Después de un sugerente y seductor juego de pestañas, ella preguntó: “¿…Y por las noches qué harás?
El pretendiente, tragando saliva y queriendo quedar como un rey, dijo con voz dulce y casi pueril: “Por las noches… lo que haré…, será, dormir y callar, dormir y callar”.
La ratita sin mediar palabra, pero con un semblante bastante contrariado, se giró de forma brusca y estampó el precioso lazo que llevaba en su colita, justo en los morros del desafortunado conquistador. Con paso decidido y garboso se alejó de él pensando: “¡No me quedo contigo ni de coña!”
Ana Rivera
7 comentarios:
Cómo han avanzado los tiempos, la ratita de cuando yo era pequeña sólo pensaba en barrer. Se puede tener como heroína a una ratita? Me la quedo!!
Cuando yo era pequeño este cuento terminaba diciendo la ratita, "estoy harta de maricones", menos mal que hemos avanzado por lo menos en esto
jajajajajajajajjajajajajaj. Muy bueno.
Jeje, ¿esa no sería una ratita colorá, verdad? Como la vida misma, los ratoncitos como yo nos estamos quedando muy, pero que muy, atrás.
Esta raita no se anda con rodeos. Ratita, mira este vídeo a ver si te gusta:
http://www.youtube.com/watch?v=R2zAS1xpsNg
jajaja, en to los morros. Esta ratita me encanta...¿tendrá grupo en el facebook?.
Me gustó mucho, muy bueno Ana. Si no tiene grupo, hay que hacérselo jeje
Publicar un comentario