
Os esperamos.
El patio de mi casa
El patio de mi casa no es particular, se podría decir que es público
cuándo llueve se moja y hasta , a veces, se boza
cómo algunos o los más
En el último chaparrón de cuya memoria hoy quiero acordarme
El husillo tragaba a velocidad helicoidal y el agua, más rápida, subía, subía…
y subió hasta la línea de inundación convirtiendo mi patio en alberca provisional que tapaba agachado, eso sí,
para un buen chapuzón.
Y acabando de achicar barros y hojarascas se me metieron los operarios que me hacían una chapuza de las de una semana que duran más d e un mes. Allí estaban desde las 7, clareando el día ya martilleaban y se canturreaban y arrastraban y taladraban y voceaban y hormigonaban…y a eso d e las doce mi patio era todo un ágora por dónde circulaban las noticias del día -¡Qué ruina, compadre, tenemos en lo alto cómo no vuelva a llover!-, los desahogos de mediamañana -¡ tenerlos, tenerlos…los del Alcorcón!, aunque pa echarle a esa partida de princesitas madrileñas valen los de perdiz- los suspiros canturreados –Tengo el corazón partío, el corazón partío…-
pero lo que más circulaban eran las gentes: el del butano que venía a comprobar…el vecino que aprovechaba para pedir un presupuesto de no se qué obra pues ya que he visto…dos transportistas equivocados que se cuelan hasta el dormitorio con un pedazo de armario que va dejando sus huellas en los zigzag d e la escalera, una pareja de deportistas guiris que suben y bajan escaleras tomando mi patio por una etapa de su carrera, unos hombres que ofrecen unas cervezas mientras celebran lo bien que está quedando mi obra y que todavía no he pillado quienes eran y eso que le pregunté a los cuatro jubilados que sentados en mis butacas d e plástico tomaban el sol y pasaban la mañana comentando que ya no se hacen obras como las de antes…
El patio de mi casa no es particular…Fita
Es bello morir,
Te lo aseguro amor,
Es bello.
Sentir la pólvora quemante
En el pecho hastiado.
Cómo un vacío ardiente
Es lo último de todo.
Morir a cada instante.
Vaciar de órganos
Tu cuerpo superfluo.
La reseca soga
Sentirla en la garganta,
Dispuesta y deslizante.
Es bello morir de amor
A cada instante.
Sentir que en un segundo
La vida tan apuesta
Se va, y no cuesta,
Y se acaba.
Es bello morir,
Te lo aseguro,
Perder en un segundo todo,
Y sentirse el dueño
De
Sin corona sentirse rey
De todo lo que no hay,
De todo,
De nada.
Sentirse y no sentirse,
Morir a cada instante, amor,
Morir a cada instante.
Es bello no sentirse, amor,
Te lo aseguro.
Saberse cayendo al vacío
Desde lo más alto
Sin ningún tipo de prejuicios.
Andar entre planetas
A la pata coja
Sin una gravedad
Que te someta.
Sentirse el dueño
De
Morir de muerte natural
No es vida.
Sentir el incierto recorrido
Del veneno en tu cerebro
Como un látigo eléctrico.
Es bello sentirse el dueño
De la muerte más austera,
El dueño de
Que siempre te quisiera.