miércoles, 10 de febrero de 2010

HO XUAN HUONG, Poeta Vietnamita


HO XUAN HUONG (S.XVIII-XIX)


Poco se sabe acerca de una de las poetas más valiosas y excepcionales de la historia de la literatura vietnamita. Valiosa por sus inteligentes ironías, dobles sentidos y juegos de palabras; excepcional por su estilo heterodoxo (único en su tiempo), alejado de los rígidos y masculinos convencionalismos confucianos.
Debió nacer en los alrededores de Hanoi. No se conocen con exactitud la fechas de su nacimiento y muerte, aunque algunos estudiosos de su figura creen que pudo nacer hacia 1772 y morir aproximadamente hacia 1822. Sí sabemos que se casó dos veces, ambas como esposa de segundo rango, y que en su época ya fue muy leída y apreciada por su gran cultura. También sabemos que intimó y se relacionó con numerosos poetas, escritores y artistas coetáneos.
Dejó unas sesenta composiciones (cerca de un centenar si consideramos las atribuidas), caracterizadas por su sencillo lenguaje y la originalidad de los temas, de trasfondo biográfico. Su obra revela un profundo análisis de la sociedad que le tocó vivir. La poeta no suele dejar títere con cabeza. Desafía los prejuicios sociales, ridiculiza a personajes influyentes, y muy conocidos en su tiempo, y expresa, con enorme habilidad y sensualidad alusiva, el erotismo de un cuerpo femenino plagado de secretos.
Ho Xuang Huong se erigió en defensora de la independencia de la mujer con respecto del hombre, independencia que para la poeta vietnamita comenzaba en el claro reconocimiento de su sexualidad.

COMPARTIR A UN ESPOSO

Ay, compartir a un esposo con otra,
¡qué destino de perra!
Una duerme bajo bien enguatadas
mantas mientras la otra se congela.
Al azar, le reserva él un encuentro
al mes, una o dos veces, o ninguna.
Se le aproxima para arrancarle un bocado,
pero está el arroz mal cocido.
Se le sirve como una fiel sirvienta,
pero ¡ay!, una sirvienta sin paga.
¡Pobre de mí! Si hubiera yo sabido
que esto iba a ser así, me habría
quedado sola, como antes.


EL COLUMPIO

¡Bravo! para los que plantaron
hábilmente cuatro pilares.
Unos suben para mecerse
y otros miran el balanceo.
Arquea el muchacho sus rodillas
de grulla, y hala y hala sus riñones;
la muchacha flexiona su cuerpo de avispa,
se tiende y tiende los senos arriba.

Cuatro piernas de pantalones
rosados chasquean al viento,
y dos pares de muslos blanquecinos
se extienden paralelamente.
¿Saben acaso aquellos que practican
estos juegos primaverales
que una vez retirados los postes
los huecos quedan en el abandono?


LA CONDICIÓN DE LA MUJER

Hermanas, ¿sabéis cómo funciona esto?
Por un lado el crío desgañitándose; por el otro,
el marido deslizándose sobre vuestro vientre,
su hijito todavía chillando junto a vosotras.
Sin embargo, cada cosa debe ser satisfecha.
Todo ha de despacharse atropelladamente.
Marido y críos, ¡qué obligaciones!
Hermanas, ¿sabéis cómo funciona esto?

2 comentarios:

Unknown dijo...

Pues si te soy sincera...no me terminan de convencer ninguno.
Será que cada vez estoy más bruta????

Lo leeré y lo releeré otra vez y las que hagan falta. Que conste.
besos

Equilibrista dijo...

para aquella época eran poemas muy atrevidos y por lo tanto valientes... otra cosa es el estilo que me deja un poco ni fu ni fa... quizá en vietnamita tenga más gracia por el ritmo o la musicalidad...