martes, 31 de enero de 2012

 

AHORA QUE NO ESTAS

Ahora que no estás,
y el vacío ocupa tu lugar...

Ahora que no te veo,
y no comparto tu mirar...

Ahora que hablo a solas,
porque mi corazón no se puede expresar...

Ahora que de nuevo noto tu ausencia,
sigo sin entender que hago yo aquí,
en medio de este laberinto de emociones y sentimientos.

Ahora que mi soledad me acompaña,
sigo extrañando tu ausencia.


Juan José

lunes, 30 de enero de 2012

Los eucaliptos del dragón


Veintiocho grados bajo el sol por este camino de zahorra bien marcado por hileras de rejas a una y otra banda. Veintiocho grados pero yo no me pienso quitar la armadura. Veintiocho grados y no me pesa ninguno, amigo. Llego a tu puerta, llamo al timbre y mientras no abres, el tiempo trota montado sobre tortugas decanas. Por fin, oigo moverse el pestillo que suena a tintineo de lámpara maravillosa. Te saludo y te doy la mano y justo en ese momento, el olor de tu casa empieza a danzar por mi nariz. Y entonces un escalofrío cabalga por mi espina dorsal, un bálsamo que me llena el estómago de margaritas salvajes y la frente de caballos de viento. Un nosequé que me eriza los bigotes de dragón del casco.

Nos sentamos en el césped del jardín y el olor sigue revoloteando por toda la casa como libélulas de menta. ¿Por dónde lo habíamos dejado? Ah, sí. La cuestión era, te cuento, quién de los dos iba a decidir la misión de aquel día. Yo tenía a mi disposición todos los comandos. Ojos de Serpiente como siempre el primero en la avanzadilla, con Halcón siguiéndole muy de cerca. Miguel Ángel, Leonardo, Pegaso, Clark Kent… Bueno, la verdad hay que decirla. No estaban todos. ¿Te acuerdas de Cóndor? el pobre tuvo una desgracia: se ahogó en La Barrosa, pero porque era una ola de las gordas y no pude sacarle de la arena que si no, yo le hubiera salvado. Y a Armadillo lo dejé en mi casa embobado con Alaska. Pero vamos, que ese tío para  nuestras batallas, no valía ná.

"Pero yo creo que al final", me dices, "lo que pasó fue que nos embarcamos. Fuimos por el mar primero y después por el espacio, allí nos encontramos con Haddock, y después con Mazinger. Nos enfrentamos a la brigada espacial de Freezer y a un batallón de guerreros del espacio. ¿Te acuerdas? Los cojines nos hacían mucho lastre y tuvimos que tirarlos y fue por eso por lo que mi madre se enfadó." "Eso sería lo más seguro", te contesto. "Aunque creo que lo que tiraste por la borda fue el libro de vacaciones Santillana". "Eso sería lo más seguro", me respondes. Nuestras risas beben de este olor pizpireto y fantasioso que nos destapa la vida y los sueños.

Nos dan las ocho, las nueve, las diez justo igual que en aquellos tiempos. Saco el móvil para mirar la hora y es como si el genio de la lámpara chascara sus dedos para irse a dormir. Me acuerdo que tengo que quitarme el casco y la armadura de caballero para ponerme otra, menos liviana: la armadura de hombre adulto. Al final tengo que irme porque me esperan, amigo, aunque quisiera quedarme toda la noche recordando nuestras batallas. Pero tranquilo porque vendré otro día más a verte y sentarnos en tu césped, mientras el olor de tus eucaliptos hincha de recuerdos mis pulmones.

sábado, 28 de enero de 2012

 

VIVIR SOÑANDO

... Y si un día en mi lento caminar
ves que vuelvo la espalda,
no pienses que soy un cobarde
o que alguien me llamó,
será que estoy en mis sueños de ayer
... será simplemente que estoy soñando.

... Y si de nuevo ves que me detengo
y es mi deseo disfrazar la Luna,
o con ceras colorearle el rostro al Sol,
no pienses que me volví loco,
ni creas que los veo incompletos.
Solo quiero jugar con ellos,
y una vez mas... estaré soñando.

... Y si ves enrojecidos mis ojos,
y observas síntomas de dolor y llanto,
no pienses que sigo en mi niñez, llorando,
sencillamente fue que los recuerdos
envolvieron mi vivir,
y no pude evitar... seguir soñando.

... Y si un día me ves profundamente dormido
y aún gritándome no respondo...
nunca pienses que desprecié la vida.
 

