veces que me apetece liarme a patadas con la torre. De hecho hoy mismo, porque no sé que leches pasa que cada vez que vuelvo de vacaciones no funciona nada.
En fín que tu relato es realista y además todo un ejemplo de narración, ya que nos conduces de forma equivocada hasta el final.
Espero verte mañana.
Un abrazo,
José María
Ja,ja,ja!! Te he odiado por unos segundos...
Muy bueno!! aunque espero que nadie se te ofenda por la insinuación del principio...
Mucha suerte
jaja tormentosa pero con un final felíz, interesante manipulación de ideas, llevas al lector donde quieres y eso es un arte.
Suerte Pedro, Saludos!!!
Te deseo mucha suerte en el concurso.
Un saludo.
buenisima... todos hemos tenido amores tormentosos y tecnologicos. Exitos con el concurso
He tenido el corazón en un puño hasta que se ha desvelado el misterio. Me ha gustado un montón.
Suerte!!!
Besitos encanto
Joroba, justo esta mañana he tenido unas irrefrenables ganas de arrastrar el portátil de mi marío por todo el suelo del salón cagandome en las castas del nuevo word de windows vista y de la pantallita-ratón hipersensible de los coj... jijijij. Que buen relato, Pedro, que bien que nos identificamos todos con él, has dao en la tecla.
Muy bueno! Suerte en el concurso!
Te deseo mucha suerte en el concurso.
Saludos Cordiales.
He pasado a leer tu relato.
Muy original, sobre todo eel final.
Mucha suerte!
jajaja Pedro me dije qué atorrante!!!...pero era a la PC jajaja...muchísima suerte mi gran amigo!!!
jajajajja me gusto mucho la historia, me tuvo mal hasta el final.. la manera en que juegas con las ideas y la imaginación es fascinante !
Mucha suerte :)
mmmmmmmmmmmmm suerte para el concurso, es algo q voy a tener en cuenta... tu relato
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