miércoles, 18 de abril de 2007

Concurso Diario de Cádiz


Mi amigo Ramón dice que en estos tiempos que corren la televisión y los televisores vienen a ser la versión electrónica del diablo.
-¿Dónde tienen los televisores los cuernos?- le pregunto, divertido por su ocurrencia.
Me explica que los cuernos de los nuevos diablos electrónicos pueden ser perfectamente esas antenas que se colocan sobre los televisores para mejorar la imagen. Luego enciende un cigarrillo y me cuenta que hace un par de semanas tuvo la ocurrencia de enterrar su televisor portátil de diez pulgadas mientras estaban retransmitiendo uno de esos programas en los que la gente se insulta y se tira los trastos a la cabeza.
-Era una noche de plenilunio y hacía un calor sofocante -recuerda- Bajé al solar que hay delante de casa, puse el televisor en marcha y lo deposité cuidadosamente en el fondo de un pozo que había cavado aquella misma mañana al pie de un olivo. Luego empecé a echar la tierra removida encima del televisor sin que la presentadora y los concursantes se diesen cuenta. Fue así como consumé el primer televicidio de la historia...

Ramón siempre había sido muy observador, su curiosidad le había hecho disfrutar de todo cuanto le rodeaba. Se pirraba por los programas de naturaleza y obviaba los que le habían ayudado a decidirse por esa especie de inauguración de patio de las malvas hertzianas. Era curioso cómo él mismo se divertía al comprobar que el diablo moderno del que hablaba tenía cierto parecido a las capillitas de madera que rulaban en fervorosos turnos por las modestas casas de sus vecinos de infancia. Sus escasos conocimientos de electrónica hacían que solo fuera capaz de apreciar una diferencia: En estas modernas capillas se adora a la incorrupta y aun por beatificar Santa Insidia.

- Entonces esos programas basura fueron la causa de tu cabreo, es lógico Ramón, si tienes un mínimo de sentido de la vergüenza no hay quién los resista.
- Son una pura basura, pero yo de eso paso ya… –me dice mientras parsimoniosamente da una calada a su cigarrillo- el colmo de los colmos ha sido lo de los bichos.
- ¿Los bichos?
- Sí, los bichos. El otro día vi un programa sobre unas inmensas peregrinaciones de mariposas desde Norteamérica hasta Méjico, fue increíble, pululaban a millones entre árboles brumosos y enormes, bañados por unos preciosos rayos solares que les daban una apariencia celestial, me recordó mis tiempos de cazador de mariposas. Salí al campo como hacía cuando era niño y no encontré ni una. Al poco tiempo me divertí viendo un programa en el que una lagartija corría erguida sobre el agua de un estanque, con este calor supuse que en el viejo olivo, como toda la vida, habría muchas de ellas buscando moscas como locas… ¡Pues ni una!
- ¡Vaya! Entonces parece muy simbólico eso que has hecho de enterrar un televisor junto a un viejo árbol, a mi me parece que tu subconsciente ha querido realizar un sacrificio de ofrenda a la Diosa Tierra, como si de un rito azteca o maya se tratara.
- Ya entiendo, los aztecas miraban los índices de audiencia antes de cargarse a sus doncellas arrancándoles el corazón… ¡Venga hombre!
- Bueno Ramón, tu sabrás tus motivos. Déjate de rollos televisivos e invítame a una cervecita ya, que estoy seco con este lorenzo.

Al salir del patio de la casa se nos presenta de lleno la imagen del imponente olivo centenario, nos miramos y sonreímos. De repente una mariposilla blanca se nos cruza a la altura de los ojos en un simpático y errático revoloteo. Las sonrisas se convierten en carcajadas sonoras que hacen volverse a los pocos vecinos que por allí pululan.

- ¿Lo ves Ramón? Tanto rollo de sacrificios y televicidios y no era para tanto… Queda una mariposa aun.

Cuando pasan junto al tronco del olivo se asoma una lagartija entre la uve que forman dos de sus ramas y les observa mientras se alejan. Luego marinea por su tronco de piel dura y rugosa hasta la tierra removida que cubre el sepulcro. Esta vez no corría a dos patas por albercas de pantalla plana.
El Ayuntamiento de Cádiz y el Diario de Cádiz han organizado un concurso de relatos cortos con motivo del día del libro. El comienzo de dicho relato (en letra negrilla) está escrito por el escritor JAVIER TOMEO , y el concursante debe completarlo a raiz de dicho comienzo. Éste es el que yo he presentado.
Antoñín

3 comentarios:

Escuela de Letras Libres dijo...

Oye, Antoñín, un día de estos a ver si nos explicas bien esta cosa tuya con las lagartijas que me tiene ya un poco intrigada.

Vamos, que me cuesta opinar un poco aquí, pero me parece una pena que os dieran ya el principio de la historia en vez de daros libertad para escribir, es que no sé, esta historia de la tele enterrada no me llena tanto como las historias que tú sueles imaginar o recordar para nosotros, que las leo tan auténticas que se disfrutan enormemente. Te lo digo tal como me sale, de veras.

Y las fotos mencantan.

Eva.

M.Luz dijo...

yo también preferiria que fuera tuyo desde el principio. Me choca un poco el tiempo verbal, la historia empieza en presente y en tu primer párrafo utilizas un pretérito no se que.... qeu no me pega mucho. La trama y la resolución me encanta, es qeu venía al pelo en este relato la lagartija pululando por la pantalla plana, pura poesía....

Raquelilla dijo...

Quillo, que no se hable +... pa tí er premio, y si no te lo dan... lo chorizo y te lo pongo a la portañica de tu casa.
Ra