Aún en mi muerte seguiré soñando

viernes, 27 de enero de 2012

Juego inocente

     La mayoría de ustedes se preguntarán que cómo se puede jugar al escondite en el cuarto de baño de un piso; la respuesta es muy simple: a oscuras. Encierren a cinco o seis niños pequeños en un piso durante muchas horas y ya verán de lo que es capaz la imaginación infantil. Pues bien, ese fue mi caso; junto con mis hermanos y hermanas y, de vez en cuando, algún vecino, uno de los muchos juegos que inventamos para cuando no podíamos salir a la calle, consistía en escondernos en el cuarto de baño y, aprovechando que no tenía ventanas ni ningún otro hueco por donde entrase luz, el que se la quedaba entraba a oscuras y tenía que encontrar al resto y adivinar de quién se trataba a través del tacto. No es que existiesen muchos escondrijos en tan minúsculo habitáculo, pero siendo unos niños pequeños, nos apañábamos bien con los diferentes rincones que dejaban los sanitarios, el interior de la bañera y poco más. Era uno de mis juegos favoritos.
Recuerdo un día en particular. Me tocaba esconderme cuando mi colon me jugó una mala pasada: decidió que tenía que vaciarse en ese justo momento. Así que no me lo pensé dos veces, ni corto ni perezoso, y aprovechando el momento de oscuridad justo antes de que entrase la inocente víctima que tenía que encontrarnos, me senté en el inodoro en el más completo de los silencios. Segundo después, el inevitable “chof” producido por un sólido al caer sobre un líquido, delató mi posición y, de paso, acabó con el juego por ese día.
No lograba entender porqué se habían enfadado tanto conmigo.

jueves, 26 de enero de 2012

Trabajo para el día 1: ( momento de revelación personal )





Cuándo mi frigorífico dejó de pertenecerme?


No dejo de hacerme esta pregunta desde hace tiempo. Qué le ha pasado a este maldito aparato, el que antaño me daba satisfacciones, me quitaba penas y me dejaba tremendamente satisfecha como si de un buen amante se tratara? Si tenía un mal día en el trabajo, tan sólo tenía que llegar a casa, abrir su puerta y ahí estaba mi pequeño consuelo en forma de flan de huevo o de natillas. Si Había discutido con mi novio, allá que iba toda apenada buscando de nuevo su consuelo, ahora en forma de helado de chocolate adornado con nata montada. Que estaba aburrida? Qué mejor forma de quitarse el aburrimiento que haciendo una gran tarta fresca de limón, la que posteriormente guardaba en mi precioso cofre helado y allí se iba acabando de poco a poco, o de mucho a mucho, según mi estado de ánimo.

Que cuándo dejó de pertenecerme? Por más que echo la mirada atrás no lo recuerdo con exactitud, aunque creo sospechar que todo empezó por la época en que mi novio se vino a vivir conmigo. Tal como llegó con sus maletas, guitarra y caja de gorras, trajo también, como si de una prolongación de su mano se tratase, un paquete enorme de cervezas, las cuales ocupaban toda una bandeja del frigorífico. También almacenó en la puerta, junto a los batidos de fresa, varios tipos de orujos y chupitos, para que no faltase de nada cuando vinieran sus amigos a ver el fútbol. Madre mía, ¿van a venir sus amigos a ver el fútbol? ¿A mi coqueto apartamento de soltera, decorado con la mano primorosa de una tejedora de encajes de bolillos? Con la de euros que me he gastado en todo tipo de revistas de decoración. Casi me da un vahído. De nuevo acudí religiosamente al frigo a ver qué podía rapiñar, algo que me calmase la  nueva angustia  con una dulce cucharada de cualquier cosa.

Tampoco recuerdo exactamente cuándo aparecieron sin más, además de las cervezas, un paquete de pan bimbo, lechugas, tomates y yogures desnatados. – Madre del amor hermoso, pero esto qué es?- Miré angustiada. - Dónde está mi tarta de limón? Y las natillas, aggggggggggg, que me da algo ¡!!... No tuve más remedio que ir a la despensa a por unas galletitas chips ahoy, que no necesitan refrigeración.

- En cuánto llegue a casa le estoy cantando las cuarenta, saco las cervezas de la nevera y que todo vuelva a la, mi, normalidad ¡!

Cuando llegó Ramón de trabajar, venía cargado con varias bolsas. Lo miré sonriendo, ya que intuí que me traía regalitos y chuches. Si es que no se puede tener un novio más atento. Pero mira que soy egoísta, que vienen sus amigos a casa y me pongo de morros, pobrecillo, con lo bueno que es, con lo que me comprende y me mima ¡!

