lunes, 6 de octubre de 2008

La negrita de los jopos


Lunes, y otra vez esta puñetera caravana. Si de aquí al campo del Betis sigue igual intentaré desviarme por la derecha, esto es un agobio. Otra puta semana igual. A saber qué historias trae hoy la gorda gerente "comovaeseinforme”. Ya la estoy viendo con sus pamplinas… “ayer fuimos a comer al Ibericus, no os lo vais a imaginar, qué carnes, qué entrantes, qué postres, qué deleite, qué…” la madre que la parió. Y para colmo el Betis me da el fin de semana, mira que regalarle dos puntos al Valladolid… Lo malo no es eso, sino las bromitas que me esperan. Como hoy me tosa un “palangana” me voy al médico y pido la baja. Otra vez parado el tráfico, esto no hay quien lo aguante. Y ahora para colmo el dichoso semáforo, y verle la cara al negro de los pañuelos de papel, con lo feo que es el gachó. Se me ha puesto un coche a mi derecha, en el arcén, y ha salido el conductor, un chico joven, espero que no estorbe ahora. Está hablando con el negro, se sonríen, seguro que es cosa de drogas o algo así. Le ha pasado una bolsa de plástico, el negro la coge y se la lleva hacia los jardines. En una rama baja del árbol hay una niña negrita sentada. Patalea alegremente con los pies colgando, esa sí que no tiene problemas, y pone cara entre alegre y espantada al ver que... ¿su padre quizás? le trae la bolsa de plástico. La niña tiene cara de ilusionada, saca cuidadosamente lo que hay en su interior, son tres camisas blancas de cuadritos azules, recién planchadas. La niña, con la cabeza llena de jopos pequeños atados con gomillas de colores, acerca su nariz a las camisas y las huele, cierra los ojos y da un largo y placentero suspiro. Padre e hija se miran sin decir nada y sonríen. El joven padre toma de nuevo los pañuelos de papel y se dirige al semáforo. ¿Sabéis lo que es una campana extractora Mepansa de cocina? ¿Sí? Pues una nariz pequeñita, negra y respingona puede con más humos que la más potente campana industrial. Esta será una bonita semana.
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Antoñín

2 comentarios:

Anónimo dijo...

!qué historia más entrañable1 y narrada con la frescura de tus expresiones ....
Fita

Raquelilla dijo...

Me he deleitado viendo a la niña oler las camisetas, como me gustaría que se arreglasen de una puñetera vez los problemas en África, para que esta gente tan digna tenga lo que se merece: una vida digna.