A MI AMIGO LUIS
Aún puedo recordar con nitidez ese último día. Ninguno de los dos habíamos llegado a los 15, tu tenías 14 años y yo 13 y ni tan siquiera pudimos decirnos adiós, pues no sabíamos que ese día sería el último. No imaginas la de veces que he deseado que el tiempo retroceda para al menos poder despedirme de ti.
Sigo recordando y añorando nuestra inocencia.
Sigo evocando aquellas historias de amor inventadas que hacíamos casi reales.
Sigo a veces reviviendo como después de cada capítulo de Bonanza vivíamos una nueva historia, siendo yo Hoss, "el gordo" y tu el padre, otras tu eras Hoss y yo "el chico" y siempre terminábamos siendo héroes en aquellas batallas de indios y cowboys donde nuestras camas eran a veces el fuerte o el poblado indio, dependiendo de quien era tal o cuál personaje.
Siguen llegando frescos esos momentos de nuestras vidas. Aquellos días cuando nos encontrábamos un rollo de gasas y nos hacíamos aquellos balones que nos parecían de "reglamento", no eran Nike ni Adidas, pero eran los mejores. Puedo recordar con absoluta nitidez aquellas dos jambas de las puertas que nos servían de portería. No distaba más de 10 o 15 metros la una de la otra, pero era nuestro Santiago Bernabeu o nuestro Nou Camp. Yo sigo siendo del Real Madrid y tú supongo que serías del Bilbao. Eran nuestras pequeñas disputas y al igual si hubieses insistido un poco más yo sería del Athletic o tú del Madrid.
Sigo sin saber el día exacto de nuestra despedida, aunque por los vagos recuerdos que rondan por mi mente, imagino que sería final de primavera o comienzo de verano.
No puedo olvidar ese día que tecleando tu nombre en las páginas blancas en Internet apareciste como por arte de magia, Luis Benavides Sánchez……… apenas sabía que te iba contar, pero tenía ganas de oirte y decirte lo que había ocurrido en mi vida en estos 40 años que pasaron, decirte que mi historia de amor llegó a ser real, que tengo una hija, que algunas de nuestras fantasías llegaron a cumplirse…….. No sabía con certeza los derroteros de nuestra conversación, aunque seguramente esta sería cada vez más extensa con el paso del tiempo, que muy probablemente nos veríamos, pues aquel sueño de conducir un vehiculo se convirtió en realidad…….. Tenía tantas ganas de decirte hola……..
Recuerdo ese momento cuando decidí marcar los números del teléfono apenas podía atinar con ellos, mi corazón palpitaba como si de una primera vez se tratase.
La voz me sonaba rara, tal vez porque aquel niño no era tal niño, de nuevo en mi mente volví a jugar, a reir………
- ¿Luis?
- Si
- ¿Luis Benavides?
- Si
- ¿Luis Benavides Sánchez?
- Si.
- ¿Te acuerdas de mí, de Juan José Berdún, de Málaga?
- No
- ¿No te acuerdas de cuando estuvimos juntos en San Juan de Dios en Granada hace más de 40 años?
Su silencio era sepulcral, era un silencio absoluto que duró algo más de un minuto. Por momentos pensé en vano que la comunicación se había cortado, pero los sollozos y el llanto de ese hombre me decían que no, que algo ocurría.
- Ese Luis del que me hablas era mi hijo y murió el mes pasado en un accidente de tráfico dejando mujer y dos maravillosas hijas……………..
Su respuesta sobrecogió tanto mi corazón, que aún sigo sufriendo el momento en según que días.
Juan José
4 comentarios:
Sobrecogedor. Si está sacado de la realidad, te compadezco, algo así no se olvida fácilmente. Aunque por otro lado también te envidio por tener amistades que han dejado semejante huella.
Tu relato es real como la vida misma, por ello llega al corazón del lector pues casi todos conocemos tragedias parecidas vividas o contadas por seres cercanos, pero hace falta armarse de valor para escribirlas.
Uf, se me han puesto los vellos de punta. Es real la historia?
uuufff
uuuuuuffff
Tengo los vellitos de punta con esos recuerdos y el corazón desbocado con el final...
Te podría comentar algunas cosas de la narración y del estilo, pero no lo voy a hacer porque pa qué, no hace falta. Me has emocionado como nadie lo ha hecho hace tiempo... brutal, sobrecogedor y sincero, hace tiempo que no leía nada así...
No he tenido una experiencia de este tipo, pero tal como la has retratado la he podido sentir en carne propia. Lo que sí he vivido es el distanciamiento de las amistades de la infancia que han tomado otros caminos, y es algo que tengo ahí guardadito. Una mezcla de ganas de volver a ver y dudas por cómo habrán cambiado.
Tienes mi aplauso y si quieres un abrazo también...
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