En cuanto abrió las bolsas, empezó a sacar saquitos de lechugas troceadas, lechugas redondas y no sé qué más tipos de lechugas, será posible? Pues sí, trajo todas las variedades habidas y por haber. Además, una selección de verduras y frutas frescas, eso sí, jactándose de que le había salido todo por un pico, ya que eran productos ecológicos. Además sacó tortitas de arroz con menos de 20 calorías y barritas de cereales que quitan el hambre a cualquier hora, sin colorantes, sin conservantes, y sin “antes” de ningún tipo. También trajo una maquinita de vapor que pensé que era para limpiar el cutis, pero no, era para cocinar las verduras en su propio jugo, -“Para que contengan todas sus propiedades y así engorden menos”-, explicaba lleno de sabiduría casi doctoral. Debió verme la cara de boba que tenía mientras me hablaba de las innumerables ventajas de comer brócoli, de la cantidad de vitamina C que contiene un kiwi con relación a una naranja y lo perjudicial que es el tan valorado aceite de oliva, que tomado en exceso, engorda como la grasa de cerdo. Mis ojos estaban redondos mientras me daba una lección de dieta sana mediterránea “Light”.

Tomé aliento y me senté en el taburete de la cocina. Se me acercó, me cogió la cara, me dio un tierno beso en la frente y me dijo lleno de ternura:

No te preocupes, te apoyaré de lleno en tu dieta.

-         En mi dieta? Qué dieta? Me hace falta dieta? Me está llamando gorda? Pero bueno, qué se ha creído éste? Que se viene a vivir a mi casa, hace la invasión de Normandía en versión cine de barrio y me dice que tengo que perder peso? No sabe con quién se mete ¡!

Hoy llevo dos semanas a dieta. Si. Ni yo misma me lo creo. Realmente estaba pasadita de peso, pero era tan feliz ¡! He conseguido calmar mi ansia de dulces, pero aún sigo con síndrome de abstinencia de agarrar el asa de mi precioso y querido frigorífico para abrirlo varias veces al día. Lo sigo haciendo aunque no coja nada del interior, es sólo por añoranza. Hago un barrido con mirada de cachorro perdido y lo vuelvo a cerrar.

A veces me planteo volver a vivir sola, mi frigorífico me entendía mejor que mi novio e incluso sacaba más jadeos de placer de mi boca.

Luciérnagacuriosa 26/1/2012



Tarea para el miércoles día 1 de Febrero

Buenos días compis:

 El trabajo consiste en escribir un relato escogiendo cualquiera de estos temas, ahondando en nuestro pasado:
  1. Compañías (amigos, familia, mascotas, etc.)
  2. Paisajes (naturaleza, habitación, jardín, etc.)
  3. Juegos y juguetes.
  4. Momentos de revelación (algún momento en el que despertaste a algo o alguien)
Se ruega que no sean muy extensos con la finalidad de poder compartir lectura del relato la mayoría posible de compañeros.
Besos y achuchones!!

domingo, 22 de enero de 2012

Llueve a destiempo


Llueve a destiempo

Ayer la tarde se iba despacito,
tiñendo de grisesennegrecidos unas nubes
que habían jugueteado a cambiar de formas durante toda la mañana.
De repente, se rompió la serenidad del atardecer melancólico.
Los cielos tronaban, se encendían de rayos serpenteantes.
Llovia a chaparrones un agua estancada de sequía.
Llovía sin placer,
por orden gubernativa,
llovía un agua de trasvase sin consenso.
Llovía de una vez por todas,
sin desterronar la tierra,
aplastando las hierbas,
marchitando las flores bajo plásticos basura.
Llovía un diluvio bíblico que ahogaba los pecados sin culpa,
los amores sin comienzo,
los deseos desechados y desechables.
Llovía a destiempo.

viernes, 20 de enero de 2012

Con Marilyn y a lo loco


La tarde/noche de hoy viernes 20 de enero se cierra el ciclo que la Casa de la Cultura está dedicando a Marilyn Monroe con dos interesantes propuestas. A las 20.00 h. de la tarde se proyectará la película "Con Faldas y a lo loco" comedia en la que Tony Curtis y Jack Lemmon acompañan a la famosa diva. Y a las 22.00 de la noche habrá un recital en el que Soledad Benítez pondrá voz a las canciones más célebres de la Monroe, junto a Blas Lago Blazz que la acompañará con sus melodías al piano.

