viernes, 31 de octubre de 2008
El jabón
Al cabo de las horas, cuando regresábamos, la peste se había suavizado, mi abuela había añadido otros ingredientes que nunca estoy seguro de cuales eran, pues tampoco me interesé entonces por ellos, creo que sosa caústica, sal gorda,....y allí estaba alla, moviendo con un palo que reservaba también para esa tarea, de forma paciente, durante horas. A veces le relevaba mi madre para que se tomase un descanso, pero ella consideraba el jabón como algo muy suyo, y a los pocos minutos volvía a su puesto alegando que mi madre no movía con la energía necesaria para que se fraguase bien la mezcla.
Cuando mi abuela murió, desapareció el jabón manual, pues mi madre alegó que era un trabajo enorme y además salía más barato y era de mejor calidad el "lagarto" que ella compraba en una droguería cercana.
Después de muchas horas dando vueltas a aquella mezcla, la pasta iba adquiriendo un olor amarillento, y el olor, milagrosamente, se había transformado, ahora olía a limpio. Se dejaba en reposo toda la noche, y a la mañana siguiente, al levantarnos, abuela ya habáa cortado varios trozos asimétricos del tan trabajado jabón, que se usarían en casa durante los próximos meses.
José María
jueves, 30 de octubre de 2008
La azotea
Las seis de la tarde. Termino ansioso el último bocado del medio manolete de pan con manteca colorá y azúcar de cada tarde y corro sin pensármelo dos veces hacia ese lugar de fantasía que es la azotea de mi casa, escenario vivo de cientos de batallas heroicas, testigo inmutable de decenas y decenas de apoteósicas finales de mundiales de fútbol y, en definitiva, paraíso de la imaginación y de las ilusiones de todos mis hermanos y vecinos. De todos aquellos que, al igual que yo, y como hacemos cada día, volamos hacia allá con nuestras mejores esperazas puestas en los siguientes momentos, sabedores de que serán únicos en nuestras vidas.
Nada más abrir la puerta al pie de la escalera, el río Iro, en toda su magnitud, se desborda sobre cada partícula que compone mi ser. Sopla el levante, y ese intenso color violeta mate se sobreimpresiona en mi mente infantil como por arte de magia, junto con algunas lavadoras oxidadas, neumáticos podridos semienterrados en el lodo y algún que otro reflejo inerte y flotando en el remanso de podredumbre de lo que poco tiempo atrás fue un pez.
A pesar de ser lo habitual, mi nariz no puede dejar de arrugarse por un instante, al mismo tiempo que entrecierro mis ojillos de niño inquieto y, sin dejar de saltar sobre los escalones de dos en dos, pienso instintivamente: “hoy toca jugar a los muertos vivientes que se levantan de sus tumbas para comerse a los niños.”
Quizás los no residentes en Chiclana hace algunos años no lo entiendan, pero el resto seguro que sí. Yo vivía en la misma alameda del río, a espaldas de éste.
Ejercicio del pasado Miercoles
Saludos Alfonso
Los Amos del Mundo / Arturo Pérez-Reverte
LOS AMOS DEL MUNDO
Arturo Pérez-Reverte
(Artículo del escritor español Arturo Pérez-Reverte, publicado en 'El Semanal' el 15 de noviembre de 1998, y que ahora, diez años después, parece una visión de Nostradamus).
Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos.
Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.
Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un master en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.
Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.
No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra pierden el culo por darles coba y subirse al carro.
Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.
Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.
Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.
Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.
Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no.
Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.
Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda.. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.
Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.
Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.
Hoy como ayer
Un negro en New Orleans entierra sus esperanzas junto a su muda trompeta.
Baja el precio de la vida en Kandahar y Bagdad.
En los campamentos de Tinduf sufren la amnesia de la limosna humanitaria
El reventón de la burbuja inmobiliaria destroza la existencia a los de siempre.
El empleo ingresa de gravedad en
En el cementerio Highgate salen carcajadas de la tumba del viejo melenudo.
Miles de chamanes de todo el mundo se conjuran para agrandar el problema
Intervenir, refundar, regular, controlar, inyectar, avalar.
Ellos lo saben: la fórmula del Gatopardo seguirá siendo la adecuada.
JUAN
EJERCICIO DE MEMORIA SELECTIVA
Esto ocurría hace años cuando yo aún sumaba y restaba con los dedos. Hoy en día ya ni sumo ni resto porque no me interesan los números, solo las palabras y lo que hay detrás de ellas. Hoy paso por cualquier ventana a esa misma hora tonta y ese olor a buen café no me transporta a aquella casa mía de antes sino que me vuelve a convertir en guisante.
Este curso parece que empieza muy animado, en cuanto a concurrencia y a exigencia.
Miguel A. nos pasa a exprimir desde el principio. Me parece que este año no va a tener piedad con nosotros.
miércoles, 29 de octubre de 2008
Tresor

- Mira, ese perfume es la imitación de “Tresor”. Conchi me ha dicho que es igual que la original… ¿entramos?
Este viaje a Gibraltar no era lo que más me apetecía hacer hoy, pero hay que transigir de vez en cuando. A lo mejor ahí dentro hay algo que me interese.
- Un cartón de Dunhill, please- el señor mayor tenía pinta de escocés pero sin falda, su petición con acento llanito-andaluz fue atendida al instante.
