miércoles, 10 de diciembre de 2008

La nueva mirada


Recuerda aquel lejano instante, en el cual la vida de repente, cambió de color y sintonía.

Recuérdalo por favor. Una luz segadora iluminó por completo, tus engañados pensamientos y, como por arte de magia te sentiste libre; pero libre de verdad, sin engaños, sin falsa policromía que oculte tu decrepita alma, sin ridículos maquillajes que paradójicamente, agudicen tu patetismo, a pesar de tus contrarias intenciones.

De repente te vistes ahí, en medio de semejante tropa de impresentables, mitad tontos, mitad locos. Habitantes de sucios y alegres lugares, que te miraban con ojos de niños, que te ofrecían sus hogares imposibles y, sus vidas desnudas. Aquella mañana, cambió un buen pedazo de tu conciencia, cambió un importante fragmento de tu ser, ¡¡cambiaste!! Tú que habitabas en un aposento blindado, rodeado de elegantísimos jardines japoneses, tú que agarrabas con ímpetu las basuras de tu civilización, esas mismas basuras que un día te entregaran en inocente ofrenda, tus enemigos invisibles.

Que los dioses bendigan aquel día; porque hizo en ti los estragos que necesitabas, porque tu genio y tu figura dejó en evidencia las falacias del refranero castellano, porque dejaste de masturbarte con vastos monólogos, para entregarte en cuerpo y alma a esa multitudinaria bacanal llamada humanidad. ¡¡Que los dioses bendigan aquel día!!

No te hicieron mejor persona, los consejos mediáticos que lanzaban tus amos desde sus altísimas tribunas; no te hicieron mejor persona tus malditas limosnas, porque por culpa de ellas, medio mundo es victima de la metástasis provocada por nuestro maldito cáncer; si te hizo mejor persona, aquel lejano instante; aquella luz reveladora que te transformó en un lucido insurrecto; en un cabrón entrañable. Y todo, por culpa de las mirada sinceras de un puñado de locos y, de los mocos sinceros de un puñado de niños.

ANTONIO FASSA.






3 comentarios:

Pedro Estudillo dijo...

Este sí que es un texto revelador de verdad. Tu mente no podía estar más lúcida, amigo Antonio, se ve que has pasado por ahí. Enhorabuena.

genialsiempre dijo...

Que momento tan sincero y tan real!!, me hubiera gustado tener esa experiencia, pero a falta de ello tu relato la hace vivir.

José María

JUAN dijo...

Otra nueva saeta directa al corazón.
Gracias por el regalo
Juan