Soledad y Blazz dándole al jazz. 

Ambos son eventos gratuitos. Si os apetece nos vemos esta tarde. Y no olvidéis poneros faldas todas y todos, jeje

Miga amiga



En cada latido
en cada palabra
en cada gemido
como una liturgia de gozo y vida
estás tú, miga amiga
como una hogaza de pan esponjoso y tierno
en la llama inmortal de la hermosura


Berta

Tarea para el miércoles 25: recordando olores


En la clase del pasado miércoles en el taller seguimos hablando de las diferencias entre la historia (serie de ideas, anécdotas y emociones que barruntan nuestras fantasiosas cabezas) y el relato (plasmación de esas historias sobre el papel o la pantalla, verdadera tarea del escritor). Una de las "vetas" más ricas en historias que podemos encontrar en nosotros mismos es la memoria viva. Ésta se diferencia de la memoria racional (la de los datos: nací en tal fecha, conocí a Manolito en el año 72, me casé de blanco en la iglesia de...) en que se nutre de sensaciones: olores, tactos, sonidos, colores... De tal manera que una de estas sensaciones nos transporta al momento en que vivimos aquella historia que nos llegó realmente, aquel recuerdo grabado a fuego... La memoria viva es un hervidero de sensaciones, de recuerdos y de historias.

Pues bien, la tarea de esta semana consiste en realizar un relato escarbando en esa memoria viva. Para ello tenemos que buscar un olor que nos traiga a la mente un recuerdo: el olor de la ropa que llevaba un ser querido, un dulce que preparaba nuestra madre cuando éramos niños, el olor del pabellón o del patio del colegio... En resumen: plasmar en un relato la historia vinculada a a ese olor que nos brote de la memoria.

jueves, 19 de enero de 2012

Dicen por ahí que cuando el corazón deja de latir y tus manos, ojos y oido dejan de sentir emprendes un camino a no se sabe donde y una estrella nueva se ilumina en el firmamento.
Yo en las apacibles y cálidas noches de verano y en las gélidas e iluminadas noches de invierno he mirado fíjamente hacia arriba para ver una señal o indicio que me dijeran donde estás y de momento solo he podido ver el destello incesante de alguna estrella ignorada anteriormente.
¿Dónde estás?...... Desde ese día el Sol no acaricia mi piel y la lluvia no limpia mi dolor.

The Present

"T-E A-M-O"

The one wrote those letters on the blackboard, and then stared at me with shiny eyes, while explaining Spanish simple present.

I didn't expect that present.

Que traducido resulta:

El Presente

"T-E A-M-O"

Escribió aquellas letras en la pizarra y entonces me miró fijamente con ojos brillantes, mientras explicaba el presente simple español.

No me esperaba aquel presente.*


* presente tanto en español como en inglés tiene el doble significado de "tiempo actual" y de "regalo". La diferencia es que el present inglés se usa de manera coloquial pero el presente castellano nos suena muy pasado de rosca. De ahí que el doble sentido tenga más gracia en inglés.

miércoles, 18 de enero de 2012

Lo más importante para Fran



Hola Fran. Ya ves, cuarenta años ya. Tenías doce cuando hablábamos de las cosas importantes de la vida esquivando el humo mientras quemabas cables. Te encantaba el cine y vendías metales para comprar entradas. Eso te llevó un día a Camposoto y un proyectil te colgó el letrero The End. Hoy te diré algo, lo que más te importaba en la vida: pasó el año dos mil y aún no hay coches volando por las calles como tú decías.

domingo, 15 de enero de 2012

"Quédate un poco más, amor..." le pidió a la eternidad.

