jueves, 24 de junio de 2010

Uno más uno son tres.


Una tarde cualquiera, de un año cualquiera, bajaban las hormigas a la vera de un camino, cercano al pueblo, por dónde solían pasar pastores y comerciantes que se acercaban al mercado y a la plaza.
Este camino, al ser muy transitado,era buen lugar para recoger restos de todo tipo de alimentos y las hormigas,que son listas donde las haya, hacían el mismo recorrido que los que transitaban antes,cogiendo lo que a otros se les caía. Y así vivían, día tras día, la fila de hormigas de la que hablamos.
Un día cualquiera, de un año cualquiera, dos de estas hormigas se rozaron más de la cuenta al pasar en sentido contrario la una de la otra,y por estas casualidades que nunca se saben de dónde salen,se fijaron la una en la otra,también más de la cuenta. Y así siguieron día tras día,las dos tan felices, sin necesitar nada más. Hasta que un día, una de ellas ,llevando más peso de lo habitual, caminaba lenta y apesadumbrada,lo que provocó en la otra una extraña rareza y un desazón al no encontrarla a la altura prevista de la fila, dónde siempre se veían.
Cuándo,por fin, se encontraron de nuevo las dos, la que llevaba menos peso alivió de este a la que lo llevaba en gran cantidad quitándole una de las partes de la cáscara que mantenía en su espalda. Esto supuso un gran alivio para la primera, pero un gran dilema a la segunda. Si juntaba el peso que ya llevaba con el que acababa de quitarle a su compañera, no podría caminar a la velocidad de siempre, así que decidió dejar el trocito de cascarón en el camino y continuar con su trasiego.
Al día siguiente ocurrió lo mismo pero a la inversa. La hormiga que antes ayudó a la otra era ahora la que iba cargada de más, así que al encontrase de nuevo las dos en el camino,pasó exactamente lo mismo. La hormiga que tenía el peso más ligero retiró de la otra el que le sobraba y lo dejó justó al lado del trozo de cáscara del día anterior. Y así día tras día, hasta que, pasado un tiempo, las dos se dieron cuenta que, en el borde del camino, habían dejado tantas cosas que les sobraban, que habían formado una pequeña montaña suficiente para las dos.
Se salieron de la fila con sumo cuidado y,ahora, lo que recogen es esa montaña de granos y restos para llevarla a su escondite.


Anatxu


"Una pareja no lo forman dos, el hombre y la mujer. En una pareja existen tres personas, la mujer, el hombre y está lo que llamo tercera persona,la más importante,la persona que está constituida por el hombre y la mujer juntos.Esa que cada uno por su lado quiere destruir sin saber que ellos son."

José Saramago , Todos los nombres .

6 comentarios:

genialsiempre dijo...

¿a qué es bonito y sencillo?, pues los humanos nos pasamos la vida complicándolo.
!Qué grande Saramago!

Kanibal dijo...

Me gusta el cuento, me gusta la frase de Saramago y me gusta la foto. Lamento decir que no he leído nada de Saramago, pero acabo de decidir que también me gusta.

saludos

Pedro Estudillo dijo...

Buenísimo, sí señor. Una gran lección para no olvidar.
Buen aporte, Anatxu.

Anónimo dijo...

somos tres...sugerente...genial.Fita

asunn dijo...

Nunca había leido esta historia de "Uno mas uno, son tres" de Saramago y me ha gustado tanto como me gusta su obra, no podia ser de otra forma siendo de Saramago.
Que verdad encienrra en su historia. Que sabiduria de sentirla para expresarla en letras....Qué pasada!!!

Unknown dijo...

Assunnnn
que el cuento es mío...
joe,por algo que me sale bien, y se lo encasquetan a Saramago...
cagoentó¡¡¡