Tu ausencia me despierta
a cada noche.
Aún no te has ido
y ya no estás.
Siento en mi mano
el calor que tu cuerpo
dejó en nuestra pira.
¿Por qué se me retuerce
el estómago
cuando te añoro,
cuando te pienso?
¿Por qué la sangre
se me hace agua
cuando me siento
sin ti,
y escapa estúpida
por mis ojos
aún sin mi permiso?
¿Por qué no tengo
otro remedio
que estar a solas
y escribir estos versos
que me oprimen, que me matan
que a cada métrica
que amor derraman,
más me quedo sin ti,
más nos separa?
¿ Y por qué esta vida
que vivimos sin licencia
es siempre al final
cuando te paga,
siempre de menos,
y te cobra esos
impuestos de locura
que tanto cuesta devolverlos?
Tanto me cuestiono
y tanto pienso
que tengo atada
la garganta
con un nudo marinero,
que aprieta, que duele
que me asfixia
a cada verso;
y a cada poema
que se escapa de mis dedos
más te tengo
y no te tengo.
Bueno, otra nochecita de insomnio.
Un saludo. moy.
4 comentarios:
Moy, lo lamento compañero, pero me voy a poner de parte de tu insomnio. Si te da para escribir cosas bonitas, es mejor que duermas poco.
José María
Lo mismo digo yo, Moy, ojalá me saliese a mí ese talento cuando me desvela mi niña con la tos, o cuando el peque Beowulf que llevo dentro me dice: ¡Aquí estoy yo!
A mí me pasa como a ti, Moy, también me desvelo mucho... aunque a mí sólo me entran ganas de hacer pis, joío.
El poema es una delicia.
Un saludo.
Estás que te sales poeta. Por mejor decir...POETA.
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