Ayer la tarde se iba despacito,
tiñendo de grisesennegrecidos unas nubes
que habían jugueteado a cambiar de formas durante toda la mañana.
De repente, se rompió la serenidad del atardecer melancólico.
Los cielos tronaban, se encendían de rayos serpenteantes.
Llovia a chaparrones un agua estancada de sequía.
Llovía sin placer,
por orden gubernativa,
llovía un agua de trasvase sin consenso.
Llovía de una vez por todas,
sin desterronar la tierra,
aplastando las hierbas,
marchitando las flores bajo plásticos basura.
Llovía un diluvio bíblico que ahogaba los pecados sin culpa,
los amores sin comienzo,
los deseos desechados y desechables.
Llovía a destiempo.
Fita.
5 comentarios:
Nunca todos a gusto de llueve.
La lluvia nos inspira
su piel transpira
la mía es pira
la soledad expira
y luego va ella... y se pira.
Antoñín
Ah... que no te lo he dicho, se ve que te inspira la lluvia, Fita. Me ha gustado.
Antoñín
Llueven ideas, llueven palabras, llueven versos, en aguacero, en tus días de lluvia
David
Me alegro de que la lluvia despeje la mente y de rienda suelta a la poesía oculta, a mí también me ha gustado, aunque también es verdad que puede estropearnos la tarde de mañana bajo nuestro árbol.
Saludos y felices poemas.
Hoy me he detenido en la bitácora de la escuela ( me gusta más que blog )y veo que cada vez hay más calidad. Tu visíón de la lluvia me ha encantado sobre todo cuando escribes:Llovia a chaparrones un agua estancada de sequía.
Llovía sin placer,
por orden gubernativa,
llovía un agua de trasvase sin consenso.
Gracias Fita por el deleite
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