Amanece un cálido día del verano del 69, entre nieblas de dictadura que se difuminan con los primeros rayos del astro rey. La luz se abre camino por tortuosas nubes claroscuras que presagian cambios a nosesabequé. Al fin el Sol luce esplendoroso; el horizonte aún queda lejos. Será un día hermoso... y yo aquí frente a mi PC, oliéndolo.
1 comentario:
Pones el foco en el nacimiento y desde ahí en su proyección (el horizonte). Me gusta, me alegra que también te hayas animado a escribirlo.
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