Dunhill, el mismo tabaco rubio que comprábamos suelto en el quiosco junto al internado. De pronto me vi rodeado de niños de uniforme azul, de escapadas a través de la ventana hacia el quiosco, de escaramuzas al cine del colegio, ese cine de paredes forradas con planchas de corcho, cerrado casi todo el año, donde jugábamos a escenificar obras de teatro sobre el escenario. Histriónicos niños con un Dunhill encendido jugando a ser Watson, Sherlock Hlomes o Sandokán, el de las ediciones Cadete, con la única diferencia de que nuestros cuerpos menudos no aguantaban el tabaco rubio como el de Sherlock Holmes, que sí aguantaba su heroína inyectada.
- ¿Qué te pasa Carlitos? Tienes mala cara- me decía Don Abdón en la fila cuando los domingos por la noche, los más tristes de mi existencia, formaba en el pasillo en penumbra esperando la cena.
- Que tengo fatiga.
- Claro, si es que no paráis de correr, así termináis tan fatigados.
Los inspectores del colegio no sólo estaban en otra onda; ni siquiera entendían nuestras palabras. Más tarde descubrí que la palabra “fatiga” significa “náusea” exclusivamente por estos lares del sur, aunque aquí en diminutivo también se usa para otro tipo de padecimientos: en esas fechas yo sufría fatiga post Dunhill los fines de semana, aquí quedaba mientras mi familia, la que al mismo tiempo que yo, pasaba muchas “fatiguitas”.
- Pssss… pssss… ¿Te gusta? ¿A que huele igual? ¿me la compro?
- El perfume huele bien, pero si me la echas en la cara vas a provocarme…”nauseas”, cielo. Además, prefiero sorprenderme cuando me acerque a tu cuello, sin saberlo, como quien se invade de recuerdos con un sutil aroma de puchero al doblar una esquina cualquiera.
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Entre dos mares, esta península desea un mar que no alcanzan sus tierras resguardadas por enormes murallones que la circundan. La mar dulce y tibia, la que se navega entre vecinos de viejos espacios y de largas historias, esa mar de poetas vigilada por las ánimas de los que descansan en la ladera de un monte más alto que el horizonte para tener buena vista. El otro, el océano escatológico de profundidades infernales e insondables, sólo a la altura de heroicas hazañas de marinos hispanos o de aventuras de piratas y corsarios. Mares circundantes pero lejanos, presentidos, más de marineros en tierra.
Entre dos continentes, el lejano ¡tan cercano!, el que prolongó occidente llevándose lo mejor de nuestras gentes y que guarda nuestra palabra rehecha y reinventada. El otro, el más próximo, ¡tan lejano! Al que volvemos la espalda para fingir que no lo vemos incluso teniéndolo dentro. Gentes y espacios de los que vamos y venimos y que prolongándonos en ellos nos van haciendo.
Tierra aireada de levantes y ponientes, agitada por anticiclones y borrascas, umbría a barlovento y solana a sotavento, a la orilla del trópico y a la altura de los hielos… Alumbrada de dos verdores a destiempo, el que verdea los veranos del norte y el que en invierno tapiza los ocres estivales del maquis y la garriga. De inviernos crudos y de veranos asfixiantes, de sequías y aguaceros, esta tierra sin templanza sólo descubre la primavera labrando la tierra con secretos milenarios.
Aquí conviven la altura y el llano, los verdores lujuriosos y los amarillos estériles, las frutas tropicales y los líquenes de montaña, el escorpión y la babosa, las setas y los cactus, la alondra y la marmota, el águila y el buitre, el lobo y el cordero…
Está construida de contrarios, respira lo diverso. Singularidad de un espacio copulativo.
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Hoy tengo el día político/patriotero ...
martes, 28 de octubre de 2008
EL INQUILINO
Hoy no tengo ganas de nada, ¿sabes?. Miro el televisor y solo veo una cara de abatidos ojos y una estantería con libros y algún que otro trofeo. El aparato está apagado porque me cuesta ponerlo en marcha. Ya me sé lo que va a salir nada más que lo conecte. Es lamentable que la ciencia avance tanto para tan poco. Intento mirarme en el reflectante cristal de la tele porque los espejos de mi casa no me reconocen, pero eso de ser famoso me parece que no me va.
Dice un especialista en tratar a personas decaídas que no me preocupe, que lo mío es pasajero, que es cuestión de tiempo y sobre todo de tranquilidad, mucha tranquilidad.
Pero cómo se puede tener sosiego cuando tus propios espejos no te reconocen. Me gustaría ver a ese psicólogo afeitando a otra persona : le hablas y no te responde, temes cortarle, te cabreas con él y le da igual y después de terminar a duras penas, en el espejo sigue la misma apesadumbrada cara y, lo que es más chocante, la misma barba.
Es cuestión de tiempo, ¿de cuánto tiempo?.
No obstante puedo sobrellevarlo porque vivo solo.
¿Te imaginas vivir con una familia y que nadie se reconozca en sus propios espejos? … si lo mío raya la locura… ¿ qué sería la vida en una casa en la que nadie se reconoce ?.
Ya no lo soporto más. He roto todas las lunas de todas las habitaciones, la del baño y una pequeña que hay en la cocina y me siento bastante más tranquilo. Estoy empezando a mirarme en las paredes, en las puertas, incluso en los muebles. ¿Te parece que esto es de locos?, ¿es de loco intentar saber quién eres y tocarte la cara centímetro a centímetro con las trémulas yemas de tus propios dedos y no sentir la carne?. Pues ya se acabó, no vuelvo a mirarme en ningún otro espejo. Qué importa saber quién soy si lo mío es pasajero. Todo es cuestión de tiempo.
