lunes, 8 de diciembre de 2008

A Pablito


Cómo lo triste se olvida
Cómo se obvia lo inerte
Diez garfios a los que envidian
Candados de cajas fuertes
Agarrando

Cómo unos dedos tan tiernos
Son bálsamo de una herida
Cómo unos ojos cerrados
Amuletos de por vida
Tan llorando.

Cómo nos abre las carnes
Su llanto que nos desvela
Son renglones de futuro
Su plácido duermevela
Retozando

Pablito de Raquelilla
De todas sus entretelas
Enséñanos tu milagro
Señálanos las estrellas
Musitando

Tienes sobacos de miga
Eres un dulce presente
Dale una patada al miedo
Y mira al poder de frente
Bostezando

.

.

.

Antoñín

2 comentarios:

genialsiempre dijo...

Muy bueno. Seguro que su madre queda encantada.

José María

Anónimo dijo...

Ni murillo con sus pinceles te iguala este verso de amor maternal. Fita