martes, 26 de febrero de 2008

vivencias

Una tarde, cuando la marea del día ya bajaba
y todo volvía a la serenidad, asentaba mi cuerpo
en el mascarón de popa ( el patio de mi casa) y
me dedicaba sólo a mirar el cielo.
Mi hijo pequeño, como grumete merodeaba,
y en sus quehaceres seguía la estela de mi mirada,
y fijándose en la Luna me sorprendió diciendo que
se la estaban llevando.

Anta tanta ingenuidad no creí oportuno darle
explicaciones y con la misma simpleza con que me
preguntó, con un poema le respondí cuando se hartó
de mirar por su catalejo.

SU LUNA


Casi cayendo la tarde ,

ya claritas de la noche,

en su barquito pirata

mi niño otea el horizonte.

Levanta su catalejo

de dedos entrelazados

y ve de dunas, un cielo

de nubes desperdigado.


-¡Papá ,se llevan la Luna!

me dice,como asustado,

-¡mi Luna se están llevando!


Alarga su catalejo

separándose las manos,

una pegada a su ojito,

la otra casi a dos palmos.


-¡Papá ,se la están llevando!

- Como arenas movedizas,mi niño,

las dunas se están tragando

a tu lunita lunera,

a la Luna de tu barco.


Y enfocando el artilugio,

roscando sus dos manitas,

ve que no son las dunas

las que raptan su lunita.


-No son las nubes,papá,

Seguro que no lo son.

Mira,es el viento quien la quiere

para alumbrar su casita,

su casa de caracol.



Como veis soy tan ingenuo
como mi hijo, haciendo poesía
de algunos momentos. No soy,
ni puedo, nada trascendental.

Un saludo. moy.

1 comentario:

Raquelilla dijo...

Como no tenía que ser tuyo, Moy, como siempre tu poesía es encantadora.