Entre noche y noche,
me embrujó el tanteo
de las sombras de los cuerpos.
Las palabras enterradas
bajo los silencios.
Lo sutil de las miradas.
Los secretos arropados
por los sacos muertos
y como testigo mudo,
el cielo por el suelo.
Rostros sin cabezas
que jugaban a esconderse
por entre las puertas
de un árbol inexistente
que tenía por raíces
unos brazos hambrientos.
Y entre juego y juego
una sonrisa apareció en el cielo.
Llegado al árbol gritaré:
Por mi y por todos mis compañeros¡¡¡¡
3 comentarios:
Bueno, bueno, ya veo que aquella noche inolvidable ha levantado musas insospechadas. Está cundiendo la semilla sembrada.
Que no decaiga la fiesta.
Besos.
olor de brujas que conjuran la noche para que sea mágica...y que nos inspire versos enhebrados de complicidades. Fita
PUes si lo soñate, yo soñé lo mismo, cosa más curiosa. Era de esperar que después de esa noche mágica salieran cosas tan buenas escritas. Sois unos artistas.
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