Por cierto te he visto al pasar en el espejo del salón y sigues con la misma ridícula barba.

Bueno, tan solo es un ejercicio de narrativa en el que intento crear personajes.
moy. un saludo.
NY

I
lunes, 27 de octubre de 2008
Dicen
David Franco Monthiel recita para todos ustedes: Dicen.
Amanece lluvioso en toda Castilla. Se esperan precipitaciones de cierta intensidad a lo largo de todo el día. Las temperaturas han descendido ligeramente, así Zamora, Burgos y Palencia se despiertan con la mínima de cuatro grados, cinco alcanzan en Salamanca y Valladolid. León y Soria han registrado seis grados. La comunidad se encuentra en alerta naranja.
La voz de radio nacional -la primera de RN- se cuela en este duermevela mientras mis pies buscan el frío deslizándose por las sábanas. Lo encuentran y no puedo evitar un escalofrío súbito que reclama el calor de la noche. Con un gesto rápido aparto las ropas para que no haya vuelta atrás, para que entre el aire a raudales y me sacuda las perezas y me despierte los ánimos. Hoy el tiempo se acompasa a mis biorritmos.
Hoy mi pronóstico es de gota fría.
Comenzará la mañana mirándome en el deseo de tus ojos y empezará a instalarse sobre mí un aire ciclónico que nos irá entrelazando hasta arremolinarnos y confundirnos en un torbellino helicoidal de piernas y brazos. Se deslizarán nubes de besos y caricias en cada entresijo de la piel hasta convertirnos en cúmulos estremecidos de arrebato. El ambiente se cargará del aparato eléctrico de nuestros impulsos que como un ir y venir de rayos y truenos nos llenarán de sexo del uno al otro. Y lloverá, lloverá primero de poquito a poco, calándonos gota a gota, buscándonos y encontrándonos. Lloverá después a chaparrones, derramándonos, mojándonos, empapándonos.
Hoy lloverá. Hoy estoy en alerta roja.
Fita.
Chiclana
domingo, 26 de octubre de 2008
La otra espera
Eres mucho más hermosa de lo que pensaba, pero, es lógico, tienes que seducir a tus vícimas. Supongo que no te resultará muy difícil.
Aceché el ángulo más apropiado para que tu mirada reparase en mí, pero fué en vano. Me miraste solo una fracción de segundo, como se mira a un mueble que se interpone entre los ojos y el destino buscado. Seguiste mirando indiferente, hasta posarte en un joven que, a mi derecha, se divertía con gran bulicio. Estaba claro que él era el elegido esa noche.
Una punzada de celos mordisqueó por un momento mis entrañas. A fín de cuentas, hace tiempo que estaba preparado para esta ocasión. Había ido recogiendo todos mis recuerdos más valiosos y los había depositado cuidadosamente en diferentes neuronas de mi cerebro, por si fueran útiles, allá donde me llevases.
Al día siguiente, las noticias daban cuenta de los rutinarios accidentes del fin de semana y de sus correspondientes víctimas. Uno de ellos sería nuestro jovial joven, estaba seguro de ello.
Decidí continuar mi tarea de recogida y, al rato, tropecé con una caja neuronal que, hace tiempo, dí por perdida y agotado su contenido. Su etiqueta rezaba "Futuro". La sacudí vigorosamente y, por el ruido que hizo, comprendí que todavía tenía contenido. La deposité de nuevo en su sitio sin abrirla, de eso ya se encargaría el tiempo.
Esa noche me puse mi mejor traje y salí dispuesto a tomarme una copa a tu salud. Seguiré esperándote, pero no creas que lo voy a hacer sentado en una silla tranquilamente. No, voy a vivir a tope y si quieres ven a por mí, ya nada me sorprende.
Jose María
sábado, 25 de octubre de 2008
La espera
Ese repiqueteo incesante de la lluvia sobre la ventana no me deja pensar con claridad. Claro que pensar en qué; en estos momentos no puedo hacer nada, sólo esperar y esperar.
Ya me lo dijeron: la espera es lo peor. Cuánta razón tenían.
Al menos ese ruido ensordecedor mantiene mi mente distraída en algo, y quizás consiga que me olvide un poco del motivo que me trajo hasta aquí.
No entiendo cómo pudo ocurrir.... éramos tan felices juntos y de pronto... Al final tendrán razón los que dicen que la felicidad no existe, siempre tiene que ocurrir algo que lo estropee todo. ¡No es justo! Y precisamente cuando mejor estaba con ella, cuando por fin había logrado entenderla... No me lo perdonaré si no sale de ésta... ¡Por Dios, tampoco la golpee tan fuerte! Es cierto que estaba muy cabreado, pero tenía mis motivos, no me hacía caso, se negaba a hacer lo que yo le ordenaba... cualquiera hubiese actuado igual, lo sé... además, ya le había dado igual montones de veces y nunca había ocurrido nada... ¡Joder, no fue para tanto!
