De viejo ya y ojos perdidos
a veces en sus propias remembranzas,
hipnótico de sueños ya vividos,
en su sillón, canoso de añoranzas.
Se rumia el mar azul de sus olvidos
con sus ponientes largos y bonanzas,
sumido en los ocasos coloridos
de rojos fuego y ocres; mescolanzas.
Después, ya joven relativamente,
camina por la acera del pasado
de baldosas amarillas despintadas,
con su bastón punzando en un presente
y el alma, como su andar cansado,
buscando a cada trecho bocanadas.
Yo mismo, pisando los senderos
que él pisara,
voy tapando sus huellas
con mis pasos,
con mis manos
voy trenzando sus achaques,
con los ojos
nos hablamos del pasado.
cuando un sol de azafrán
se despide en la azotea,
su mirada de cordero
me atormenta, me analiza,
sus pupilas me preguntan,
y un recuerdo
de su pómulo gotea.
Le respondo con mis párpados
sumisos a los suyos,
con mis manos
en sus manos temblorosas,
y le cuento, sin hablarle,
tantas cosas …
Qué somos ,
le cuestiono con el tacto
de mis dedos
en su piel de papiro envejecido,
qué somos más que el aire
que nos besa,
qué más
que una hormiga aventurera.
Qué fuimos, qué seremos,
Qué serás tú,
que después yo no lo sea.
Me responde como ausente
y me inunda
con su absorta verborrea.
Yo le digo
con palabras que el no oye
cualquier cosa que le calme,
….Lo que sea.
Y le hablo, le regalo
interjecciones, y le animo,
mas no quiero que me vea
entreabierta el alma
y desgarrada,
y sonríe cuando le digo:
Tranquilo, Papa, que somos Todo,
tranquilo, Papá, que somos Nada.
A mi Padre, ( Almadrabero) expulsado de Sancti, su pueblo, por el Poder Económico.
Expulsado de Astilleros, su trabajo, por el Poder Político.
Expulsado de la Vida, por el Alzéhimer.
7 comentarios:
Cuando se lee despacio, aún resulta más desgarrador. Creo que todos sabíamos que al final acabarías luciéndote.
Nos van a quitar el cuadernillo de las manos.
La lectura de estos versos me conmueve
animándome a coger mi torpe pluma
ensayando en el lenguaje que tú sueles
agradecerte lo que evoca esta escritura.
Aquí sobran mis palabras. Cuando lo leiste bajo el árbol te expresé con mis ojos lo que sentía. Solo eso amigo. Un abrazo.
Antoñín
Lo he leido ya cuatro veces y cada vez me gusta más. Creo que va a ser difícil escribir algo mejor.
José María
emocionan los versos emocionados, los versos que se escriben a dentelladas de amor,
ciegos de palabras hechas
e iluminados de las raspas que nos dejan.
Fita.
Emociona oírlo. Emociona leerlo.
Bellísimos, sentidos y sinceros versos.
Un abrazo
David
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