viernes, 13 de enero de 2012

El poder del Libro

Las minas del rey Salomón, de H. Rider Haggard; así se llamaba. Ese fue el primer libro enteramente de mi propiedad, nunca lo olvidaré. Tendría yo unos nueve o diez años cuando me lo regaló mi padre. ¡Mi primer libro! Hasta aquel momento todo habían sido tebeos y algún que otro comic, todos ellos compartidos con mis hermanos y hermanas, pero un libro... todo lleno de letras, sin una sola ilustración... todo un tesoro para mí. Tres veces seguidas acabé leyéndolo. Y aún lo conservo; algo desgastado y descolorido por el paso del tiempo, pero con todo su contenido y valor emocional intactos. Es la magia que poseen los libros.
Es una simple historia de aventuras, más o menos entretenida, pero eso es lo de menos, podía haber sido otro cualquiera y lo hubiera devorado igual. Por entonces me pareció la más grandiosa historia jamás contada. La primera vez en mi vida que leía tantas letras seguidas en tan corto espacio de tiempo... ¡Tres veces seguidas! No me lo podía creer, ese pequeño objeto de cubiertas amarillas había conseguido lo que ningún otro juguete había hecho jamás. Estaba emocionado con mi tesoro literario... y quería más.
Han pasado muchos años de aquello, y nunca le estaré lo suficientemente agradecido a mi padre. Aquel regalo, más todos los tebeos y comics de mi infancia, seguramente serán los más valiosos presentes que haya recibido en mi vida. La estimulación a la lectura es de las cosas más importantes que unos padres podrán hacer por sus hijos nunca; algo de lo que jamás podrán arrepentirse.
Después de Las minas del rey Salomón han pasado por mi vida muchas otras historias y aventuras de todo tipo. Leyendo he llorado, he reído, me he asustado, me he entretenido, he viajado... pero sobre todo, he aprendido. He aprendido que la vida es mucho más que las cuatro paredes que me rodean, que existen otras ideas, otras gentes, otros horizontes, otras costumbres, todas igual de válidas e importantes. Con un libro entre las manos he crecido como persona, como ser humano individual dentro de un conjunto social e indivisible; he aprendido a respetar, a valorar, a no juzgar, a comprender... he aprendido a Vivir.
El libro es una de las herramientas más eficaces que posee la humanidad del presente para aprender a discernir por sí misma. Ante la sumisión absoluta a un sistema  manipulador por parte de la gran mayoría de medios de comunicación de masas, donde sólo prima el poder del dinero por encima de la Verdad, el libro se ha convertido en una vía de escape insustituible: manejable, intercambiable, sin límite de contenido, asequible y con multitud de formatos y estilos aptos para cualquier persona que se interese por algún tema determinado.
Regalen libros, cómprenlos, préstenlos, descárguenlos de la Red; lean por favor, inciten a la lectura a las personas cercanas. Un libro no es sólo un compendio de conocimientos o de historias entretenidas, un libro es mucho más, es cultura, es educación, es crecimiento, es socialización, humanización, es una de las más eficientes maneras de salir de la mediocridad a que nos condena el sistema capitalista dominante. Un libro es LIBERTAD.

miércoles, 11 de enero de 2012

Tarea para el miércoles 18

Hola blogueros:
La tarea que nos asignan para entregar la próxima semana es la siguiente:

Hacer un texto en cinco líneas (especie de telegrama o microrrelato) donde exprese la cosa más importante que desearías decirle a alguien o a todos.

Ala, a darle a la cabecita. Que disfrutéis!!!

Trabajo de Navidad

 Aquella mañana, dios se levantó malhumorado y me pidió de desayunar un par de huevos fritos con bacon. Con la destreza del mejor chef de cocina, me dispuse a satisfacer sus deseos, pero por lo visto sus deseos no quedaron en absoluto satisfechos. La vena de su cuello se empezó a hinchar de una manera sobrenatural, y sus ojos giraban como los de Marujita Díaz. De un golpe fuerte y seco hizo volar el dichoso plato de huevos con bacon. Atónita observé la trayectoria perfecta que describía aquel “platillo volante”. Y pensé: joder, que te gustaría conseguir este vuelo para tus cacharritos! En estos pensamientos estaba concentrada cuando me sobresaltó el portazo que dios pegó al salir del paraíso.




El paraíso que habíamos creado para los dos se convirtió en pocos meses en un verdadero infierno, y el dios a quien yo había idolatrado cayó de su pedestal la primera vez que me gritó delante de mis amigas. Era tanta la fuerza que ese dios ejercía sobre mi persona, que recogí los pedazos que quedaron tras la caída de su pedestal y con mimo extremo y cariño absoluto lo recompuse. Cualquier fisura quedó enmendada, y volví a subir de nuevo a mi dios en su pedestal, pero esta vez le puse una peana aún más alta. Lo idolatraba, sus deseos eran órdenes para mí, cualquier sacrificio era lógico, pues todos los dioses exigen sacrificios. A mi dios le imploré perdón por mis continuas meteduras de pata, que tan nervioso le ponía. A mi dios le entregué mi cuerpo y mi alma. Mí dios era mi vida, sin mi dios mi vida no tenía ningún sentido. Mi familia y amigos se alarmaban al ver el cambio tan sustancial que este dios había ejercido en mí. La estupenda mujer segura de sí misma, triunfante en el trabajo, seductora y capaz de conquistar a cualquier hombre que quisiera, no era más que una marioneta que solo se movía al son de las manos de su dios. Descubrir la verdadera naturaleza de mi dios, me costó meses, años…, me costó lágrimas, engaños y desengaños. Lo que todo el mundo vio desde el primer momento a mí me duró el tiempo que dura el enamoramiento, es decir esa locura transitoria que hace que la persona más cuerda, más sensata y más inteligente haga las mayores gilipolladas en nombre de su amo( r). Descubrí entonces que mi dios era ese niñato, maleducado, histérico, caprichoso, mimado, vanidoso, egoísta y cruel que además no daba un palo al agua. Su única ocupación y preocupación era la construcción de maquetas de aeronaves, la última un helicóptero carísimo que yo misma le compré por su trigésimo segundo cumpleaños. Este helicóptero era la joya de la corona, su preferido, al que había dedicado sus mimos y su tiempo en los tres últimos meses. Se pasaba las horas muertas en su habitación con sus “cacharritos”, mi sola presencia le ponía nervioso, así que opté por no adentrarme en su terreno privado.