Qué tendrá la lluvia que su sonido insistente logra aletargarnos el cerebro hasta dejarnos hipnotizados... Será la evocación de tiempos pasados, cuando nuestros remotos ancestros tanto dependían para su supervivencia de este trivial suceso meteorológico.... Aunque pensándolo bien, aún hoy seguimos dependiendo igual. Claro que en estos días, con tantos quehaceres diarios, no tenemos tiempo ni para pensar en ello; antiguamente supongo que se pasarían horas y horas enteras sólo escuchando caer la esperada lluvia sobre la tierra que les daba la vida. Puede que sea ese el motivo del divagar nostálgico al que nos conduce siempre el obsesivo sonido de la lluvia.
¿Lo ves? De nuevo ha vuelto a conducir mis pensamientos por caminos insospechados. Lo cierto es que no sé si está consiguiendo en verdad tranquilizarme o aún está poniéndome más nervioso. Si al menos dejasen fumar en esta sala como antiguamente... El color amarillento opaco de ese cristal que hace de caja de resonancia de las gotas que caen del cielo evidencia el sinfín de horas de espera de que ha sido testigo esta minúscula sala; cuántos miles de cigarrillos no habrán proyectado su humo mortífero sobre esa ventana que ahora se queja lastimosa del tiempo transcurrido sobre sus oxidadas bisagras...
Es cierto que ya me dijeron que me podría marchar, dar una vuelta por ahí, que ya ellos se encargarían de todo, que no habría problemas... pero, Dios mío, quién se va y la deja sola con unos extraños... y en su estado... Definitivamente eso es algo impensable.
Cuántas ganas tengo ya de poder disfrutar de nuevo con ella... jugar juntos como solíamos hacer, manosearla, poseerla, sentirla mía y sólo mía. Dios, no veo el momento de que toda esta pesadilla termine de una vez....
Un momento... parece que ya sale alguien.
- ¿El señor García? ¿Es usted el señor García?
- Sí, sí... soy yo... dígame qué ocurre... qué ha pasado.
- Tranquilo, todo ha ido bien.
- Pero... qué tenía, qué le han hecho, por favor contésteme....
- No se altere hombre, ya le he dicho que no era nada que no se pudiese solucionar.
- Y podré llevármela hoy... compréndalo, la necesito, no podría vivir sin ella... ¿le quedarán secuelas?
- Ya le he dicho que no ha sido nada, está perfectamente, sólo ha sido la fuente de alimentación, una sobrecarga o algún cortocircuito, nada grave. Se la hemos cambiado y hoy mismo podrá volver a casa con su computadora en perfecto estado de funcionamiento.
- Gracias a Dios. No sabe lo feliz que me hace.
Por fin vuelvo a respirar tranquilo. Desde que se me averió no conseguía dormir, perdí el apetito, mi ánimo estaba por los suelos... pero ya vuelvo a ser el mismo.
Incluso ha dejado de llover.
Saudade

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Saludos cariñosos
Antoñín
P.D. Acabo de comprobar con alegría la colaboración de Alfonso, es evidente que yo estaba equivocado... ;-)
Saudade (Por Miguel Falabella).
Agarrarse el dedo con una puerta duele.
Golpearse la cara contra el piso, duele.
Torcerse el tobillo, duele.
Una bofetada, un puntapié, duelen.
Duele golpearse la cabeza con el borde de la mesa,
duele morderse la lengua, una caries y piedras en los riñones también duelen.
Pero lo que más duele es la saudade.
Saudade de un hermano que vive lejos.
Saudade de una cascada de la infancia.
Saudade del gusto de una fruta que no se encuentra más.
Saudade del papá que murió, del amigo imaginario que nunca existió...
Saudade de una ciudad.
Saudade de nosotros mismos, cuando vemos que el tiempo no nos perdona. Duelen todas estas saudades.
Pero la saudade que más duele es la saudade de quien se ama.
Saudade de la piel, del olor, de los besos. Saudade de la presencia, y hasta de la ausencia consentida.
Tú podías quedarte en la sala, y ella en el cuarto, sin verse, pero sabiéndose ahí.
Tú podías ir para el dentista y ella para la facultad, pero se sabían allí.
Tú podías pasar el día sin verla, ella el día sin verte, pero sabían del día de mañana.
Pero cuando el amor de uno acaba, o se torna menor, al otro le sobra una saudade que nadie sabe cómo detener.
Saudade es básicamente no saber. No saber más si ella continúa sufriendo en ambientes fríos.
No saber si él continúa sin afeitarse por causa de aquella alergia.
No saber si ella todavía usa aquella mini.
No saber si él fue a la consulta con el médico como prometió.
No saber si ella se alimentó bien últimamente por causa de esa manía de estar siempre ocupada.
Si él estuvo yendo a las clases de inglés, si aprendió a entrar en la Internet y encontrar la página del Diario Oficial.
Si ella aprendió a estacionar entre dos coches.
Si él continúa prefiriendo la cerveza oscura. Si ella continúa prefiriendo jugo de naranja.
Si él continua sonriendo con aquellos ojitos apretados...
Si ella sigue bailando de aquella forma enloquecedora... Si él continua cantando tan bien.
Si ella continua detestando Mc Donald's.
Si él continua amando. Si ella sigue llorando hasta en las comidas. Saudade realmente es no saber!
No saber qué hacer con los días que son más largos, no saber cómo encontrar tareas que detengan el pensamiento,
no saber cómo frenar las lágrimas al escuchar esa música, no saber cómo vencer el dolor de un silencio...
Saudade es no querer saber si ella está con otro, y al mismo tiempo querer. Es no saber si él está feliz, y al mismo tiempo preguntar a todos los amigos por eso...
Es no querer saber si él está más flaco, si ella está más linda.
Saudade es nunca más saber de quien se ama, y mismo así doler.
Saudade es esto que sentí mientras estaba escribiendo y lo que tú, probablemente, estés sintiendo ahora después de leer...
"En alguna otra vida, debemos haber hecho algo muy grave para sentir tanta saudade..."
La Tierra
¡Es dura esta tierra, Dios!. Es dura hasta para volver a ella. Así nacen estos olivos grises, retorcidos y cansados como todos nosotros desde que nacemos. Pero es todo lo que tenemos. Ahí están los de Pascual, los que se extienden desde el cementerio hasta el molino, y más allá del molino están los de Mario, los de Saturio, los de Dionisio, de todos un poco; porque aquí todos tenemos, aunque sólo sean unos olivos, un trozo de esta tierra. Y éstos que rodean el cementerio eran de Virgilio, y ya no serán de nadie. Aquí dejamos nuestras vidas peleando con las heladas, con la sequía, con el viento cuando está por venir. Pero así era la vida de nuestros padres, y la nuestra y así será la de nuestros hijos. Y aunque sea poco, es lo único que tenemos para dejar. Pero ya no para los de Virgilio y su mujer. Ahí están ellos, todavía esperando un milagro que no se va a producir. Porque en esta tierra no hay tiempo ni espacio para los milagros, sólo para pelear. Y cuando se cansen de esperar, porque se cansarán; y cuando a nosotros se nos haya ido la pena, porque se nos ira, porque aquí tampoco hay mucho tiempo para que la pena dure, se irán del pueblo. Seremos unos menos, pero tampoco habrán sido los primeros. Y la tierra de Virgilio seguirá ahí, poco a poco cubriéndose de maleza, de malas hierbas y se secarán los olivos que tanto han luchado para salir de esta tierra. Y a lo mejor, cuando pasen varios años y no estemos ninguno de los que hoy estamos aquí, vendrá otro Virgilio y la desbrozará, y dejará ahí su vida y la de su mujer. Y entonces podrá el Banco cobrar su deuda atrasada. Pero eso será dentro de muchos años, cuando ya no esté esa cuerda que cuelga de aquel olivo para recordarle porqué estamos hoy todos aquí enterrando aVirgilio.
Alfonso
viernes, 17 de octubre de 2008
BÁRBARA
Bajó un poco su escote y se descubrió los hombros hasta la persuasión, de manera que su espalda quedara semidesnuda, lisa y salpicada de diminutas pecas que le hacían atractiva aún sin vérsele la cara. Bárbara se dio la vuelta delante del espejo en el que se veía reflejada totalmente y después de alisarse la ceñida falda roja infierno en la que se le dibujaba un matemático triángulo invertido donde cualquier hombre se perdería, se volvió a dar la vuelta.
Se introdujo un dedo en la boca, lo sacó húmedo como si de un helado se tratara y se lo llevó al vértice del escote donde sus senos se unían, lo bajó hasta que el filo de las aureolas de aquellos afresados pezones asomaran tímidas y rosadas hasta la extenuación y se regaló un guiño. Estaba perfecta, ya podía salir a buscar su nueva victima. Echaría las redes de su candidez en cualquier sitio de aquella estúpida ciudad y picaría algún pez.
Se sentó en la terraza de un lujoso restaurante, llamó la atención del camarero con un insonoro chasquido de sus dedos y pidió una copa. No pasó ni un minuto cuando el guapo camarero le ponía el vaso sobre la mesa y Bárbara resbalando sus dedos por la mano del muchacho y acariciándola hasta las uñas cogía la copa dedicándole una mirada serpenteada de un malicioso deseo. Sonrojada la cara y algo aturdido el joven regreso a su trabajo.
La mesa junto a ella acababa de ser ocupada. Una mujer platino, de un perfecto acabado en el vestir se había colocado justo a su espalda. La mujer cruzó las piernas dejando entrever aquella parte de su codiciado cuerpo.
Los transeúntes que pasaban por la terraza de aquel restaurant dividían la mirada entre aquellas dos esculturas vivientes
Bárbara estaba deseosa de conocer el rostro de su vecina de mesa, sería su siguiente presa. Volvió la cara para presentarse con cualquier tipo de escusa y se topó con sus propios ojos reflejados en el espejito que la mujer usaba para repintarse.
- Hola cariño, soy Bárbara, bueno, mi nombre es Bárbara. ¿podrías hacerme un favor?- dándolo por echo se llevó una pequeña decepción porque la mujer no le respondía. Y volvió a repetir…”soy Bárbara” ,en un tono algo comprometedor.
- Yo soy Julia y no acostumbro a hacer favores a cualquiera.- y después de que Bárbara hiciera un ademán sensual con la punta de su dedo en sus labios, la mujer acabó…
- Pero contigo haré una excepción.
- Gracias Julia, encantada de conocerte. Sabía que no me dirías que no- con un beso a ambas mejillas selló aquella presentación y Bárbara empezó a recoger nylon en el carrete de su nueva conquista. Antes que Julia hablara siguió diciendo...
- Estaba esperando a alguien pero necesito ir al tocador, ¿podrías disculparme ante él y pedirle que me aguarde? Es guapísimo, con un brillante en su lóbulo derecho, es inconfundible. Por favor.
- Será un placer, un verdadero placer.