Eran las once de la noche cuando llegué a casa. Reventada sería un adjetivo muy suave para calificar mi estado físico al llegar todos los días del trabajo. Desde hacía casi un año me tragaba todas las horas extras que podía, con la idea de poder pagar la elevada hipoteca que, idiota de mí, había echado sobre mis espaldas. Como todos sabemos, dios vive en el cielo, y aquí en la tierra lo más cerquita del cielo que mi dios encontró, fue un ático precioso, con una luminosidad espectacular, y unas vistas increíbles, pero más espectacular e increíble fue su precio. Y ahí estaba, la esclava del señor pagando mes a mes el jodido ático.

Arrojé el bolso sobre el sofá, y me fui descalzando por el pasillo, hasta llegar a la cocina. Lo llamé varias veces sin obtener contestación, cosa habitual en él, porque era un verdadero autista cuando estaba en su bunker rodeado de las innumerables piezas necesarias para realizar sus obras maestras. Abrí la puerta con extrema cautela, con la intención de no alterar su alta concentración y meticuloso trabajo. Eché un vistazo rápido a la habitación, pero por suerte el helicóptero ya no estaba allí.



Ana Rivera – Diciembre 2012

Huevos con beicon.


      Aquella mañana, Dios se levantó malhumorado y me pidió de desayunar un par de huevos fritos con beicon. No me sorprendió, cuando se enfada engulle calorías a mansalva en perjuicio de su incipiente colesterol, pero había algo en su porte que me resultaba extraño. Desde hacía unas semanas había notado cierta sátira en sus palabras, y más de una vez tuve que persignarme después de que soltara algunas salidas de tono. Reconozco, Ave María purísima, que a veces me volvía para que no me viera reír, y era entonces cuando aprovechaba para darme un cachete en el culo y sacarle la lengua a mi cara de espanto. Cuando le pedía que se arrepintiera de sus pecados, me culpaba por pasearme escasa de ropa, pero es que en esos días de Noviembre en casa no se podía parar de calor. Los domingos se  encerraba en el baño, durante horas, y desde la cocina  podía oír sus risas y difamias extravagantes  que yo atribuía a su mortificación por el estado lamentable de la fe en el mundo. Luego salía del baño feliz, sin rastro de furia, con un intenso olor a azufre y con unas enormes ganas de copular (Ave María purísima).

        Aquella mañana, digo, en la que se levantó extrañamente malhumorado, todavía con el brillo grasiento del beicon en la barba, me confesó que él no era mi Dios, pero que por mí cambiaría su tridente por mis tenedores de picnic.
        Esa tarde mi esposo volvió a casa después de un mes de cónclave en la tierra. Llegó abatido, desalentado y pesimista, y a mí además me pareció molestamente rutinario.  Y es que para mí, ya se habían transformado en inolvidables los recuerdos que parieron aquellos días diabólicos.

       Después de pensármelo largamente durante dos minutos,  dejé a Dios comiendo el puchero y salí corriendo hacia el helipuerto. Por el camino recé porque el helicóptero destino al infierno aún no hubiese despegado, porque alguien me esperara, porque pudiera dilatar infinitamente mi nueva dicha. Y mis rezos fueron oídos... sin acordarme de que Dios era mi marido. En ese instante una luz cegadora apareció entre las nubes y un relámpago de fuerza descomunal cayó sobre la pista de aterrizaje, pero por suerte, el helicóptero ya no estaba allí.