- Eh¡ no te hagas ilusiones… Era una broma.-
Ya empezaba a intimar con aquella nueva mujer en su vida, le había sido fácil. Sabía mentir de una manera tan natural que era imposible darse cuenta de cuando lo hacía.
Así que Bárbara no esperaba a ningún apuesto galán, solo andaba de pesca y Julia era
quien había picado. En un par de minutos volvió y después de ver que nadie había aparecido y de saber que ciertamente nadie aparecería, en un gesto casi despreciativo hacia el supuesto galán que debería haber llegado y que ya tardaba, invitó a Julia, una vez pagada la cuenta de lo consumido por ambas, a dar una vuelta y la sedujo para que le acompañara a ir de compras por algunas tiendas de ropas de diseño que eran bastantes por aquella zona. Y luego...
El día comenzaba para Bárbara, pero para su presa acababa de terminar.
bÁRBARA no lo sabe pero será capaz de cualquier cosa, cualquier cosa que yo quiera porque
yo la estoy creando. Será ...
A esto de escribir se le coge, yo diría que cierto vicio. Este texto es solo un inacabado ejercicio de narrativa del año pasado que oreo un poco.
Un saludo. moy.
Yo aún permanezco desorientada. Un detalle: el autor se empeña en llamar desierto a la selva. El libro también tiene diálogos y acción pero mis párrafos preferidos han sido los descriptivos. La única pega es que el libro es un poco machista. Bueno, no se puede tener todo. Os dejo un párrafo.
"Oh selva, esposa del silencio, madre de la soledad y de la neblina! ¿Qué hado maligno me dejó prisionero en tu cárcel verde? Los pabellones de tus ramajes, como inmensa bóveda, siempre está sobre mi cabeza entre mi aspiración y el cielo claro, que sólo entreveo cuando tus copas estremecidas mueven su oleaje, a la hora de tus crepúsculos angustiosos. ¿Dónde estará la estrella querida que de tarde pasea las lomas? ¿Aquellos celajes de oro y múrice con que se viste el ángel de los ponientes, por qué no tiemblan en tu dombo? ¡Cuántas veces suspiró mi alma adivinando a través de tus laberintos el reflejo del astro que empurpura las lejanías, hacia el lado de mi país, donde hay llanuras inolvidables y cumbres de corona blanca, desde cuyos picachos me vi a la altura de las cordilleras! ¿Sobre qué sitio erguirá la luna su faro de plata? ¡Tú me robaste el ensueño del horizonte y sólo tienes para mis ojos la monotonía de tu cenit, por donde pasa el plácido albor, que jamás alumbra las hojarascas de tus senos húmedos!
Tú eres la catedral de la pesadumbre, donde dioses desconocidos hablan a media voz, en el idioma de los murmullos, prometiendo longevidad a los árboles imponentes, contemporáneos del paraíso, que eran ya decanos cuando las primeras tribus aparecieron y esperan impasibles el hundimiento de los siglos venturos. Tus vegetales forman sobre la tierra la poderosa familia que no se traiciona nunca. El abrazo que no pueden darse tus ramazones lo llevan las entredaderas y los bejucos, y eres solidaria hasta en el dolor de la hoja que cae. Tus multísonas voces forman un solo eco al llorar por los troncos que se desploman, y en cada brecha los nuevos gérmenes apresuran sus gestaciones. Tú tienes la adustez de la fuerza cósmica y encarnas un misterio de la creación. No obstante, mi espíritu sólo se aviene con lo inestable, desde que soporta el peso de tu perpetuidad, y, más que a la encina de fornido gajo, aprendió a amar a la orquídea lánguida porque es efímera como el hombre y marchitable como su ilusión."
¿Obama o McCain? ¿Aún dudas?

miércoles, 15 de octubre de 2008
Nueva Temporada
!Preparad vuestro ingenio!
hoy comienza de nuevo
el ansiado taller,
quitad las telarañas
a vuestro ordenador
que el teclado esté listo
para escribir los versos,
que fluyan vuestras prosas
con arte y con humor.
Ya se acabó el estío
cese ya la pereza,
ahora con destreza
demostrar nuevos bríos.
Ocupad los pupitres
que se enciendan los focos
tened la pluma en ristre
aunque nos llamen locos.
Esta tarde a las siete
se levanta el telón,
con gracia y con deleite,
!comienza la función!
José María
jueves, 9 de octubre de 2008
Memorias de viaje: Sierra de Aracena
en un mar de helechos se levantan,
sombreando mi camino
y tornando fresca la jornada.
ya que su presencia sólo te viene a mostrar
cuan puro y limpio es el ambiente en el que estás;
así que infla bien tus pulmones y respira con esmero,
que con este aire tan sano,
se te hará más liviano el sendero.
Si en el suelo las ves aparecer,
buena tierra tienes bajo tus pies,
además de exquisitas recetas
Pero cuando mis pies pisan estos lugares del recuerdo,
a mi mente acuden con cierto anhelo,
aquellos lejanos versos
que el poeta recitaba con recelo:
ni sus glorias.
Dexemos a los romanos,
aunque oímos e leímos
sus hestorias.
Non curemos de saber
lo d'aquel siglo pasado
que fue d'ello;
vengamos a lo d'ayer,
que también es olvidado
EL PATIO

AQUÍ NACÍ
No quise nacer
En otra tierra
Que no sudare salitre
Por sus venas,
Que no dejare de soplar
Sus vientos
Con que hinchar
Su orgullo,
Su tesón, sus velas.
No quise nacer
En otra tierra
Que no tuviere
De agua sus entrañas,
Que no manara
Sal de sus heridas ,
Que no tuviere claro
Su mañana.
Yo vine a nacer
En esta esquina
De piedra ostionera
Salpicada ,
En un patio con la luz
Chorreando sus paredes
De lágrimas de cal
Despilfarradas;
En un patio
Como la sal de blanco,
Y verdes puertas dibujadas.
Yo vine a nacer
Entre unas gentes
Perennes y caducas
De trabajo,
De grises trajes
De faena,
Pescadores de atunes
De almadraba.
Ando planeando un librillo de poemas con el fin
de dejar en el recuerdo la latente vida, que siempre
sonará en mi corazón, de un pueblo que lleva muriendo
día a día muchos años.
Quizás este sea el primero de ellos.
Un saudo. moy
miércoles, 8 de octubre de 2008
Arañazos
ARAÑAZOS
- ¡Hombre, Manolo! ¿Cómo estás? ¿Qué es de tu vid…? ¡Coño! ¿Qué es eso, qué te ha pasado en el cuello?
- Nada, mi suegra que…
- Carajo con tu suegra Manolo, eso no se hace, tienes el pescuezo hecho un cristo.
- Que no hombre, que a mi suegra se le atascó el lavabo y cuando intentaba desmontárselo tirado y con la cabeza torcida…
- Se rompió el lavabo y se te cayó en el cuello, ¿no?
- ¡Juan, leches, déjame hablar! Te decía que cuando estaba desmontándolo me dio un tirón y se me encajó una tortícolis de no te menees, no te puedes ni imaginar lo que me dolía.
- ¿Y los arañazos?
- A eso iba, no me agobies. Resulta que mi suegra decía que conocía a un curandero que me dejaría nuevo, así que allí que nos plantamos en su cabaña, porque el tío vive en una cabaña en medio del campo, para que me curara la dichosa tortícolis.
- Y el curandero tenía un gato y se te echó encima… ¿A que sí?
- ¡Que va! Lo que tenía era unos padrastros que cada vez que me pasaba la mano por el cuello se llevaba mi ADN pegado dentro de sus uñas el cabrón.
- ¡Uf!… Pero por lo menos ya no te duele… ¿O sí te duele todavía?... tienes mala cara.
- No, ya no me duele, pero tengo mala cara de lo que me escuece.
- Me da grima verte el cuello Manolo, cuídate y ponte algo ahí que eso tiene mala pinta. Siempre te has metido en los líos más tontos del mundo, pero me parece a mí que cada día te vas superando… anda, anda. ¡Ay Manolito, cuando espabilarás!
………oOo………
- ¡Hola Manolo!
- Hola Hilario.
- ¿Qué te ha pasado en el cuello? Lo tienes todo arañado.
- Sí, es que el otro día conocí a una gatita en la disco, no te imaginas que muñeca.
- ¡Que jodío, tú si que sabes! ¡Que bien vives Manolito!
martes, 7 de octubre de 2008
un abrazo para marcos ana
El colectivo La Palabra Itinerante ha sido invitado a participar en la presentación del libro Decidme cómo es un árbol (Memorias de la prisión y la vida), de Marcos Ana, que tendrá lugar en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) el próximo sábado 11 de Octubre a las 20.30 horas en el Salón de Embajadores del Palacio de la Duquesa de Medina Sidonia. Veréis por qué os lo contamos...
Queríamos mostrar nuestra consideración y respeto a este excelente ser humano y pensamos que lo que más nos apetecía era convocar a amigas y amigos, compañeras y compañeros en las aventuras de la palabra poética, para invitarles a ofrecerle su abrazo, un abrazo que le daremos públicamente en el acto de este sábado de parte de todos. Hemos decidido que nuestra intervención se llame Un abrazo para Marcos Ana, y puedes sumarte a este modesto y sencillo homenaje, tan pequeño como lleno de cariño, haciéndonos llegar tu abrazo para Marcos Ana.
El sábado dos poetas de La Palabra Itinerante leerán ante Marcos Ana y el resto de personas presentes los nombres de todos aquellos que se sumen al abrazo, y, a continuación, le daremos ese abrazo públicamente en nombre de todos.
Al terminar la Guerra Civil, en 1939, Marcos Ana fue detenido, junto a millares de demócratas, y condenado a muerte. Permaneció encarcelado durante 23 años ininterrumpidos: toda su juventud y la mitad de su vida. Su peripecia vital ha estado marcada por una pasión constante en defensa de los oprimidos y desheredados y una entrega absoluta (en su escritura, en su labor diaria) a la voluntad de vivir y transformar la vida.
No se trata, obviamente, de conseguir firmas para nada, ni de batir récord, ni de poner el nombre en una exposición de nombres. Se trata sólo de ofrecer, de parte de las gentes de la poesía, la literatura, los movimientos sociales… un cariñoso gesto de respeto y agradecimiento a Marcos Ana. Un gesto cómplice y cercano.
Un abrazo.
Si te apetece unirte a este abrazo, que vale por muchos abrazos, puedes hacernos llegar a esta dirección de correo-e:
un mensaje que llevara tu nombre en ASUNTO + mi abrazo para Marcos Ana o algo similar.
Quedan pocos días para el acto (es este sábado por la tarde), y aunque, como te decíamos, no es nuestro interés juntar mil nombres ni hacer una nómina exhaustiva de algo, sí que te invitamos a enviar con cierta urgencia tu abrazo para estar seguros de que compartimos tu nombre en dicho acto y, si te fuera posible, ayudarnos a difundir la propuesta entre quien creas que pueda estar interesado.
A continuación un texto con algo más de información.
poeta, luchador incansable, hombre bueno.
Creemos que Marcos Ana merece un abrazo, un fuerte abrazo.
Demasiado olvidado durante demasiado tiempo,
Marcos Ana nos parece un ejemplo de actitud y dignidad,
un ser humano y un poeta de palabra libre y viva,
de palabra valiente, generosa, hospitalaria y fraterna.
Compañeras y compañeros de los oficios de la palabra quieren rendirle
un pequeño y sencillo homenaje para significarle su compañía
y ofrecerle su respeto y su agradecimiento por tantas cosas.
El sábado 11 de Octubre a las 20.30 horas, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en el Salón de Embajadores del Palacio de la Duquesa de Medina Sidonia, tendrá lugar una presentación de dicho libro en el que intervendrá el propio Marcos Ana, el escritor Juan José Téllez, que le presentará, y las y los poetas del colectivo La Palabra Itinerante.
Esperamos vuestro abrazo…
lunes, 6 de octubre de 2008
La negrita de los jopos

Un par de poemas
Hoy ha amanecido pronto en el sanatorio
y andamos todos locos buscando
nuestra ración doble
de Sinogán con leche.
Andamos todos
con pies desnudos de sosiego
pisando el patio,
la basura bella y necesaria
de la aurora epiléptica,
la filoxera
dulce de la demencia.
Ya pronto los cuidadores,
los no contagiados,
los elegidos
y entendidos
en materia de salud,
comenzarán la asidua tarea ingrata
de repetirnos por televisión,
radio,
prensa
o circuito cerrado
las normas escritas del manicomio,
la guía de comportamiento
del loco fiel,
el manual de higiene y salud
mental, se supone,
que ha de regir este día.
Hoy ha amanecido marrón apagado,
asfixiante,
con la mala leche de los débiles,
y el de la 215 ha vuelto a vomitar
una iguana blanca con pendientes de silicona
y un tetrabrik de miedo bajo el brazo.
Este es de Juan José Vélez Otero.
Y va el segundo, que escribí hace ya un par de meses para unas amigas que conocí en Málaga.
He comprendido tus ojos
y gran parte de tu miedo.
Solo tú no veías la casa en ruinas,
llena de secretos agazapados,
de dudas trenzadas en la puerta.
Ahora has abierto la verja
y recorres nuevos senderos
que no saben de Roma,
mientras cuentas nuevas historias
sin dragones ni princesas,
sin héroes ni villanos,
pero sí con faunos y duendes.
Bueno, no me cuadran nunca los acentos pero... güeno, a ver si este año le pongo más empeño.
Eva.
sábado, 4 de octubre de 2008
Sólo una noche de verano más
y sus medias tintas,
mendigo de nubes grises,
y su hipocresía.
¿Qué eres, otoño?
¿una hoja que cae del almanaque?
¿qué gaviota perdió el rumbo?
¿por qué no terminas lo que empezaste?
Por eso, otoño,
bajo un perfume de brisa
y un huracán de luz,
disfrazado de magia
sigo besando, en la arena,
piel desnuda
y tirabuzones en el pelo.
Hoy, otoño, que amenazas con la ausencia
y tramas intrigas con la soledad,
hago estallar burbujas
volátiles
proyectiles hacia la línea de fuego
de tus agüeros.
Hoy las sirenas coagulan con sus cantos
la sangre
en las heridas del silencio.
Hoy, otoño, llueves estribillos,
dejas caer tu telón de gotas de agua
y murmuras una despedida.
Pero yo sigo besando, en la arena,
no las pirámides de cuerpos amontonados,
como nuevos, fértiles fetiches,
sino piel desnuda
y tirabuzones en el pelo
girando alrededor del cielo
girando alrededor del mar.
... ... ... ...
jueves, 2 de octubre de 2008
Salón Manga de Cádiz 2008

Hola compis. Este fin de semana, del viernes 3 al domingo 5 de octubre se celebra el III Salón Manga de Cádiz. En esta edición será en el Colegio San Felipe Neri, en la avenida gaditana. Allí encontraréis los típicos stands de cómics y merchandising (posters, muñequitos, películas, etc.), además de otras actividades, como videojuegos, conferencias sobre Japón, talleres, hay uno de haiku y también de origami (figuras de papel), proyecciones, y mucho cosplay (gente disfrazada de personajes de las series). Para pasar un rato ameno y divertido, niños o mayores, con gente muy acogedora (no os asustéis por sus pintas y los disfraces, jeje). Más info:
www.aniraise.com
http://www.aniraise.com/salon/index.html
Cambiando de tercio, para finales de este mes tenemos el X Congreso Caballero Bonald, este año dedicado a la literatura en el siglo XXI. "Las Sílabas del Futuro: Una Meditación sobre la Literatura del s. XXI" es el título completo. Se celebrará del 29 al 31 de octubre en Jerez, en el Museo del Tiempo (Museo de la Atalaya).
http://www.fcbonald.com/index.php?id=90&no_cache=1#201
Abrazos y a seguir dándole al lápiz
David